Este sábado, la Asamblea Nacional Catalana vivirá una jornada trascendental. La entidad independentista celebrará un secretariado nacional, el máximo órgano de decisión entre asambleas, en uno de los ambientes de división y guerra interna más intensos desde su creación. El bloqueo entre los oficialistas y los disidentes cada vez se tropieza más y la amenaza de dimisiones hace afilar los cuchillos entre los dos sectores. Los oficialistas acusan los disidentes de seguir directrices de partidos como por ejemplo la CUP o ERC y los disidentes, autodenominados «demócratas», alertan de «el autoritarismo» del actual núcleo presidencial. «Hay amenaza de escisión», avisan veteranos asociados de la plataforma independentista. De momento, sábado se podría plantear el debate de una moción de confianza hacia los miembros del núcleo duro de la dirección y desencallar el bloqueo de la entidad.
El que ha hecho desenterrar el hacha de guerra entre las facciones ha sido el objetivo de la actual presidenta, Dolors Feliu, de presentar pase lo que pase una lista cívica de cara a las próximas elecciones en el Parlamento. Esta propuesta ya abrió una profunda rendija en el último secretariado de la plataforma independentista con serias acusaciones entre sus miembros de carencia de democracia interna. De hecho, dimisiones y articulaciones de corrientes críticas son la prueba. Este miércoles se anunció una dimisión en el Comité Permanente. Los disidentes, pero dejan claro que la batalla no es «lista cívica o no». «Va más allá, la candidatura es una de las opciones, pero dentro de una estrategia y esto es el que hay que puntualizar», aseguran. Y, sobre todo, «democratizar la ANC» y parar el que califican de «desprecio» la actuación del comité permanente -el gobierno de la ANC- al Secretariado nacional, que sería su parlamento. Un buen grosor del secretariado ve la sombra de Solidaridad Catalana por la Independencia en el trasfondo de la batalla.
Una cuestión de confianza?
Una de las opciones que la oposición contempla de cara el cónclave de sábado es reclamar la presentación de una «cuestión de confianza» por parte de los miembros del Comité Permanente de la ANC. «Es la manera de remodelar el actual Comité Permanente para que recupere el apoyo mayoritario del Secretariado Nacional», indican fuentes de los proponentes. Esta opción está dirigida a evitar el estropicio interno de manera inmediata. Pero es una oferta que el sector de Dolors Feliu rechaza. En este sentido, los oficialistas niegan esta carencia de democracia interna y acusan los disidentes de cumplir órdenes de los partidos políticos y de ser contrarios a la lista cívica.
En cambio, los disidentes acusan los oficialistas de «falsear» el debate. «Esto no va de lista cívica sí o no… esto es absurdo, no hay una oposición mayoritaria a la lista, solo hay algunos que se oponen frontalmente, el problema se inicia con un debate sobre la estrategia general y dónde encaja esta lista cívica», enfatizan los disidentes. «La lista cívica es una pieza más en la estrategia, pero no es LA pieza«, manifiestan. «El auténtico debate, y el que se tiene que decidir sábado, es sobre la calidad democrática dentro de la asamblea!», sentencian los opositores al hueso. «Se centran en la lista cuando el debate es como meter la lista dentro de las diferentes estrategias que se plantean», añaden. «El problema es de democracia hacia autoritarismo y se tiene que parar este desprecio constante del Comité Permanente al Secretariado que es donde rae representada la soberanía de los asociados», remarcan.

La sombra de Solidaridad Catalana por la Independencia
Por algunos de los que tienen más horas de vuelo en la ANC, el enroque de parte del secretariado afín a Feliu tendría una explicación partidista. En este sentido, apuntan a las formas y la proyección interna que tienen algunos miembros del secretariado y algunos de los opinadores próximos a Solidaridad Catalana por la Independencia, la formación independentista creada el 2010, limpiamente independentista que logró cuatro escaños en el Parlamento, a los comicios de noviembre de 2010. Entre los cuatro escaños se contaba el actual e influyente líder de la comisión de Estrategia y Discurso de la ANC, Uriel Bertran que provenía de ERC; de hecho, era diputado hasta la última legislatura del tripartito, cuando se transformó en uno de los líderes de la oposición interna a la dirección de Joan Puigcercós i Joan Ridao.
Bertran es una de las personas de máxima confianza de Elisenda Paluzie, expresidenta de la ANC y defensora de la creación de esta lista cívica. Paluzie, según fuentes de la ANC, tiene una «poderosa ascendencia» entre miembros del Comité Permanente que hasta ahora cortan el bacalao en la dirección de la entidad. «Su intención es clara, es tener un escaño en el Parlamento», señalan. «Se piensan que haciendo de ‘diputaditos’ autonómicos pueden hacer la revolución», critican sin tapujos miembros del secretariado enfadados con las formas del Comité Permanente. «La ANC tiene que nutrir proyectos, y no ser el director», razonan las mismas fuentes.

«Que cada cual vaya por su camino»
El relato de la estrategia es clave para entender la crisis y la lista cívica como detonante. La radiografía que hace el sector oficialista es que los disidentes están en contra de presentarla. Pero el debate va más allá, miembros de esta corriente crítica con la dirección insisten que el debate es «muy diferente». «Es redefinir el papel de la ANC en esta nueva fase política», delatan. «Por ejemplo, las bases están absolutamente desorientadas y abandonadas por parte de la dirección, quizás solo una cuarta parte de las asambleas territoriales se reúnen periódicamente», señalan para constatar el riesgo de «derrota interna» y «de aturdimiento de la entidad». «El comité político no es el comité central de un partido!», reprochan a los fieles de Feliu.
De aquí que la esperanza de los críticos se construya en certificar en esta carencia de democracia interna en el próximo Secretariado del sábado. Un mensaje que los disidentes quieren trasladar a las bases antes de que empiece el debate territorial sobre la articulación de lista cívica. Una segunda fase será la Conferencia Nacional del Movimiento Civil Independentista, prevista para el próximo 11 y 12 de marzo en el Campus Norte de la Universidad Politécnica de Cataluña. Este cónclave tiene que debatir como construir de nuevo el frente civil, el institucional y el internacional para conseguir la independencia. Será en este encuentro donde los disidentes piensan presentar batalla para redefinir el papel de la ANC. «Tenemos claro que si la actual dirección continúa basando su estrategia únicamente al presentar una lista electoral, habrá que hacer otro camino, que cada cual elija el suyo, y la ANC ya habrá hecho el trabajo que le tocaba durante estos años; podremos comenzar otro proyecto más de acuerdo con la actual circunstancia política», advierten.