La campaña del PP para las elecciones al Parlamento de este 12 de mayo ha sido más de partido que de candidato. Las grandes estrellas han hecho sombra a Alejandro Fernández, el cabeza de lista, que ha optado por intervenciones muy cortas, de pocos minutos, cediendo el protagonismo a los popes. Los populares han puesto toda la carne en el asador y por pueblos y villas de Catalunya han pasado los últimos quince días todos los sancta santorum. Seguramente no se han dejado ninguno.
El Partido Popular se ha tomado muy seriamente unos comicios donde sabe que tiene mucho a ganar y nada a perder. Los populares multiplicarán sus tres diputados actuales en el Parlament de Cataluna. Todas las encuestas apuntan en esta dirección. Y los dirigentes y simpatizantes se husmean algo grande para el domingo. La campaña ha tenido un presupuesto de 1.650.000 euros, de los cuales 850.000 han salido de recursos propios y 800.000 se esperan recuperar con los resultados electorales por lo que le corresponderá por los diputados logrados –ahora han hecho un crédito para tener liquidez. Solo el envío de correo postal ya subía a 489.000 euros.

Ambiente de euforia no contenida
En los primeros días de campaña, había cierta moderación, y la evidencia muy clara era la frase que repetía el jefe de cartel Alejandro Fernández: «No digueu blat fins que estigui al sac i ben lligat». Aun así, con el paso de los días la euforia no se puede decir que se haya desbordado, pero sí que ha hecho acto de presencia en actas y en mítines. Desde Alberto Núñez Feijóo hasta Xavier García Albiol, pasando por Manuel Reyes. Todos divisan una subida espectacular de votos y de diputados. La duda es cuántos. Y el margen va de los 11 a los 15, con la incógnita de si estarán por debajo o por encima de la ultraderecha de Vox. Es decir, si serán la cuarta o la quinta fuerza, dejando atrás la travesía del desierto de las últimas legislaturas donde el PP era casi testimonial en el Parlament.
El hecho es que se respira alegría en mítines y actas. Y una de las razones es el himno de la campaña, creado especialmente para estas elecciones en el Parlament. Todo el mundo se sabe ya la letra y el estribillo. Un «volem, volem volem…» que ha hecho furor y que podría ser cualquier de las canciones de éxito de un grupo catalán.
De donde arañarán los votos? Parece claro que los seis que tiene ahora Ciutadans, que desaparece del mapa, irán prácticamente todos a las filas de la formación que en estas elecciones lidera el tarraconense Alejandro Fernández. Y da la impresión que se aprovechará el efecto PP en España, donde la formación gobierna en once de las diecisiete comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, que también son azules.
La estrategia de campaña ha pasado por una primera carga de dardos contra el PSOE y su líder, Pedro Sánchez, contra el candidato del PSC Salvador Illa y contra el independentismo y Carles Puigdemont. El objetivo ha sido situar los socialistas y sus jefes en el mismo saco que los dirigentes de Junts y de ERC. Y mirar de rascar el voto más unionista del PSC. La segunda semana los mensajes se han repetido, pero han dejado más protagonismo a los llamamientos a concentrar el voto de la derecha en el PP, al que han denominado la «casa común del constitucionalismo«. Ahora sí, han ido en busca de los votos de Ciutadans, más que de los de Vox, partido que prácticamente no ha estado ni mencionado en actas y mítines.

Algunas de las anécdotas de la campaña
En cuanto a las anécdotas, podemos recordar el lapsus del PP en la Feria de Abril: “Cataluña es un país… Perdón, España! Cataluña, no!”. El equipo de Alejandro Fernández bailó las sevillanas más hispanoamericanas y la secretaria de inmigración del partido resbaló en el discurso a sus compatriotas. Y podemos recordar como el mitin de Salou empezó, bajo un solo de justicia, sin buena parte de los periodistas que han seguido a los dirigentes populares por todas partes porque el autocar llegó tarde por las colas en la salida de Barcelona. Medios de comunicación que en Badalona pudieron degustar una morcilla que se les había prometido.
Durante la primera semana la lluvia estropeó al PP su apuesta por la calle para la campaña del 12-M y se vio obligado a ir a recintos cerrados, justo lo contrario de lo que querían hacer. El resto de días, el tiempo los respetó los planes, incluso en Cornellà, donde el mitin empezó con lluvia y acabó con sol y frío. Los populares, en tono en broma, le atribuyeron a Feijóo haber llevado las precipitaciones a Catalunya para acabar con la sequía.
Todo los popes que han pasado por Catalunya
Los populares han hecho un acto en el adn de la ultraderecha barcelonesa y de Vox, en la plaza de Artós de Barcelona, en Sarriá, donde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, triunfó y disfrutó. También en los baluartes donde tienen mayoría absoluta, como Badalona y Castelldefels, y en feudos del PSC como Cornellà de Llobregat y de los Comuns Sumar, como el Prat, y Mataró, la capital del Maresme. La elección de los espacios ha siodo muy consciente, si bien es cierto que el grosor de la campaña se ha centrado en municipios del área metropolitana a pesar de que han bajado hasta Salou, que calificaron de una de las capitales europeas del turismo, y a Tarragona, la zona de confort del candidato, su ciudad. No ha faltado un encuentro con grupos hispanoamericanos en la Feria de Abril, y una con los vips del Círculo Ecuestre.
La lista de popes que han apoyado al candidato es larga, con un Feijóo que se puede decir que ha vivido unos días en el Principado; el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol; el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y la número 1 a las elecciones europeas, Dolors Montserrat. Los presidentes de las juntas de Andalucía y de Galicia, Juanma Moreno y Alfonso Rueda han aterrizado en Rubí (Vallès Occidental) y el Prat (Baix Lobregat).