«¡Nada es descartable. ¡Nada!«. Así de explícito se muestra en conversación con El Món uno de los miembros de la dirección de Junts per Catalunya sobre lo que puede suponer la reunión «presencial» de la ejecutiva del partido en Perpiñán, el próximo lunes. Un encuentro que llega en un momento más que delicado de las relaciones entre el PSOE, el gobierno español y Junts, cuando, casi dos años después del Pacto de Bruselas, los independentistas no han obtenido ni un céntimo. Sin los principales acuerdos cumplidos, con los escándalos por corrupción que acechan al gobierno de Pedro Sánchez y la crisis institucional con el poder judicial que refleja el juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, Junts todavía quiere hacer más difícil la continuidad del apoyo a los socialistas. «Tenemos la cesta vacía y esto no nos lo podemos permitir», señalan otras fuentes del aparato de Junts.

Por ahora, fuentes de Junts dejan claro que el lunes «pasarán cosas». Un «pasarán» bastante diferente de la referencia genérica que el mismo presidente de la formación hizo en agosto desde la Universitat Catalana d’Estiu (UCE), donde pronosticó un otoño «intenso» en el que se verían cosas que «nunca» se habían visto. «Deberían pasar cosas, y más si Sánchez no hace ningún gesto convincente de aquí al lunes», remarcan las mismas fuentes. Todo apunta que ahora la disposición de los de Junts sería hacer una política en Madrid de «brazos cruzados», es decir, no apoyar nada que no sea específicamente en beneficio de Cataluña, y evitar la idea de una moción de censura, aunque esta fuera «instrumental, para convocar elecciones,» y sin que Alberto Núñez Feijóo fuera el candidato. «Todavía nos queda pólvora», avanzan los de Junts. Nada impide que Junts pase de «cobrar por adelantado» a retirarse antes de la legislatura.

La portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, Miriam Nogueras, durante el pleno extraordinario en el Congreso / Jesús Hellín / Europa Press

Míriam Nogueras aclara que no funcionan con lógica española

La voz de los de Junts y de Carles Puigdemont en el Congreso, Míriam Nogueras, intentaba dejar claro el panorama en declaraciones a La Sexta este mediodía. «El momento de los ultimátums ha terminado y el partido socialista no los ha sabido aprovechar, nosotros no estamos en el marco mental español sino en la lógica catalana y para nosotros es importante encontrar la mejor manera de poder defender a los ciudadanos de Cataluña y eso Pedro Sánchez no lo ha entendido», advertía Nogueras. Unas declaraciones que llegan después de la última reunión entre José Luis Rodríguez Zapatero y el núcleo duro de Waterloo.

Nogueras también ha descartado, como han hecho otros miembros de la dirección bautizados como los «puigdelovers«, una hipotética moción de censura. «Si el PSOE tiene deberes pendientes con Cataluña y con los catalanes, el Partido Popular repite curso», ironizaba Nogueras para descartar cualquier canto de sirenas que facilitara la llegada de la derecha extrema y la extrema derecha española a la Moncloa, aunque fuese temporalmente. Para Nogueras, el PP y el PSOE siempre han dado la espalda a Cataluña y han incumplido sus acuerdos. Por eso, si las cosas continúan como ahora, Puigdemont no dudará en poner sobre la mesa la retirada del apoyo parlamentario al gobierno de PSOE y Sumar.

Pedro Sánchez, aquest dijous a Brussel·les/Ana López García / Europa Press
Pedro Sánchez, este jueves en Bruselas/Ana López García / Europa Press

Sánchez cambia el tono

Las posturas de Junts en las últimas horas han hecho cambiar el tono de Sánchez. Ayer, en la sesión de control, Sánchez respondía a Junts siguiendo el manual de «diálogo» y la «paciencia» e insistía en que se habían cumplido acuerdos. Incluso, dejaba caer un agradecimiento por el apoyo de los diputados de Junts para mantener la famosa «mayoría progresista» en el Congreso. Pero, este jueves, el tono, el timbre y volumen de su discurso ha sido diferente, y no ha sido solo una cuestión de matiz.

Sánchez, desde Bruselas, ha subrayado que tiene la voluntad de cumplir todos los acuerdos firmados con Junts al inicio de la legislatura, aunque estos exigen «tiempo, dedicación y esfuerzos» y, sobre todo, ha remarcado que «no todos dependen en exclusiva del gobierno [español] ni de los grupos parlamentarios que le dan apoyo». Una clara referencia tanto a la oficialidad del catalán en la Unión Europea o las competencias sobre inmigración. Sánchez ha ido un paso más allá y ha tomado el comodín de ‘que viene la derecha’. Así, haciendo referencia al aviso de que tal vez «sería la hora del cambio», lanzado ayer por Nogueras, Sánchez ha opinado que «cuando hablamos de cambio, puede haberlo para avanzar o para involucionar, para volver no una hora atrás, como decía la portavoz de Junts, sino 50 años atrás». «La involución que supondría un gobierno de PP y Vox», ha argumentado. Incluso, hay quien piensa que Sánchez podría encontrarse en un infierno parlamentario hasta convocar elecciones después de los comicios andaluces.

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