La candidatura de Junts+ Puigdemont per Catalunya ha instalado el centro de mando de la campaña para las elecciones en el Parlamento de Cataluña del próximo 12 de mayo al Espacio Jean Carrère de Argelers (Catalunya Nord), que dispone de una sala de reuniones, una sala de prensa y un espacio de trabajo para todo el equipo de campaña. Allá hay habitualmente todo el equipo de campaña, formado por unas veinte personas y capitaneado por Albert Batet y el jefe de comunicación del partido, Pere Martí, que lleva la agenda del presidente al exilio, Carles Puigdemont. Los simpatizantes de Juntos han respondido en masa al llamamiento de la formación de desplazarse en la Cataluña Norte para asistir a los mítines e inmortalizar la experiencia con una foto con Puigdemont, a pesar de que ha tenido que suspender dos días su agenda de campaña por la muerte de su madre.

Mientras el resto de candidatos recorren el territorio en busca de los votantes, Puigdemont no se mueve de Argelers y hace desplazar los simpatizantes para verlo y escucharlo. La centralización de la campaña en la Cataluña Norte por la situación de exilio del candidato, una fórmula que hace de la necesidad virtud y pose todos los focos en la figura del presidente al exilio, tiene pros y contras, según expertos consultados por El Mundo. Así, subrayan que algunos aspectos positivos son la gran capacidad de movilización que están demostrando Puigdemont y su formación, que cada día son capaces de movilizar centenares de personas, hasta el punto que en un solo día, el pasado sábado, llegaron a subir 14 autobuses provenientes de los Vallès con 1.200 personas que llenaron a rebosar el pabellón. De hecho, la formación ha reconocido que la afluencia de público ha desbordado todas las expectativas previstas con más de 10.000 inscritos. Y la respuesta obtenida ha sido una de las razones que han llevado Juntos a cambiar a última hora el planteamiento del mitin de cierre de campaña para hacer un más con Puigdemont en persona –y no a través de una pantalla, en Barcelona, como estaba previsto–, esta vez a Elna.

Xavier Tomàs, consultor de comunicación política y redes sociales, destaca que «toda» la campaña de Juntos gira alrededor de Puigdemont y que se está «haciendo un buen trabajo de producción con los actos», pero admite que los actos pueden parecer «14 mítines iguales», con la misma estructura, el video de campaña y otro video de Puigdemont, entrada del candidato de Juntos a la presidencia de la Generalitat e intervenciones de menor a mayor importancia, con cierre de Puigdemont, antes de que suenen Los Segadores y No Surrender de Bruce Springsteen. Así mismo, reconoce que este tipo de campaña «tiene un punto de riesgo» con el territorio más lejano, pero en el acto con la gente de las Tierras del Ebro, a pesar de que no hay datos oficiales, hubo una buena afluencia de público.

Carles Puigdemont durante el acto de presentación de las listas el 6 de abril del 2024 a Elna (Cataluña Norte) / Europa Press

Un argumento que comparte el profesor de Ciencias Políticas de la UAB Marc Guinjoan, que considera «arriesgada» la estrategia porque necesita «gente muy motivada» que vaya a los actos, cosa que la formación ha ido consiguiendo a pesar de que el tiempo no acompañaba inicialmente, porque no va paraba de llover los primeros días. Como Tomàs, también alerta que el formato puede llegar a ser «repetitivo y muy pesado». «Tienen que pensar muy bien que explican en cada acto porque, si no, corren el riesgo de tener poco gancho», añade.

Jordi Crisol, politólogo y especialista en estrategia y comunicación política, por su parte, cree que es «muy positiva» la movilización de la militancia y de los simpatizantes, pero admite la «complejidad de la campaña» porque la gente tiene que hacer dos horas de ida y dos horas de vuelta para asistir a un acto y, por otro lado, también corren el «riesgo» que los actos se hagan repetitivos.

Dificultados para celebrar actas en lugares públicos franceses y medidas de seguridad

Un aspecto que limita la campaña de Juntos en la Cataluña Norte es la dificultad de celebrar actas en espacios públicos en la Cataluña Norte, puesto que necesitas una autorización del estado francés y así lo trasladaron las autoridades locales al equipo de Puigdemont. Lo ha explicado el alcalde de Elna, Nicolas Garcia, en una entrevista con El Mundo, donde ha remarcado que esta norma la introdujo el «triste Manuel Valls, porque antes no existía». «Si hubiéramos querido hacer esto -en referencia al acto en las Antiguas Escuelas para presentar los candidatos- en la plaza mayor, habríamos tenido que pedirlo en el estado francés, que quizás nos habría dicho que no y entonces nos habríamos tenido que poner en la ilegalidad», ha expuesto, y ha resaltado que ni él ni Puigdemont tenían jefe de interés. «Si lo haces en una sala del Ayuntamiento, no te pueden prohibir hacerlo», sentencia.

La presencia policial francesa y de agentes de la policía secreta española es evidente, y hay preocupación por la seguridad del presidente al exilio ante el «aumento de peligrosidad y riesgo» que hay después del pacto del PSOE. Una preocupación que se hace evidente con la amplio dispositivo de seguridad a su alrededor que está pendiente de todo en todo momento, puesto que la Moncloa sigue demorando el servicio de escolta oficial que le corresponde en su condición de 130.º presidente de la Generalitat. A Elna, por ejemplo, se desplegó un fuerte dispositivo de seguridad para entrar en las Antiguas Escuelas. Los periodistas tenían que mostrar su credencial y algunos que no la tenían tuvieron problemas para acceder, y las 2.200 personas que asistieron se tuvieron que cargar de paciencia y mostrar sus pertenencias a un cordón de seguridad formado por agentes privados antes de acceder al recinto.

Minuto de silencio por la muerte de la madre de Carles Puigdemont, Nuria Casamajó, al acto de Argelers de este lunes / Nico Tomás / ACN

Una campaña anómala que limita la capacidad de reacción

Esta campaña presencial de Puigdemont pero fuera del territorio donde se eligen los diputados no deja de ser anómala porque el candidato de Juntos lo tiene que hacer al exilio sin poder todavía pisar Cataluña, un argumento al cual han hecho referencia diferentes dirigentes juntaires durante la precampaña y la campaña. El mismo secretario general del partido, Jordi Turull, destacó en la presentación de la flota de autobuses que «vuelve a ser una campaña que no entra dentro de los parámetros de la normalidad democrática, porque el candidato no puede hacer la campaña en Cataluña» y es por eso que la gente de cada comarca y vegueria se desplaza para poder «apoyar al presidente».

Esta situación, además, compuerta lo hándicap de restar capacidad de reacción como se pudo ver con el anuncio de Sánchez que continúa en el gobierno español, que se juntó con la muerte de la madre del presidente al exilio y obligó Turull a desplazarse lo más rápido posible desde Barcelona para replicar al presidente español, pero tardó dos horas.

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