El Empordà es una de las zonas más emblemáticas del país gracias a su belleza paisajística. Aunque la mayor parte de la atención turística la acaparan los pueblos de la costa, destinos muy escogidos durante el verano, en el interior de las tierras del Empordà también se pueden ver pequeños pueblos llenos de encanto. Uno de estos casos es Monells, una pequeña entidad de población que forma parte del municipio Cruïlles, Monells i Sant Sadurní de l’Heura, en la comarca del Baix Empordà. Situado entre la vertiente nororiental del macizo de las Gavarres, en plena valle del río Rissec -un afluente del río Daró-, se alza Monells, una pequeña villa en la que viven solo 175 personas, según los últimos datos censales del Instituto de Estadística de Cataluña.

Este pueblo tiene muchas similitudes paisajísticas con otras villas del Baix Empordà, pero también algunas diferencias. La más destacada es que Monells se convirtió en 2015, durante un breve tiempo, en el plató de cine de la película Ocho apellidos catalanes (2015). En este popular filme español, la plaza mayor de la villa de Monells se convirtió en la plaza de Soronelles, el escenario donde transcurre parte de la acción. Así pues, Monells es un buen destino para una escapada de fin de semana para las personas que disfrutaron de esta película de Emilio Martínez Lázaro en la gran pantalla. La plaza que aparece en el filme es uno de los puntos más destacados de la villa, ya que forma parte del llamado barrio del castillo. Esta plaza, rectangular, está rodeada por un conjunto de arcadas con formas irregulares. En las casas de la plaza también se pueden ver algunos elementos ornamentales de los siglos XV al XVIII.

Imagen de la iglesia de Sant Genís, el elemento más destacado del conjunto monumental de Monells (Baix Empordà) / Credit Commons

El conjunto monumental de Monells

En los últimos años, esta pequeña villa del Empordà se ha convertido en un destino bastante visitado por el turismo gracias a su conjunto monumental. El elemento más destacado de este conjunto es la iglesia parroquial de Sant Genís, incluida dentro del patrimonio arquitectónico de Cataluña. Es un edificio de grandes dimensiones, de una nave con capillas laterales y una cabecera poligonal. Los primeros documentos que registran su existencia datan del siglo XI, en el acta de dotación de la Canónica de Girona de 1019. Ahora bien, hay que tener en cuenta que el edificio que se puede visitar actualmente ha sufrido diferentes modificaciones a lo largo del tiempo. Por ejemplo, la nave y el ábside actual datan del siglo XIV. La última restauración del conjunto del edificio se llevó a cabo en 1962 por parte de la Diputación de Girona.

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