«Movilización sublevada». Estos es el concepto que ha utilizado este anochecer el presidente en el exilio y candidato de Junts+, Carles Puigdemont, para pedir a los independentistas indecisos y abstencionistas que vayan a votar a las elecciones en el Parlamento del próximo domingo 12 de mayo y ha alertado que la abstención no es una buena opción porque puede «cronificar el problema» para entomar la refundación de Cataluña que él propone. «El día 12-M nos tenemos que sublevar, tiene que ser un voto de revuelta e indignación», ha defendido, porque «no podemos tener futuro si nos roban esperanza» y ha reclamado concentrar «toda la fuerza» en su lista.
Puigdemont ha dicho que el estado español teme esta movilización que él reclama como «una granizada seca» y ha dejado claro que de la movilización de domingo «haremos panes», porque quieren liderar y gobernar bien, como lo juntaires han repetido en reiteradas ocasiones, pero el candidato de Junts+ ha enfatizado que lo pondrán todo «al servicio de la independencia». «Y esto los hace entrar un dolor de estómago que no se lo acaban porque nos han visto y os han visto resistir», ha sentenciado. Así mismo, ha expuesto que una manera de desvanecer las dudas para decidir ir a votar es pensar «qué quiere España» en estas elecciones, porque lo que quieren, según él, es que la gente se quede en casa y en caso de que se vote que sea un voto que «divida».
Además, ha denunciado que durante todos estos años el estado españoles «nos han intentado liquidar, nos han intentado asustar, nos están persiguiendo, han atacado nuestras instituciones y nos espían permanentemente», y es por eso que Puigdemont entiende que los catalanes tengan dudas, pero ha dicho que «tenemos derecho a desvanecer las dudas» y para hacerlo evidente ha espetado esto: «estoy aquí, a pocas semanas de volver sin haber tenido que pedir perdón a ningún juez español». «Esta es la fórmula del éxito: Aguantar la posición», ha remachado.

Una movilización para decidir entre él o Illa
Puigdemont ha insistido que la movilización es más necesaria que nunca para hacer frente al estado español, que “roba la esperanza y se llevan el fruto del esfuerzo de los trabajadores y las trabajadoras de Cataluña” y de un déficit fiscal que «empobrece» la nación. Ante este escenario, el presidente en el exilio ha puesto de relieve la trascendencia de esta cita electoral, asegurando que «estamos en un cruce histórico y depende del rumbo que tome el país, o levantamos Cataluña y la preparamos para el futuro o se acaba de hundir». «O hay una opción de obediencia española, o nosotros. O es Illa, que quiere decir la mochila del PSOE, o somos nosotros. No hay otra alternativa», ha sentenciado.
Finalmente, el candidato de Junts+ ha lamentado que Cataluña es «una región rica de Europa pero con ciudadanos empobrecidos» y ha apuntado que una de las prioridades es fijarse en «qué parte de la población no puede seguir». Así, ha dicho que los maestros son a «la cola de la retribución» de todo España, y ha calificado de «vergüenza». También ha señalado que los médicos marchan de Cataluña porque «no los podemos pagar bastante» y los jóvenes se emancipan «cuatro años más tarde» que la media europea. En la misma línea, ha añadido que solo con el 2% del déficit fiscal las universidades catalanas «tendrían el que piden y hoy no se los podemos dar, porque este dinero, que son nuestros, no los podemos disponer» y un ejemplo similar pasado con el pacto por la lengua, que se cumpliría con «solo el 1% del déficit fiscal».