La isla de las tentaciones es uno de los programas más exitosos de la televisión. Las parejas pasan varias semanas en unas villas de lujo en República Dominicana, disfrutando de fiestas, un entorno paradisíaco y las tentaciones de solteros y solteras dispuestos a conocer a los participantes. A pesar del debate que pueda surgir al exponer las intimidades de una relación ante todo un país, lo cierto es que muchos se preguntan cuánto cobran estos chicos y chicas dispuestos a poner a prueba sus relaciones.
Esta octava edición del programa de Telecinco ha estado marcada por tres personajes virales. Anita Williams, Montoya y Manuel González se han convertido en el fenómeno de La isla, y tanto es así que ahora concursan en Supervivientes, el reality más salvaje de la televisión. Hacerse un nombre en el mundo de las cámaras es importante, pero ¿cuánto cobran realmente en La isla de las tentaciones? Manuel ha confesado en una entrevista el sueldo que recibió en su primera experiencia y cómo fue su primera propuesta para ser tentador.
La cifra es más baja de lo que esperan
Siempre genera mucho interés saber la cantidad de dinero que se llevan estos personajes por divertirse y exponer su vida íntima sin vergüenza. Manuel González ha participado en una entrevista del pódcast de Batmowli y ha revelado información hasta ahora desconocida. Él participó en la tercera edición del programa presentado por Sandra Barneda con su novia de entonces, Lucía Sánchez. La pareja se volvió viral por el meme de «la manita relaja’«, pero ¿cómo surgió esta oportunidad? «Yo estaba en el gimnasio y recibí un email de Cuarzo Producciones. Era un texto muy largo en el que me explicaban un poco en qué consistía el programa. Querían que fuera como tentador de la primera edición».
Esto no le gustó mucho a su novia, que no estaba segura de si esta experiencia podría terminar con su relación. No se equivocaba, porque después de participar en la tercera edición, Manuel fue infiel con Fiama, una de las solteras y ella solicitó una hoguera de confrontación. Esto acabó afectando el dinero que podían llevarse. «Te sorprenderías, yo me fui una semana antes porque tuve una hoguera de confrontación. Cobré 760 euros», revela el andaluz.
La rueda de ‘La isla de las tentaciones’ no deja de facturar
Poner los cuernos a través de la televisión dio sus frutos, porque Manuel sigue facturando después del reality. «Reventé mi relación, me expuse a toda España, por 760 euros. Lo que pasa es que yo he ganado mucho dinero gracias a La isla de las tentaciones, no te mentiré. Estoy súper agradecido. He hecho muchísimas colaboraciones y llevo cinco años haciendo bolos». ¿Cuál es la cantidad más alta que ha conseguido? «Mi mes récord fue diciembre de 2021, hice 16 o 17 bolos, gané 15.000 euros en un mes”, explica en esta entrevista.
La relación con los participantes de la octava edición y su ‘rival’ Montoya
Montoya y Manuel han protagonizado los cara a cara más tensos de la edición. El tentador de Anita, con quien fue infiel la catalana, tuvo más de un enfrentamiento con Montoya. Los dos andaluces tensaron las cuerdas desde un principio. «Cuando me vio entrar, se puso nervioso porque vio que su novia estaba pillada por mí. El otro día vi imágenes suyas diciendo ‘¿Cómo me va a cambiar por él?’… Y lo cambió en cinco días», explica riendo. Aun así, Manuel explica que no tiene ningún problema con Montoya y que le duele «ver sufrir a las personas». Sin embargo, según él, si Montoya quería ahorrarse el sufrimiento, “que se hubiera apuntado a Pasapalabra«, recalca en el vídeo.
Otra de las confesiones que ha hecho es sobre su vida íntima y anécdotas para ligar con las chicas. Manuel explica que cuando salía de fiesta, solía cambiarse de nombre, «porque no quería que lo identificaran» y que lo hacía «cuando tenía pareja y no quería que lo pillaran«. Una entrevista que deja ver el show que supone formar parte de La isla de las tentaciones. A pesar de que el sueldo que reciben por estar un mes en la televisión sea cerca de 1.000 euros, la explotación del personaje fuera del reality puede llegar a ser mucho más provechosa.
