El intestino, para la doctora Dolores de la Puerta, puede ser nuestro primer cerebro, por la cantidad de neuronas que hay en él.
El 90% de la serotonina (la hormona de la felicidad) que hay en el cuerpo proviene del intestino. Así que no debería sorprender que no sea suficiente con tomar probióticos si tu propio estilo de vida está atentando contra tu salud intestinal.
La experiencia de la doctora de la Puerta la ha llevado a hacer varias publicaciones, entre ellas ‘Un intestino feliz’ y ‘La microbiota estresada’. Nos explica que no hay ningún suplemento que repare el daño constante de los malos hábitos.
Cuidar nuestra microbiota tiene más que ver con un estilo de vida que con un suplemento
El acceso a la información, gracias a la era digital, ha puesto en el punto de mira a los probióticos. Hoy en día los vemos como una solución rápida a los problemas digestivos. Pero, tal como advierte la doctora Dolores, que es experta en salud intestinal: “este enfoque tiene sus límites”. Tomar probióticos mientras se mantienen hábitos que perjudican el intestino es como querer llenar un cubo de agua con un agujero en el fondo: es imposible.
El intestino es un ecosistema que alberga numerosos bacterias, virus y hongos que conviven en armonía con nuestro cuerpo. Este equilibrio no solo influye en la digestión, sino también en la inmunidad, el estado de ánimo y el metabolismo. Aunque los suplementos probióticos pueden ayudar, si no corregimos de raíz lo que nos afecta, sus efectos serán mínimos y muy poco duraderos.
4 pilares fundamentales que nos ayudan a construir una microbiota saludable
La doctora de la Puerta insiste en que una microbiota fuerte no se logra con una cápsula, sino que se construye con lo que comemos, cómo dormimos, la cantidad de actividad física que hacemos y cómo gestionamos el estrés en nuestra vida.
Y si justamente nos referimos a esto, cabe destacar que la vida moderna arrastra con estos factores: comida rápida y procesada, vida sedentaria por trabajos frente al ordenador, pantallas hasta la madrugada y estrés acumulado.
Hablamos de una bomba atómica con la que convivimos cada día y, sin duda, este entorno deteriora nuestra barrera intestinal. No es extraño que te sientas hinchado, con exceso de gases, una digestión más pesada, fatiga o incluso malestar emocional. En síntesis, el equilibrio bacteriano se rompe.
El intestino y el cerebro están directamente conectados
El canal entre el intestino y el cerebro es como una autopista fluida donde la información va y viene. Lo que le sucede a uno impacta al otro. Por eso no puede sorprendernos que una mala salud digestiva esté relacionada con la ansiedad, la irritabilidad o el cansancio.
Dormir mal, vivir bajo tensión constante e ignorar nuestras emociones y lo que nos pide el cuerpo tiene un efecto directo en nuestra microbiota. Y también sucede al revés: cuando el intestino está desregulado e inflamado, nuestro sistema nervioso lo nota. Es un bucle constante que solo podemos romper con cambios radicales en el estilo de vida.
Entonces, ¿los probióticos no sirven? Sí sirven, pero no son un salvavidas
Tomar probióticos puede ser beneficioso, pero siempre que se haga con criterio. No todos los probióticos son iguales, ni todas las personas necesitan los mismos. Por lo tanto, lo más recomendable es contar con el asesoramiento de un profesional para elegir las cepas específicas.
Pero definitivamente, no podemos esperar que la ingesta de probióticos compense años de malos hábitos. Son más efectivos cuando el entorno intestinal es favorable. Es decir, deben ir acompañados de una nutrición adecuada, buen descanso, más deporte y menos estrés.
Las señales que indican que tu intestino necesita atención
Muchas veces pasamos por alto o hemos normalizado tener digestiones pesadas, estar estreñidos, tener exceso de gases, aparición de acné, intolerancias, cansancio continuo… Todas estas situaciones pueden ser señales evidentes de que tienes la microbiota alterada.
Así que es esencial escuchar tu cuerpo y pedir ayuda de manera oportuna. Tal como dice la Dra. de la Puerta: “ningún probiótico será útil si tu estilo de vida sabotea tu intestino”.
Cuando el intestino está bien, todo empieza a mejorar. Te sentirás con más energía, mejorará tu estado de ánimo, el aspecto de la piel, los niveles de concentración y mucho más. Nada de esto viene dentro de un frasco de cápsulas, lo genera la manera en que decidimos vivir nuestro día a día.

