Carla Vigo empezó a hablar con la prensa justo cuando cumplió los 18 años. La sobrina más mediática de Letizia ha tenido que vivir prácticamente toda su vida sin su madre, ya que esta se suicidó cuando ella solo tenía seis años. La pérdida la trastocó, como es normal, y ha necesitado atención psicológica desde entonces. No le ayuda pertenecer a la familia real española, puesto que esto la mantiene colocada en primera línea de manera constante. En los últimos meses ha estado ingresada en una clínica, de hecho, ya que ha sufrido bulimia y ha tenido problemas mentales graves. Ahora acaba de conceder una entrevista en la revista
«Estos últimos meses han sido duros porque no he sido muy bien, pero ahora ya estoy mucho mejor. Se tiene que trabajar en un mismo y esto te lo enseñan a terapia», explica. Sus problemas personales empezaron cuando era muy pequeña, con solo cuatro años. Fue entonces cuando sufrió la primera crisis nerviosa: «El primer ataque de ansiedad lo tuve a los 4 años«. Dos años después, a raíz de la muerte de la madre, empezó a ir a terapia: «He tenido sentimiento de culpa, pero no para tener el sentimiento de abandono. Con seis años, ¿qué iba a hacer? Me di cuenta de que mi madre estaba mal. Aquel día me dejó en casa de una amiga para que pasara la noche. Si aquel día le hubiera dicho que no, quizás todo habría sido diferente. Yo entendía que mi madre tenía una enfermedad, me sentía abandonada y es muy duro».
Cuando supo que había muerto su madre, se quedó en shock: «Fue muy doloroso… Intenté hacerme daño y, a los 14 años, empecé a hacer cosas malas para mí como dejar de comer y vomitar. Con solo ocho años me miraba al espejo y me odiaba, viví un proceso autodestructivo. Me estaba matando despacio y no quería que me pasara lo que le había pasado a mi madre».
Carla Vigo confiesa que ha tardado mucho de tiempo al aceptar la muerte de la madre
El problema es que ha sido muchos años sin ser consciente y sin poder decir adiós a su madre, tal como reconoce ahora por primera vez: «Hasta que tuve 22 años, no me pude despedir… Me aferraba a ella y han sido muchos años sin poder hacer el luto«. La chica reconoce que no se sentía bien consigo misma y que, por este motivo, reaccionaba llevándose mal «y con rebeldía«: «No era feliz, sentía que me faltaba mi madre».
En esta entrevista también ha hablado sobre su tía. Resulta difícil tenerla delante y no interesarse sobre su relación con el resto de la familia. Siempre acostumbra a decir la suya y no oculta que antes estaban más unidas que ahora. Sin embargo, es difícil escucharla hablar mal de ella. En esta ocasión, el que ha hecho ha sido alabar que presida tantos actos sobre salud mental: «Que hiciera un rap me pareció mucho chulo, la verdad. Me gustó bastante y me pareció muy bonito. Me siento representada por ella y es la mejor. Le apoyo en todo, a mi tía».
