El apoyo a la democracia entre el electorado de Cataluña ha retrocedido significativamente en la última década, y se sitúa en el nivel más bajo desde la crisis económica de 2008. Así lo indica el último cuaderno del Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS), que muestra que en el año 2024 solo el 81,6% de los electores prefieren la democracia antes que cualquier otra forma de gobierno. Unos datos que muestran una caída de siete puntos porcentuales en comparación al 2014, y aún más lejos del balance de 2008, en el que el apoyo a la democracia se situaba en el 92,9%. Esta erosión, según detallan, no se ha producido en favor de una preferencia por regímenes de tipo autoritario, que se mantiene en torno al 5% de la sociedad, sino de posiciones “de alejamiento pasivo”. En concreto, al 11% les da igual un régimen u otro, casi el doble que hace 10 años.

Aún así, también se constata un viraje hacia las posiciones totalitarias por parte de las generaciones más jóvenes. “El vínculo entre democracia y progreso se ha roto en el momento que estas cohortes entraban en escena”, interpretan los autores. Según el último sondeo de opinión del mismo ICPS, los hombres entre 18 y 24 son el grupo en el que más decae el apoyo a la democracia, con 15,7 puntos porcentuales menos respecto de 2009, al mismo tiempo que crece su indiferencia.

Las conclusiones del informe destacan que este año se ha incrementado el volumen de respuestas a la pregunta a la gente como yo nos da igual un régimen como otro. Unas respuestas que, para los autores del estudio, «traslucen desfallecimiento y cierto determinismo, en el sentido de que da igual el sistema político en el que se viva porque este hecho no modificará la misma situación»: «Esta idea impacta de lleno en el apoyo difuso a la democracia, este espacio de acuerdo con el sistema democrático que no obliga a una aprobación manifiesta de la gestión de los diferentes actores políticos», añaden los autores del cuaderno del ICPS.

La democracia no corre ningún riesgo «inminente»

A pesar de los resultados del estudio, y la tendencia constatada en los anteriores análisis que muestran un incremento de posiciones cercanas al totalitarismo, los autores del informe aseguran que el régimen democrático “no parece correr ningún riesgo inminente”, ya que solo el 5% se muestra partidario de una alternativa autoritaria. De hecho, los resultados de este año no son los más elevados en relación con la afinidad hacia el totalitarismo. El punto más álgido se alcanzó durante los años más duros de crisis económica, ascendiendo hasta un 7,1% en el año 2011. Ahora bien, cabe tener en cuenta también que el ICPS no formuló estas preguntas entre los años 2017 y 2023, motivo por el cual no se puede precisar sobre cuál ha sido la evolución del estado de opinión del electorado catalán hacia un sistema totalitario.

Comparte

Icona de pantalla completa