Para unos hace falta «investigarlo a fondo», para otros es un conflicto «más bien personal» y para el resto un «lío administrativo que se ha salido de madre». Estas son algunas de las respuestas al conflicto abierto entre Catglobal ASB –la entidad privada que da cobertura legal y económica al Consejo de la República en Bélgica e investigada en las causas Volhov y Tsunami Democrático– y Toni Comín, que es su interlocutor con el gobierno del órgano del exilio y que ha repetido como eurodiputado de Junts a las pasadas elecciones del 9 de junio.
Los cuatro responsables de la entidad han remitido una carta, a la cual ha tenido acceso El Món, a los integrantes del gobierno del Consell donde desgranan un seguido de «agravios» que se han encontrado. Lo describen como una «retahíla de incidencias relativas a la contabilidad, fiscalidad, legalidad y en general a la gestión financiera que, además de poner de manifiesto una clara inoperancia, a menudo no se han hecho de acuerdo con la legalidad belga». Las críticas van dirigidas a Comín como «interlocutor» entre las dos entidades, exigen la «sustitución» de manera inmediata. Problemas con el pago de facturas, de sueldos, de cambios en las entidades que gestionan los fondos o el fiasco contable son algunos de los elementos denunciados.
Fuentes oficiales aseguran que las cuentas son claras y hablan de tensiones personales y de gente «enfadada»
Fuentes oficiales del Consell, no obstante, aseguran en El Món que las cuentas son claras y que cada año se someten, sin problemas, al control y revisión de la Hacienda belga, que regula las asociaciones y las fundaciones con sede al país. A pesar de que admiten que «hay gente que se ha enfadado» con la manera de gestionar de Comín. Ahora bien, otros miembros del gobierno del Consell, como Aurora Madaula, han escuchado la queja de CatGlobal y, sobre todo, examinan los documentos que acompañan la carta. De hecho, Madaula se ha puesto a disposición de los denunciantes para aclarar todas las incidencias y se ha comprometido a investigarlas. «Si se demuestran, habrá de haber consecuencias», remarca en declaraciones en El Món.

Duras acusaciones
La carta enviada por CatGlobal está firmada por el presidente de la entidad, Jaume Bernis, el secretario, Peiet Van Den Bergh, el tesorero, Pere-Jordi Junqué de Fortuny, y el delegado de gestión ordinaria, Josep Monrabà. En el documento, detallan que la asociación «recibe donaciones de la ciudadanía y las destina a un uso lógicamente con carácter político». En esta línea, explican que el representante del gobierno del Consell de la República, que es Toni Comín, es quien «indica cuáles son estos destinos». «El representante, pero, tiene que asegurarse que estos destinos siempre sean compatibles con la legalidad y con el principio de buena administración», apuntan. Pero, según afirman, han «constatado que esto no ha estado así, puesto que el representante, ultrapasando sus prerrogativas, también ha dirigido la gestión ordinaria de CatGlobal».
Esta situación, para los firmantes, ha «contravenido las normas elementales de transparencia» en el sentido que se han confundido los papeles a «el recaer la responsabilidad política y la responsabilidad financiera de CatGlobla en el mismo representante del Consell de la República». Un defecto cuando es «esencial distinguir claramente estas dos áreas por motivos evidentes de buena gestión de la asociación y de transparencia». Los firmantes hacen una pasa más allá y sentencian: «En el ámbito de gestión de CatGloblal hemos detectado una retahíla de incidencias relativas a la contabilidad, fiscalidad, legalidad y en general a la gestión financiera que, además de poner de manifiesto una clara inoperancia, a menudo no se han hecho de acuerdo con la legalidad belga».
Varias incidencias
En el escrito que se ha hecho llegar al gobierno del Consell de la República y los documentos adjuntos, reprochan la «gestión contable» que ha obligado a atrasar, por carencia de presentación de facturas, la entrega de las cuentas anuales de la entidad. De hecho, lamentan que a estas alturas no se han podido cerrar las cuentas del año 2023. Además, reclaman que las facturas que se tienen que presentar estén «justificadas» para no tener problemas con la «fiscalidad belga».
Por otro lado, tildan «de inaudito» que Comín sea la persona al frente de la gestión financiera de Catglobal, pero que, como que no es miembro del consejo de administración de la entidad, «no asuma la responsabilidad jurídica de sus actos». «Esta carencia de conexión provoca problemas serios y pose en riesgo legal los miembros de la dirección de Cataluña Global, que son los representantes legales de CatGlobal y podrían ser considerados jurídicamente responsables de acciones sobre las cuales no tenían control directo». De hecho, culpan Comín de «poner en riesgo su reputación, la reputación de CatGlobal e indirectamente del gobierno del Consejo por la República».

Atrasos de sueldos
Una de las críticas más contundentes es la en lo referente a la «gestión de la tesorería». Los cuatro firmantes resaltan que han «constatado que se ha pagado a algunos proveedores, pero no a otros sin que se haya seguido ningún criterio contrastable». En la misma línea, exponen que «se ha pagado a algunos proveedores antes de pagar las nóminas de CatGlobal, lo cual ha conducido a retrasos importantes en el pago de sueldos a los trabajadores». Por otro lado, alertan de la bajada de las donaciones, de la cual culpan la parada «parcial o total» de las peticiones a través de las empresas de telemàrqueting que hacían el trabajo de promoción.
Precisamente, alrededor de la gestión del personal, aparece una nueva irregularidad a parecer de los denunciantes, y es la creación de la Asociación Cultural de la República Global, una rama catalana de CatGlobal para poder operar de manera más autónoma desde Cataluña. La queja es que esta entidad se financia con fondos recogidos por CatGlobal y que ha puesto en nómina sus trabajadores, hecho que «empeora la carencia de transparencia en la gestión».
Sustitución de Comín
A la vista de todo el memorial de agravios presentado, los representantes de CatGloblal reclaman la sustitución de Comín. «De hecho, administrativamente, este relevo se tenía que hacer tarde o temprano», apuntan fuentes del Consell de la República. En todo caso, la crítica de los autores del texto es directa y la subrayan negro sobre blanco. «No querríamos acabar esta carta sin mencionar que es con una profunda tristeza que hemos observado como el representante del gobierno del Consejo de la República ha hecho uso de su autoridad política y moral para encargarse de tareas que no le correspondían y para las cuales ha quedado demostrado que no tiene los conocimientos técnicos necesarios», sentencian. «Es por esta pérdida de confianza de CatGlobal que pedimos su sustitución por dos otros miembros del gobierno del Consejo de la República», exigen.