El sindicato mayoritario de educación, USTEC, ha dado inicio al nuevo curso escolar con una primera advertencia de la lucha sindical que marcará el año académico. A primera hora de la mañana, la organización sindical ha llevado a cabo una acción descentralizada de protesta en quince puntos diferentes del país para reclamar una mejora de las condiciones laborales y salariales de los profesionales del sector, el caballo de batalla de este nuevo curso escolar: «Arriba los salarios, abajo las ratios», han exclamado desde el sindicato mayoritario. En un acto dirigido a la prensa desde las puertas del Instituto Escuela Artes, en el barrio de La Bordeta (Barcelona), desde USTEC han hecho un nuevo llamado a la movilización por la mejora de las condiciones salariales de los docentes y han lanzado una advertencia clara hacia la consejería de Educación: o se sientan a negociar las condiciones laborales de los profesionales, o se enfrentarán a un nuevo «ciclo» de «lucha» y protestas.

La misma responsable de la cartera Esther Niubó, sin embargo, aseguró el pasado viernes en una entrevista en los Matins de TV3 que es «muy complicado» plantear el incremento salarial que reclaman, ya que el Gobierno aún no ha logrado acordar los presupuestos -que continúan prorrogados desde 2023. Unas palabras, pues, que se contraponen frontalmente con las exigencias de los sindicatos para este nuevo curso escolar, que reclaman un «calendario» firme de «negociación colectiva» para las condiciones laborales del sector. Así lo ha planteado este lunes el coordinador de acción sindical de USTEC, Andreu Mumbrú, quien ha avisado que ante la «negativa explícita» de Niubó a mejorar las condiciones salariales, ya trabajan para una gran movilización durante la primera semana de octubre: «Confiamos en que sea unitaria», añade. Con este escenario, desde el sindicato mayoritario también tienen claro que el siguiente paso debe ser la huelga, aunque evitan fijar una fecha en el calendario: «Queremos que sea una huelga ganadora, y por eso necesitamos la organización de los claustros», argumenta Mumbrú, que insta a participar «activamente» en las siguientes movilizaciones.

Entrada de alumnos en la nueva escuela El Roser del Poal / Oriol Bosch (ACN)

Las líneas maestras de la lucha sindical

Entre las principales reclamaciones que plantean desde el sindicato mayoritario de educación destaca «recuperar el 25% del poder adquisitivo perdido» en los últimos quince años, especialmente debido al estancamiento del complemento salarial específico, el cual corresponde a la Generalitat actualizar. «Somos los docentes peor pagados del estado», exclama la portavoz del sindicato, Iolanda Segura. También exigen el «cobro» de todas las tareas que llevan a cabo a lo largo de su jornada laboral. En esta línea, la representante sindical también denuncia que el caos vivido en las adjudicaciones de verano, que ha calificado de proceso «corrupto», ha provocado que este año haya nuevamente «algunos» docentes a los que se les ha adjudicado una plaza a «200 y 300 kilómetros» de distancia de su domicilio, lo que dificulta la conciliación familiar y económica. Un factor, pues, que ha impulsado aún más la lucha sindical desde el primer día de curso: «Este debe ser un curso para organizarnos, luchar y ganar. Si el Departamento no reacciona, la comunidad educativa saldrá a la calle», ha rematado Segura.

La portavoz del sindicato mayoritario de educación también ha denunciado que el adelanto de la fecha de inicio de curso ha dejado muy poco margen a los docentes para preparar el nuevo año académico. Desde el sindicato reclaman que el curso comience después de la Diada, tal como ya se hacía hace una década. Con todo, desde USTEC se preparan para un nuevo curso escolar marcado por el pulso con Niubó sobre las condiciones laborales y salariales de los profesionales del sector y avisan que saldrán a la calle si la administración catalana no atiende sus demandas.

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