Laura Escanes, Dulceida y Paula Gonu. Las tres influencers más importantes de Cataluña son un ejemplo de la comercialización de las lágrimas a través de las redes sociales. Varias veces en el mes, estas influencers se exhiben ante cámara llorando o explicando sus problemas de ansiedad, cosa que algunos seguidores celebran porque visibiliza la importancia de la salud mental, mientras que otros critican por el rédito económico que sacan de sus lágrimas. Celebrities y influencers se han subido al carro de mostrar, aparentemente, todas las partes de su vida, incluidos los momentos de tristeza. El problema, según los expertos, es que muchas de ellas no muestran lo que han hecho para resolverlo, a pesar de que Dulceida, Escanes y Gonu sí que han hablado de sus visitas al psicólogo en varias ocasiones.   

La experta en gestión de conflictos y directora de la unidad de trauma, crisis y conflictos de la UAB, Ingeborg Porcar, cree que el problema no es la divulgación de las emociones en las redes, sino la manera como se hace. “Si divulgamos salud mental tendríamos que hablar de los problemas, visibilizar que hay gente que tiene dificultades y lo pasa mal, pero también mostrar la segunda parte, el como se soluciona”, explica Porcar, que apunta que la comercialización de las emociones “es un fenómeno antiguo, no viene de nuevo”. Por eso, la profesora señala que se tendría que visibilizar el malestar, “sacarlo del armario” y después, “ineludiblemente buscar y enseñar las soluciones”. 

En este sentido, Porcar apunta que los influencers y famosos que muestran su malestar en las redes tendrían que difundir lo que les pasa y también como están pensando en resolverlo. “Eso sí que estaría bien, a partir de aquí sí que podríamos debatir sobre más cuestiones”, razona. “La mayoría se recrean en su desgracia y, más allá de que el dolor genere clics, el problema es que su manera de afrontar los problemas no es la correcta”, explica la experta, que cree que se está perdiendo “una ventana de oportunidad”. “Estamos desaprovechando una oportunidad de mostrar que ante estos casos se tiene que pedir ayuda. Se tendría que hacer otra exhibición de los problemas de salud mental enseñando que hay que pedir ayuda y que hacerlo funciona”, señala. 

Paula Gonu habla sobre la depresión en Instagram. Ella es una de las influencers que, además de mostrar sus sentimientos en las redes, muestra la manera de solucionar sus problemas de salud mental

Las redes no permiten tomar conciencia de las emociones

El doctor José Vicente Pestana, profesor de psicología social de la UB y psicoterapeuta de orientación junguiana, coincide con su colega. Sostiene que el hecho que mostrar las emociones les dé rédito económico es secundario, y que lo que es realmente es preocupante es el medio de expresión que utilizan. “Las redes sociales difícilmente tienen una estructura y un ritmo que permitan una correcta expresión y toma de conciencia de las emociones”, apunta. 

Insiste en esta idea señalando que cuando se visibiliza un problema de este tipo o se habla de salud mental se necesita “un largo tiempo” para expresar y articular correctamente lo que pasa. “Esto es contrario a las redes sociales, y por tanto es difícil que videos o stories así sean una expresión auténtica”, subraya antes de apuntar que quizás este tipo de publicaciones son “la expresión de una neurosis histriónica”. 

Para evaluar si se trata de una neurosis histriónica o realmente expresarse así en las redes sociales ayuda a las personas que lo hacen, Pestana cree que hay que “esperar a ver si hacen algo para cambiarlo o solo es una válvula de escape de una olla a presión”. “No soy capaz de cuestionar la autenticidad de las personas que lloran o gritan, pero hay que ver qué hacen después para afrontar sus problemas”, insiste. Por lo tanto, Pestana defiende que se tiene que observar si hay una intención de cambiar o si la expresión es solo para mantener las emociones antes de juzgar si mostrarlas. 

Tik Tok y instagram son las plataformas escogidas para mostrar problemas de salud mental / EP

Las maneras de enfrentar los problemas de salud mental

Porcar insiste en criticar la mayoría de respuestas a los problemas de salud mental que se dan en las redes sociales, en especial entre famosos. A modo de ejemplo, cita la última canción de Shakira, una bomba hacia su ex y su nueva novia. La experta considera que estos tipos de respuestas son violentas, con insultos o gritos. “Como gestora de conflictos pone los pelos de punta. El caso de Shakira y Piqué, por ejemplo, es una fórmula muy mala de expresar el que sientes y el que necesitas de la otra persona una vez rompes”, apunta. 

Otra tipología de respuesta a las emociones que tampoco es conveniente es la negación. “Hay muchos que niegan las emociones y otros que evitan el conflicto. Tampoco son buenas decisiones porque sienten estas emociones, aunque no las expresen”, explica. Esto tiene que ver con los estilos emocionales.

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