Israel continúa con su ofensiva en Gaza, donde está provocando una verdadera masacre, pero lejos de mantener los esfuerzos militares en esta zona, esta madrugada ha atacado el sur del Líbano. El ejército hebreo lo ha justificado como un «acto de autodefensa» ante los ataques de Hezbolá. Lo cierto es que podría provocar una guerra regional por la escalada de las tensiones en la zona, disparada desde que Israel empezó la ofensiva sobre la Franja de Gaza. Israel ha informado de que un centenar de jets han bombardeado lugares desde donde Hezbolá lanzaba cohetes que, según el ejército dirigido por Benjamin Netanyahu, «tenían como objetivo el ataque inminente en el norte y centro de Israel».

“Haremos lo que haga falta para defender nuestros civiles y el estado de Israel”, han asegurado las fuerzas de defensa israelíes en un mensaje en la red social X. El ministro de Exteriores hebreo, Israel Katz, ha utilizado el mismo medio para pedir a sus homólogos internacionales «apoyo» para Israel dado que se trata de un ataque «preventivo». «Israel no quiere una guerra total y actuará según la evolución sobre el terreno», ha argumentado el ministro de Exteriores israelí.


La «primera fase» de la represalia por el asesinato del líder de Hezbolá

La milicia de Hezbolá, por su parte, ha anunciado que ha terminado la «primera fase» de la represalia contra Israel por el asesinato de su líder, Fuad Shukr, el mes de julio, según la televisión Al Jazeera. Este domingo ha respondido al bombardeo de Israel con el lanzamiento de más drones en territorio hebreo, entre temores de una cada vez más factible guerra regional.

 

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