Camilo ha sido el último invitado de El Hormiguero, un cantante que ha dejado sin palabras a Pablo Motos con todo lo que ha contado sobre sus hijas. Índigo y Amaranto centran el día a día del artista, que habla abiertamente sobre las anécdotas más surrealistas que ha vivido en estos primeros años como padre. El presentador, de hecho, ha calificado todo lo que ha dicho con una frase que lo deja todo claro: «Es entre bonito y psicópata«. Pero ¿qué ha dicho para que el otro reaccione así?
El tema que más ha sorprendido ha sido el del parto de las dos niñas, el que ha descrito con toda clase de detalles… sin cortarse lo más mínimo: «La placenta, para aquellos que no lo sepan, también se tiene que dar a luz como si fuera un segundo parto porque queda dentro cuando sale el bebé. Nosotros elegimos la técnica que dice que no se saca hasta que no se interrumpe, naturalmente, la conexión entre la niña y este órgano».
«Cuando llegó el momento del nacimiento de la placenta, me di cuenta de que es una de las partes más fascinantes del parto porque es el árbol de la vida, es increíble. La agarré yo y me quedaron las manos llenas de sangre«, ha proseguido. La parte surrealista aún tenía que llegar, sin embargo: «Lo que hice fue colocar las manos llenas de la sangre de la placenta en la funda de la almohada para poder enmarcarla y guardárnosla como recuerdo».
Camilo acabó haciendo de partero un poco sin querer, ya que tardaron mucho en ir hacia el hospital en el segundo parto y terminaron teniendo al bebé en casa: «Como el primer parto fue tan largo, pensamos que este segundo sería igual… pero no fue así, no hubo tiempo de nada. La partera se estaba poniendo los guantes, pero no hubo tiempo y fui yo quien recibió a Amaranto. Aquello me transformó… fue una experiencia escalofriante, pero transformadora y sagrada».

La anécdota más surrealista de Camilo deja a Pablo Motos sin palabras
Y Camilo ha continuado hablando de sangre, ahora con otra historia familiar que ha sorprendido a Pablo Motos. La cosa es que el cantante estaba de viaje en Japón con la pareja y su hija. Lo que no esperaban era que la niña, que aún no tenía el año, empezara ahí mismo a caminar. En uno de esos primeros intentos, cayó y se golpeó con la esquina de una mesa. La reacción de Camilo es lo que pocos esperaban: «Sangró un poquito en esa primera caída, la primera en la que sangraba. Yo llevaba una camiseta blanca y se manchó de sangre, lo que hizo que quedara la marca allí«.
Conociendo el historial del parto, muchos pueden imaginar qué hizo entonces: «Me di cuenta de que era la primera caída de un ser humano y no la limpié, también me la quedé de recuerdo y la llamé la sangre de un inocente«. Aquí, el presentador no ha podido evitarlo y le ha dicho que no entendía que actuara así. Pero el cantante se ha justificado: «A mí me gustaría que mi madre me dijera que tiene un cuatro pintado con la sangre de la primera vez que caí. Lo pondría en el centro de la mesa porque es el primer testigo de una aventura. Tener el recuerdo de la primera vez en que me encontré con el dolor sería ¡guau!«. Él está convencido de que a la niña le gustará cuando crezca, habrá que verlo…