El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y la consejera de Educación, Esther Niubó, han dado el pistoletazo de salida al nuevo curso desde una escuela de Granollers (Vallès Oriental) entre críticas de los sindicatos y los Comunes por los incumplimientos de su gobierno en materia de educación. Mientras Illa visitaba las aulas de la escuela Ponent, la USTEC, el sindicato mayoritario de educación, realizaba la primera protesta del curso en una quincena de acciones simultáneas para reclamar una mejora de las condiciones laborales del profesorado y CCOO le exigía más recursos para una escuela inclusiva “real”. Los Comunes también han redoblado la presión sobre el PSC y le han reprochado la falta de cumplimiento de los acuerdos alcanzados antes del verano, como el refuerzo de las asignaturas de catalán, inglés y matemáticas o garantizar los comedores escolares en centros de máxima y alta complejidad.
Illa ha defendido que el Gobierno ha hecho los deberes y ha recordado que el nuevo curso comienza con “menos alumnos, más profesores, más centros y más educación inclusiva”. El presidente catalán ha reconocido que “quedan muchas cosas por mejorar”, pero también ha reivindicado que hacen “muchas muy bien”. Según los datos del Departamento de Educación, Esther Niubó, el curso comienza con 1,6 millones de alumnos, casi 84.000 maestros y profesores. “No queremos simplemente hacer las cosas bien, sino que las queremos hacer de manera excelente”, ha insistido Illa. “Sabemos, en este sentido, que tenemos camino por recorrer”. Illa ha destacado por encima de todo la prohibición de los móviles, que este año será total tanto en primaria como en la ESO. “En la escuela, en el instituto, un gesto sencillo, pero poderoso: apagar los móviles y encender los libros”.

Otoño caliente de manifestaciones
La USTEC ha comenzado el curso con las pilas cargadas y ha advertido a Educación que es hora de “pasar a la acción” para exigir un incremento de sueldo y mejoras laborales para los docentes. El sindicato mayoritario amenaza a la Generalitat con un otoño caliente. En octubre iniciarán un ciclo de movilizaciones que inaugurará con una manifestación unitaria que está negociando con el resto de sindicatos y que puede terminar con una gran vaga si no hay voluntad de negociación por parte de la consejería. El sindicato ya ha hecho un llamado a los claustros para que se organicen y avisa a Educación que el curso comienza con “muchos deberes sobre la mesa”. Antes de salir del Gobierno, ERC había pactado con UGT y CCOO diversas mejoras salariales que no se han podido materializar por la falta de presupuestos en los dos últimos años.
Por su parte, CCOO también reclama más recursos para la escuela inclusiva e insiste en que es necesario bajar más las ratios para mejorar la calidad educativa. El sindicato ha explicado que en los próximos meses centrarán sus reivindicaciones en el Parlamento, donde quieren que se apruebe la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para garantizar que la Generalitat destina un 6% del PIB a Educación, ya que actualmente es el 4%, según critica CCOO. “Hace unos años que el PIB ha crecido y esto habría permitido muchas mejoras que no se han dado”, afirma Cristina Broto, representante del sindicato. Uno de los cambios urgentes que exigen es acabar con la externalización del personal cuidador, un sistema “inaceptable” para la escuela pública.
Los pactos con los Comunes, en el cajón
La portavoz de los Comunes, Aina Vidal, ha aprovechado el primer día de curso para cargar contra Illa y el gobierno catalán, a quienes acusan de comenzar con mal pie porque “no se están desarrollando con celeridad ni con urgencia” los acuerdos alcanzados en materia de educación durante las negociaciones por los suplementos de crédito. Vidal ha reclamado al ejecutivo que les convoque a una reunión de seguimiento de los pactos cerrados antes del verano antes de iniciar nuevas conversaciones, como podrían ser los presupuestos del 2026. Después de dos años sin cuentas nuevas, la Generalitat necesita aprobar nuevos presupuestos y depende de los Comunes y de ERC para sacarlos adelante, pero ambas formaciones no se fían del PSC y exigen primero el cumplimiento de los acuerdos pendientes.
Vidal dice que les “consta” que no se están ejecutando acuerdos como el incremento de 37 millones de euros para reforzar las asignaturas de catalán, inglés y matemáticas, el mantenimiento de los comedores escolares en los centros de máxima y alta complejidad o el refuerzo de docentes en la escuela inclusiva. “La consejera Niubó llega con los deberes por hacer y estamos preocupadas”, ha dicho la portavoz del partido. Por eso exigen una reunión y advierten que tampoco se están cumpliendo pactos en otras áreas prioritarias como la vivienda.