El escritor valenciano Ferran Torrent (Sedaví, 1951) lleva a las espaldas 26 novelas, la mayoría de las cuales han estado éxitos de ventas. Con la última entrega,
¿Por qué esta atracción por los falsificadores de arte?
Tengo cierta atracción por los falsificadores de arte o de documentos, pero también por el personaje del Mítico Regino. Se juntan las dos cosas. Había tratado el personaje en algunas novelas, pero no con tanta profundidad y me sentía cómodo narrando su vida.
¿Es un personaje real que ha hecho crecer con la novela?
No, es totalmente ficticio. Hay algunos personajes que están hechos a partir de la realidad, pero en este caso no. Es absolutamente inventado.
La novela salta constantemente del 1968 a 2019. ¿Por qué ha elegido este periodo?
El periodo lo he elegido porque todavía tenía cierta memoria de esta época. También porque había cierto aperturismo en la dictadura, dominaban los tecnócratas y había turismo, sobre todo franceses.
¿Y la decisión de parar la narración en 2019?
Para evitar la pandemia. No quería topar con esta época porque era muy incómoda literariamente. La pandemia ha estado muy reiterativa y no quería tener que narrar una historia y estar pendiente continuamente de la mascarilla de los personajes y de todo el que condicionaba la vida en aquel momento. Para el relato, era igual que fuera en 2019 que en 2021 o en 2022, para el que quería explicar no tenía nada de importancia el año que fuera, y todo era más cómodo.

València es casi un personaje más de la novela por el peso que tiene.
No sé hasta qué punto una ciudad es un personaje, porque lo explicas desde un punto de vista físico más que no sociológico. Las ciudades son personajes cuando las explicas socialmente. En esta noticia se hace socialmente, pero mayoritariamente desde el punto de vista físico. El que me interesa en mis novelas, ubicadas en València desde hace muchos años, es explicar un poco la evolución e involución de los personajes y la ciudad. Está claro que la ciudad tiene peso en la novela, pero no es un homenaje, simplemente para mí es más fácil situar la acción en una ciudad que conozco. València es un personaje genial para narrar porque es el centro político, administrativo y social del País Valenciano, tiene todos los ingredientes.
¿Qué peso tiene el humor en la novela? ¿Iba surgiendo mientras escribía?
Sí. No escribo con guion, tengo ideas y después les doy un orden literario. Trabajo sobre ideas, puede ser que prepare cuatro líneas sobre el que tiene que pasar en los siguientes capítulos, pero un guion como tal no lo he hecho nunca. El humor es muy importante en esta novela, en otras y en mi vida privada. No entiendo la vida ni la literatura sin humor e ironía. No quiere decir que todas las novelas tengan tanto humor como esta última, pero siempre me gusta que haya algún punto de humor en cada novela. Tiene un peso muy importante en la literatura y en esta obra se ve claramente.
Los personajes de la novela citan otras obras. ¿Son las que lo han marcado?
Son novelas que me han gustado o que por un determinado interés aparecen en aquel momento. Pero hay tantísimas novelas y autores que me han gustado que no podía hacer una enciclopedia literaria. En mi vida normal leo cada día, me relaciono con gente con quien hablo de libros. Me pareció costumbrista que los personajes hablen de novelas. Estas pinceladas son importantes.
¿La novela ya va por la tercera edición. ¿Esperaba tan buena acogida?
No, la verdad. Se ha llegado a la tercera edición muy rápido. Hoy en día no es como hace veinte años, que era más fácil porque no había tantos autores y menos en catalán. Se ha producido una eclosión enorme de autores catalanes. No esperaba que llegara a la tercera edición tan rápido. Siempre he confiado, más que en las promociones literarias, en el boca-oreja. Lo hago por una cuestión personal, muchos de los libros que he leído han estado recomendaciones de otros.
¿Espera irrumpir al ranking de los más vendidos en catalán por San Jorge?
No espero nada. Simplemente, iré cinco días en Cataluña para poder ir a lugares donde no he podido estar como Girona, Vic, Reus y otras capitales, pero no me planteo estar al ranking de los más vendidos. Si pasa San Jorge y la tercera edición se ha agotado estaré muy satisfecho. No compito con nadie, solo conmigo y mis inseguridades.
De las 26 novelas que ha escrito, ¿cuál es su preferida?
Me pones en un dilema. tengo diversas,

¿Está plenamente satisfecho?
Sí. Era una novela muy difícil, tuve que trabajar mucho para que no fuera difícil de leer para los lectores. Tuve que elegir fórmulas literarias que hasta ahora no había tocado para que la novela fuera fluida. Tiene muchos personajes, pasan muchas cosas y tenía que escribir y reescribir continuamente hasta encontrar la fórmula más cómoda para el lector, que suele ser la más difícil para el autor.
¿Cuáles son estas fórmulas literarias?
Lo más difícil era combinar las dos épocas sin que el lector perdiera el hilo. Después también hay una técnica que no había utilizado nunca: la simultaneidad de diálogos de personajes en situaciones diferentes dentro de un mismo capítulo sin previo aviso. Al principio, cuando llegara, sobta. Pero si la has leído enseguida lo entiendes y te das cuenta que estoy explicando una situación anterior en el mismo capítulo. Una vez el lector tiene esto claro, parece fácil, pero encajarlo era muy complicado. Tenía que encontrar la fórmula porque el lector no se perdiera.
¿Tiene como objetivo llegar a la cifra de treinta novelas?
Si llego a treinta novelas y hay manantial que quedan en el imaginario de los lectores ya me doy por satisfecho. No tengo un número al cual llegar, yo mismo sabré cuando ha llegado el momento de parar. Me será igual que sean 26 que treinta o cuarenta. Es muy difícil en este oficio decir donde llegarás, porque depende de tu estado de ánimo, de tus energías… Una novela físicamente te deja destrozado cuando lo acabas, no solo mentalmente. Además, habrá que ver si hay más ideas buenas. Cuando acabas una novela te quedas tan vacío que no sabes si volverás a escribir. Casi siempre me ha pasado.
¿Cuál es el futuro inmediato que voz como escritor?
Ahora mismo zoco incapaz de decirlo. Cuando acabe la promoción el 7 de mayo a la feria del libro de València me cogeré un mes para descansar. Supongo que en verano será el momento de abrir el cajón de las ideas. Probablemente, aunque esto no es ciencia, trabajaré con el mismo protagonista, con el falsificador, porque se me han quedado guardadas muchas cosas de él. La idea es esta, pero no sé cuando llegará el momento de dejarlo.