La inteligencia artificial es un peligro para la supervivencia de la humanidad desde según qué punto de vista, han advertido científicos de todo el mundo. Pero de momento también está contribuyendo a revolucionar la sanidad. Los algoritmos que permiten la detección temprana de enfermedades como el cáncer o la esclerosis múltiple se están perfeccionando día detrás día y se espera que en los próximos años los casos de estas patologías disminuyan gracias a un diagnóstico en las primeras etapas de cada patología y la personalización de los tratamientos. Este diagnóstico precoz tiene especial importancia en el caso del esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmune que afecta el seso y la médula espinal y que es la principal causa de discapacidad entre los jóvenes de entre 20 y 40 años.
Los afectados por esclerosis múltiple pueden sufrir pérdida de visión, de fuerza en un brazo o pierna, sensación de entumecimiento de las piernas, fatiga, depresión, problemas de incontinencia, disfunción sexual y dificultades para andar. Todo esto se produce porque las células del sistema inmunitario atacan por error la mielina, una estructura que se encuentra al sistema nervioso central. A pesar de que en los últimos años se ha avanzado mucho en la busca de tratamientos por la esclerosis múltiple, especialmente contra su componente inflamatorio, y se ha conseguido reducir entre un 80 y un 90% los brotes de la enfermedad y las nuevas lesiones al seso, el objetivo principal continúa siendo desarrollar biomarcadores para poder prever la aparición de la enfermedad antes de que ya haya afectado el sistema nervioso. También es clave la personalización de los tratamientos.
Biomarcadores que muestren el tratamiento más adecuado para cada persona
La Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Universitario de Bellvitge, que ya participó en los ensayos clínicos para aprobar nuevos fármacos, está trabajando para detectar marcadores biológicos que anticipen el pronóstico de cada paciente y permitan prever la aparición de la enfermedad. Mientras se investiga esta vía, los esfuerzos se están concentrando en el desarrollo de una medicina de precisión personalizada que ayude los profesionales a decidir cuál es el tratamiento más adecuado para cada persona y momento. En paralelo, el Hospital de Bellvitge trabaja en el descubrimiento de nuevos biomarcadores que faciliten el pronóstico de la enfermedad para «aumentar la capacidad para diseñar estrategias de tratamiento farmacológico individualizadas y adaptadas a las características de cada persona».
El jefe de la Unidad de Esclerosis Múltiple e investigador del IDIBELL (Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge), el doctor Sergio Martínez Yélamos, explica que después de investigar el valor de los biomarcadores en líquido cefalorraquídeo, la unidad está centrada actualmente a evaluar la utilidad de algunos biomarcadores obtenidos en suero. Estos biomarcadores son más accesibles, puesto que no hay que hacer una punción lumbar sino una venipunción.
Para conseguir estos objetivos, la unidad de esclerosis múltiple del hospital de Bellvitge está haciendo estudios de radiomica que, en caso de salir bien, podrían permitir anticipar en varios años la aparición clínica de la progresión, es decir, posibilitarían que los pacientes hicieran tratamientos más agresivos en unas fases más precoces de su evolución y mejoraran su pronóstico.
Más investigación para encontrar fármacos que frenen el deterioro neurológico
Después de varios años del diagnóstico inicial, algunos pacientes sufren una forma secundaria progresiva de esclerosis múltiple que no provoca brotes ni la aparición de nuevas lesiones a las resonancias, pero sí el empeoramiento neurológico. Por ahora no hay fármacos que puedan frenar este empeoramiento neurológico lentamente progresivo, por lo cual Martínez Yélamos insiste en la importancia de incidir en este aspecto de la investigación. «La eficacia de los nuevos fármacos en este tipo de pacientes es más modesta, por lo cual este es otro foco donde se tienen que concentrar esfuerzos de investigación», concluye el doctor.
Un algoritmo para detectar lesiones al seso y cambiar la medicación
Los creadores de Tensor Medical, una iniciativa empresarial creada por la comunidad universitaria de la Universitat de Girona y el Instituto de Investigación del Hospital Vall de Hebrón, confieren especial importancia en la monitorización de la esclerosis múltiple a partir de la inteligencia artificial. Por eso han desarrollado un algoritmo que permite «mejorar de forma significativa la respuesta de los pacientes a las terapias para combatir la esclerosis múltiple» el que convierte Tensor Medical en un salto adelante en cuanto a su calidad de vida.
El software persigue el objetivo de ayudar a los médicos a detectar si el fármaco que están administrando a los pacientes está funcionando correctamente. “Hasta ahora veíamos a las resonancias si funcionaba o no según si aparecían lesiones que demostraran que la enfermedad está activa. Ahora esto se podrá detectar antes”, explica el creador de esta herramienta, Sergi Valverde, en declaraciones al Mundo. Valverde insiste en la importancia que tiene para el paciente que el profesional sanitario detecte a tiempo si tiene que cambiar la medicación, puesto que de este modo se pueden evitar lesiones importantes.
Tensor Medical mostrará a los profesionales sanitarios un mapa indicador de donde podrían estar las lesiones que todavía no son tan evidentes como para verse en una resonancia tradicional y gracias a esto el médico podrá validar el que le ha mostrado la inteligencia artificial y tomar una decisión sobre cambiar o no la medicación. “Hasta ahora se hacen resonancias cada año para ver si los fármacos funcionan, pero ahora se podrá hacer de una forma mucho más precoz”, concluye Valverde, que espera que la herramienta esté disponible a la mayoría de hospitales en los próximos meses.
