Los guionistas de Com si fos ahir están decididos a dejar la serie diaria de TV3 en un punto álgido antes de las vacaciones de Navidad. Las tramas más interesantes están entrando en una espiral de aceleración que hace difícil para los espectadores –y esa es la idea– despegarse de esta ficción de la cadena de televisión pública catalana, que se ha instalado en cuotas de pantalla de entre el 18% –el día que le va mal– y el 22%. Esta semana ya se ha plantado la semilla de lo que debe ser una gran bomba, que no se sabe exactamente cuándo estallará. Se trata del asunto Rodri y su pasado oscuro.
Este nuevo personaje, interpretado por Ivan Benet, arrastraba dos secretos. Uno de ellos, el más inocuo, que era para despistar, ya se ha desvelado. Se trataba de su drama familiar, la enfermedad de un hermano que está en estado vegetativo en una cama de hospital y que le quita muchas horas de su tiempo libre. Muchas de sus repentinas desapariciones cuando Eva (Alícia González Laá) intentaba quedar con él para comenzar la relación –que finalmente han podido iniciar– se debían a urgencias relacionadas con su hermano. Él no lo explicaba y eso hacía que Eva desconfiara. Hasta que un día le confesó todo.

Pero hay algo más que no cuadra en Rodri. Algo relacionado con su trabajo de médico traumatólogo. En alguna ocasión, se le ha visto fallar en un diagnóstico. El día que su amigo Andreu (Marc Cartes), que es enfermero, se lesionó jugando al pádel, no lo examinó correctamente. Y recientemente se le veía examinando una radiografía con cara de confusión cuando, en cambio, Andreu –que se supone sabe menos– veía clarísima cuál era la lesión. En otro capítulo, Rodri y Eva iban haciéndose carantoñas por la calle, muy contentos buscando un restaurante, y de repente se toparon con una chica que conocía al médico de cuando vivía y trabajaba en Mallorca. El nerviosismo y la incomodidad de Rodri eran tan evidentes –llegó a evitar decirle a la joven, que era una enfermera mallorquina con quien había compartido trabajo, dónde trabaja en Barcelona– que Eva empezó a preguntarse qué pasaba.
Una escena muy elocuente: Rodri falsificando la documentación para inscribirse en un congreso médico
Poco a poco, las circunstancias han ido acorralando a este personaje, aparecido de la nada en esta octava temporada de Com si fos ahir con la excusa de que conocía a Andreu desde hacía años. Y en el capítulo de este lunes se ha visto claro que algo grave oculta relacionado con su trabajo. Cuando se ve obligado a aceptar la propuesta de otro compañero de ir a un congreso en Sevilla –porque Andreu lo empuja y a Eva le hace ilusión acompañarlo– se le ve falsificando la documentación para inscribirse, tomando el número de colegiado de otro compañero con ayuda de Photoshop.
El embrollo está servido: ¿Rodri no es médico ni lo ha sido nunca? ¿Es enfermero y no médico? ¿O no tiene ningún tipo de formación sanitaria? ¿O le retiraron la licencia por alguna negligencia cometida? Todas estas preguntas flotan en el ambiente y se las hacen los seguidores de la serie, pero los otros personajes aún no tienen ni idea de lo que pasa. Entre otros, la muy desafortunada Eva, que la temporada pasada ya tuvo un gran desengaño con otro hombre con el cual se involucró, que también era médico y que resultó ser un racista y homófobo de manual. La semana que viene, comenzarán a verse las pistas de cómo continúa esta historia.