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Blanca Martín, nutricionista: “comer ensalada antes de la pasta evita el pico de azúcar y el sueño”

Esta sensación se debe a cambios metabólicos bruscos y, según la nutricionista Blanca Martín, especialista en nutrición clínica digestiva, la clave para evitarlo es tan sencilla como comenzar la comida con una ensalada verde.

Después de un plato de pasta, arroz, pan o de cualquier comida rica en carbohidratos, muchas personas sienten un cansancio repentino o la necesidad de dormir. No se trata de una simple “caída”, sino de una reacción natural del cuerpo a los cambios en los niveles de azúcar en sangre después de este tipo de ingesta.

¿Qué pasa en el cuerpo después de comer muchos carbohidratos?

Los alimentos con un alto contenido de carbohidratos, especialmente aquellos con un índice glucémico elevado como la pasta, el arroz blanco o el pan, ricos en harinas procesadas, provocan un rápido aumento de glucosa en sangre.

Entonces, ante este aumento, el cuerpo, de manera natural y en respuesta a estos alimentos, libera insulina de forma rápida para equilibrar los niveles.

No obstante, cuando la respuesta es demasiado intensa, se puede generar lo que se conoce como hipoglucemia reactiva, es decir, una bajada repentina de azúcar en sangre.

Esta caída repentina de glucosa explica la sensación de somnolencia, debilidad o falta de concentración que muchas personas experimentan después de comer, especialmente si han ingerido una cantidad significativa de carbohidratos muy procesados.

Es el momento en que el cuerpo, intentando recuperar el equilibrio, pide descanso y energía extra. Y hay una manera simple de ofrecerle herramientas para aliviar la carga.

La estrategia de Blanca Martín: ensalada verde primero

La recomendación de la nutricionista Blanca Martín para evitar esta caída o pérdida repentina de energía es simple pero muy eficaz: comer una ensalada verde fresca o verduras cocidas (también verdes) antes del plato principal que contenga una cantidad significativa de carbohidratos.

La fibra presente en estos alimentos como lechugas, judías, brócoli, acelgas o espinacas ralentiza la absorción de glucosa que tienen la pasta, el arroz o el pan, y esto ayuda a mantener los niveles de azúcar más estables de manera natural y a prevenir picos peligrosos de insulina.

Martín explica que este cambio sencillo en el orden de los alimentos no solo mantiene la energía más constante, sino que también aumenta la sensación de saciedad, lo que contribuye a controlar el hambre durante el resto del día y a seguir dietas para perder peso o en casos de enfermedades metabólicas.

Cómo aplicar este consejo en tu día a día

Una cosa es decirlo y otra hacerlo. Seamos sinceros, el ritmo de vida actual a menudo nos hace olvidar este detalle y, para ponerlo en práctica, solo se necesitan pequeñas modificaciones en la rutina de las comidas.

Empieza tus comidas con una ensalada verde. ¿Cómo? Mantén siempre en la nevera una reserva de espinacas, acelgas o un mix de vegetales al vapor. Con esto y una buena vinagreta te podrás servir una ración antes del plato principal.

Añade un chorro de vinagre de manzana sin filtrar a tus vinagretas o condimentos porque este ingrediente potencia el efecto de control glucémico de manera natural.

Opta por carbohidratos integrales y combina los platos fuertes con proteínas como carnes magras (pollo, pescado, huevos) y grasas saludables como aceite de oliva, aguacate o frutos secos, que también moderan la absorción de azúcar presente en los carbohidratos procesados.

De esta manera, una ensalada cruda o vegetales cocidos al vapor se convierten en un plato simple pero con personalidad, al que puedes añadir huevos, aguacate y unas cuantas almendras, cacahuetes o nueces para que sea más sabroso y agradable a la vista y al paladar.

Un pequeño gesto con grandes beneficios

La educación nutricional se ha convertido en una herramienta esencial para mejorar la salud pública, y divulgadoras mediáticas como Blanca Martín lo demuestran cada día en sus redes sociales.

En estos canales nos enseñan que adoptar hábitos tan simples como el orden en que se come (primero la ensalada y después el plato fuerte) puede tener un impacto profundo en la energía, el metabolismo y el bienestar general del día a día.

En definitiva, comer una ensalada o un plato de vegetales variados antes de la pasta, el arroz o el pan no es una moda, sino una manera inteligente de cuidar tu cuerpo y mantener la energía estable.

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