La presidenta suspensa del Parlamento, Laura Borràs, está a la espera que la Junta Electoral Central (JEC) responda a las alegaciones del Parlamento de Cataluña para retirarle el escaño como diputada y presidenta de la cámara catalana. Antes de la tormenta, su círculo ha organizado este sábado a Manresa una comida de homenaje a la presidenta de Junts por Cataluña que será multitudinario y un desafío al aparato del partido, entendido como el sector más afín al secretario general, Jordi Turull. De hecho, unas 500 personas asistirán.

De comer sorprendida a demostración de fuerza
El que tenía que ser una comida sorpresa con un grupo de personas de su entorno, se ha convertido en una demostración de fuerza del borrassismo –o al menos un intento– dentro del partido, puesto que una pequeña multitud de afiliados se han ido sumando desde que corrió la voz. Su círculo más próximo asegura en El Món que solo se trata de una comida para apoyarla. «No se trata de ir contra nadie. Es una muestra multitudinaria de aprecio hacia la presidenta», aseguran. Según esta versión, la comida tampoco tiene que evolucionar hacia un universo nuevo ni es ninguna muestra de división dentro del partido, pero hay afiliados que en privado dicen que la comida tiene que convertirse en presión para forzar un congreso extraordinario.
El caso es que, de los diputados de Juntos, solo estarán los más próximos a Borràs, como por ejemplo Francesc de Dalmases, Cristina Casol, Ester Vallès, Aurora Madaula, Jaume Alonso-Cuevillas o Pere Albó, y no los del otro sector (o sectores) del partido. Tampoco estará el secretario general, Jordi Turull, quien se ha excusado con el argumento que tiene otra comida, el de presentación de la candidatura de Juntos a Tordera. Quien sí que estará es el expresidente Torra, como también lo hizo en la declaración institucional que hizo en el Parlamento después de hacerse pública la sentencia de cuatro años y medio de prisión por prevaricación y falsedad documental.
Pendiente de la retirada de su escaño
A pesar de todo, la fotografía de división es clara y lo borrassismo va a lo suyo con un acto fuera de la oficialidad del partido. Esto también se traslada al debate sobre la presidencia del Parlamento. Internamente, dirigentes puigdemontistes y turullistes le han pedido que dé un paso al lado por el bien de la institución y la imagen del partido. Pero Turull quiere evitar que este tipo de debates sean públicos para intentar evitar la rotura de Junts por Cataluña. Ya intentó hacer de cortafuegos con las polémicas públicas entre Magda Oranich y Laura Borràs, con un resultado poco exitoso. Pero el debate sobre que hacer con la presidencia del Parlamento será inevitable, con la más que probable retirada del escaño de Borràs. Algunas voces de Junts piden no ocupar su escaño. Y el resto del partido se niega a esta renuncia.