El jueves de la semana pasada, el Departamento de Educación y Formación Profesional, encabezado por la consejera Esther Niubó, tomó una decisión muy inesperada para los sindicatos de docentes del sector. La consejería ha aprobado que el Grupo Estable de Sustituciones (GES) deje de funcionar el próximo curso, justo un año después de su creación. Este grupo garantizaba trabajo durante todo el curso a los docentes que formaban parte de él y hacían una sustitución. Era una de las medidas pactadas por la anterior consejera, Anna Simó, que había tenido una buena acogida entre las organizaciones sindicales, ya que, pese a las carencias del mecanismo, brindaba una ligera estabilidad a los docentes que cubrían vacantes, garantizando que aquellos que se inscribieran –voluntariamente– en esta bolsa estable de sustitutos tendrían trabajo garantizado para todo el curso. Ahora, sin embargo, la medida queda en suspenso, al menos, durante un año por una cuestión de «optimización de recursos públicos», según indican desde la consejería de Educación. Además, desde la administración también argumentan que un 46% de los miembros del GES han tenido solo un nombramiento durante todo el curso, lo que desvirtúa su esencia desde su punto de vista.

Desde el departamento alegan que, para suplir el grupo estable de sustituciones, están trabajando en un nuevo sistema de adjudicaciones que es «incompatible» con el modelo actual y que será «más ágil y eficaz» para cubrir las necesidades del sistema educativo y las bajas laborales. La decisión de la titular de la cartera de enseñanza, sin embargo, ha sorprendido «por sorpresa» a los sindicatos de docentes, que confiaban en que el grupo estable de sustituciones se mantendría a lo largo de los tres cursos anunciados por el gobierno de Pere Aragonès: «A mitad de curso nos dijeron que había algunas bajas [del grupo], pero que estaban bastante contentos», explica en conversación con El Món la portavoz nacional de USTEC, Iolanda Segura, que asegura que no están «en absoluto a favor» de la decisión de la consejería: «Es un recorte de más de 2.100 puestos de trabajo», afirma la representante del sindicato mayoritario del sector.

Desde USTEC recuerdan que el Gobierno destinó un presupuesto de «106 millones de euros» -según las mismas cifras del departamento- a este grupo de sustituciones: «Es evidente que una parte de este presupuesto irá a parar a las sustituciones que antes se cubrían con el GES, pero también es evidente que hay una parte significativa que queda liberada. ¿Qué piensan hacer?», reflexiona Segura. Esta misma mañana, de hecho, el sindicato ha presentado una queja al síndic de greuges para exigir soluciones para el personal interino al que afecta la decisión del departamento. El resto de organizaciones sindicales consultadas por este diario también se muestran sorprendidos por la decisión de la consejería: «Era una medida bastante positiva para las personas que no se habían podido estabilizar», lamenta la portavoz de UGT, Lorena Martínez. Por su parte, la portavoz de Comisiones Obreras (CCOO), Marga Romartínez, también asegura que la creación del grupo estable de sustituciones era una medida «positiva» porque «permitía cubrir las sustituciones de manera más ágil y eficaz». En esta línea, la sindicalista también apunta que las personas «mayores» que llevan años trabajando como docentes en el departamento, pero que continúan en situación de interinidad, tenían la oportunidad de conseguir sustituciones de «larga duración» gracias a este grupo. Ahora, sin embargo, esta oportunidad queda muy debilitada.

La consellera de Educación y Formación Profesional de la Generalitat de Catalunya, Esther Niubó, durante la presentación del Plan de Digitalización Responsable / David Zorrakino (Europa Press)

Una pérdida de «derechos» y «puestos de trabajo»

Por su parte, el portavoz de la Intersindical, Marc Martorell, sostiene que la decisión de la consejería de suspender temporalmente el grupo estable de sustituciones «es una pérdida de derechos» para los docentes, pero también un recorte de «puestos de trabajo»: «Y más añadido al cierre de líneas [públicas] que anunció la consejería en marzo», exclama el sindicalista. En este sentido, Martorell también recuerda que desde el sindicato celebraron la medida impulsada por el equipo de la exconsejera Simó, ya que consideraban que era un buen mecanismo para «captar talento» para la escuela pública, ya que «es más atractivo» tener un contrato de sustitución para todo el año que «una sustitución de dos semanas»: «Hay gente que, por mucha vocación que tenga, prefiere acabar trabajando en otro lugar para tener más estabilidad económica. Y es comprensible», sostiene el portavoz de la Intersindical.

La decisión de la consejería, pues, no ha tenido una buena acogida entre las organizaciones sindicales del sector, lo que aún tensa más la frágil relación con la administración catalana: «El Gobierno no nos ha dado nada bueno este primer curso, es un despropósito otra vez», exclama la portavoz nacional del sindicato mayoritario. De hecho, desde USTEC, han «suspendido» simbólicamente el primer año de legislatura de Esther Niubó, ya que aseguran que «las condiciones laborales del personal docente y educativo se han visto deterioradas y que el Departamento no ha mostrado ninguna voluntad real de negociación ni de abordar los conflictos abiertos con la parte social». Una situación que los ha llevado a planificar una huelga a gran escala para el curso próximo. Mientras el sindicato mayoritario tilda de «despropósito» la suspensión del grupo estable de sustitutos, tanto la Intersindical como UGT coinciden en que es una «precarización» de esta figura del sistema educativo.

Un grupo de personas con pancartas y banderas durante una concentración conjunta de los sindicatos educativos durante la huelga de enero de 2023 / Kike Rincón (Europa Press)

Las sustituciones de los docentes, una asignatura pendiente

Teniendo en cuenta que la consejería aún no ha terminado de definir qué mecanismo usarán para cubrir las sustituciones del próximo curso, desde UGT aseguran que «a lo largo de este mes de julio» presionarán a la consejería durante las próximas mesas sectoriales para que se comprometan a «cubrir las bajas inmediatamente»: «Esperamos que en septiembre haya nombramientos diarios», asevera Lorena Martínez, coincidiendo con la opinión de su homóloga de CCOO. Ambos sindicatos lamentan que, hasta ahora, la consejería solo cubre las sustituciones de más de siete días de duración, lo que complica la vida en los centros: «Las de cuatro días, como una baja por gripe, por ejemplo, no se cubren», denuncia Marga Romartínez. Una situación que ambos sindicatos consideran intolerable. «Se debería hacer desde el primer día para garantizar el buen funcionamiento del centro», exclama la portavoz de UGT, que cree que es «lo más lógico».

Por su parte, desde el sindicato mayoritario de educación también reclaman al gobierno de Salvador Illa que «restaure» el grupo estable de sustitutos como «medida transitoria» hasta configurar su propio sistema y que se apruebe «un pacto real de estabilidad»: «Que garantice trabajo por orden de número de bolsa hasta la funcionarización», argumentan. Un planteamiento que también comparten el resto de organizaciones sindicales. La decisión drástica de la consejería de suspender, de momento, el grupo estable de sustitutos abre una nueva brecha entre los sindicatos de docentes y la administración catalana, que ya no están muy contentos con la gestión que ha hecho Esther Niubó del primer año de mandato. Ahora, pues, la consejería debe buscar la manera de tender puentes una vez más y, tal como ha defendido la titular de la cartera desde su toma de posesión, «recuperar la confianza» de los docentes para garantizarse una cierta tranquilidad, al menos, los próximos años de mandato. Los sindicatos del sector, sin embargo, se muestran firmes y continuarán presionando a Educación para conseguir sus reivindicaciones.

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