El Ministerio de Hacienda trabaja desde hace semanas para ultimar su propuesta de nuevo modelo de financiación y prevé tratarla en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) del próximo mes de noviembre, pero las últimas filtraciones del departamento que lidera María Jesús Montero hacen pensar que no satisfará las demandas de ERC. Fuentes del ministerio reconocen que el nivel de concreción de la propuesta dependerá del estado de las negociaciones con Calabria, pero de momento se saben dos cosas: que no girará en torno a una “ordinalidad pura”, tal como reclama ERC, y que Hacienda quiere que el nuevo modelo convenza a las comunidades del PP, dos elementos que anticipan un nuevo choque con los republicanos.
En ERC están muy molestos con la actitud de Montero y la acusan de estar más pendiente de las elecciones andaluzas del año próximo que de avanzar en la financiación singular de Cataluña. La secretaria general de ERC, Elisenda Alamany, ha avisado a la Moncloa que la propuesta del nuevo modelo de financiación debe estar lista antes de acabar el año. “La pelota está en su tejado”, ha insistido Alamany en una entrevista a Ser Catalunya. Mientras tanto no habrá negociación de los presupuestos catalanes ni españoles. Además, la secretaria general ha advertido que el principio de ordinalidad —que en esencia regula que los territorios que más recursos aportan, como Cataluña, no queden atrás en el reparto de fondos— debe quedar “suficientemente blindado” para que no dependa de quién gobierne España.
Mientras tanto, el gobierno de Salvador Illa observa desde lejos y haciendo todos los equilibrios posibles para no molestar ni a ERC ni a la Moncloa. Desde Palau saben que sin ordinalidad ni recaudación de impuestos será muy complicado mantener a ERC en la mesa de negociación y así lo trasladan en público, pero luego evitan hacer cualquier tipo de presión real sobre el gobierno español para no desestabilizarlo. De hecho, en medio de la polémica entre ERC y Montero, Illa salió a defender el papel de la ministra de Hacienda.

Negociaciones complejas y de difícil encaje
Desde ERC insisten en que las negociaciones “no van bien” y que el acuerdo aún está “lejos” porque los planteamientos iniciales son radicalmente opuestos. En las últimas semanas, Hacienda ha cuestionado la viabilidad de ceder la gestión de los impuestos a Cataluña, en especial del IRPF, y no quiere ni oír hablar de la ordinalidad, tal como quedó claro en la reunión bilateral Estado-Generalitat para hablar de la financiación, que terminó con una vaga referencia al preámbulo del documento firmado. “Habrá un mecanismo para reducir las diferencias, pero no ordinalidad pura”, reconocen desde el ministerio. Su propuesta girará en torno a la revisión del principio de población ajustada que ya rige el actual modelo de financiación para nivelar el sistema. Se trata de una variable que tiene en cuenta las necesidades de gasto de cada comunidad y calcula el reparto de fondos en función de factores demográficos y geográficos y que, según Hacienda, cumple los requisitos de la ordinalidad.
El otro objetivo de Hacienda es que la propuesta, que seguramente será rechazada en primera instancia por el PP, termine convenciendo a todas las comunidades, por lo que evita hablar de singularidades y en ningún caso se quiere transmitir la sensación de que Cataluña recibe un trato de favor. El gobierno español insiste en que el nuevo modelo será beneficioso para todas las regiones porque aportará más recursos al conjunto del sistema, pero queda por ver si efectivamente reducirá el déficit fiscal que sufre Cataluña —que ronda los 22.000 millones anuales— y que la lleva a ser la segunda comunidad que más aporta al sistema, pero que a la hora de recibir recursos cae hasta la sexta o séptima posición, según el año.