Viure bé
Víctor Küppers, experto en psicología: “las casas ya no son hogares, son pensiones con habitaciones privadas”

Sí, el núcleo familiar sigue existiendo, pero admitamos que algo se ha perdido. Aquellas sobremesas largas, cenas con conversaciones y paseos compartidos se han reducido al mínimo. Cada uno vive en su habitación, como si fuera un cuarto de pensión.

Así lo afirma Víctor Küppers, experto en psicología: “nos encontramos ante una transformación del hogar en una pensión. Es decir, convivimos, pero no coincidimos ni nos encontramos. Ya casi no hablamos y menos escuchamos”.

La rutina es una ladrona de momentos de calidad

Nos encontramos en un limbo donde esta falta de conexión nos va alejando poco a poco y lo peor es que no se trata de falta de tiempo, sino de ausencia de momentos reales de presencia.

Vamos de un lado a otro, con trabajo, estudios, deberes, actividades extraescolares, pantallas y un largo etcétera. Cuando finalmente estamos en casa, nos sentimos cansados, estamos distraídos y las ganas que nos invaden son las de «encerrarnos en la habitación». Pero es justo en ese momento cuando es necesario compartir, vernos, hablar y sentirnos parte de un todo común.

Entonces, dice Küppers, que el hogar ya no es el de antes. Aquellas comidas compartidas, conversaciones espontáneas o pequeños rituales familiares han pasado a un segundo plano. Sin esos momentos, perdemos la esencia que da sentido a estar juntos.

¿De qué nos estamos perdiendo y qué estamos dejando atrás?

Para este psicólogo, compartir tiempo de calidad en familia es vital, “porque la educación requiere conversar”. No podemos dejarlo todo en manos de la rutina. Cuando dejamos de lado este tiempo, nos negamos a educar, a acompañar y a crear recuerdos.

Y es que la conexión emocional no se genera por vivir bajo un mismo techo o compartir el mismo baño. Se construye con palabras cara a cara, con risas, miradas y contacto. Esto se ha cambiado por mensajes a través de WhatsApp con un lenguaje hecho de emojis o stickers.

Lo que preocupa es que esta falta de vínculo no se nota de un día para otro, sino que se acumula con el tiempo. Un día nos damos cuenta de que realmente no sabemos qué está haciendo tu pareja o tu hijo, porque cada uno vive dentro de su propia burbuja.

@vivirconentusiasmoes

La familia es lo más importante 💛. Y no hablo de grandes cosas, hablo de algo tan simple como el tiempo que compartimos con ellos. Ese rato para hablar, para reír, para estar presentes. Yo tengo mi familia en Holanda. Son 12 horas de coche para ir a verlos 🚗. Muchos me dicen que estoy loco, pero yo lo tengo clarísimo: ese tiempo no se recupera nunca. Los momentos con la familia son únicos e irrepetibles. Y ahí está el verdadero sentido de la vida 🌟.

♬ sonido original – Víctor Küppers

¿Qué podemos hacer para reconectar en casa?

El psicólogo expresa que el tiempo compartido se convierte en aquel adhesivo que mantiene unida a una familia; y hay algunos consejos que podemos tener en cuenta para hacer realidad este reencuentro y esta reconexión emocional.

Momentos para establecer conversaciones reales

Una cena sin móviles para contarnos qué hemos hecho, un paseo sin destino fijo o un desayuno tranquilo pueden ser la clave. No se trata de llenar más la agenda, sino de crear esos espacios donde pueda haber conexión.

Convierte una actividad familiar en parte de la rutina

Establecer rutinas emocionales es algo que puedes planificar ahora mismo. Por ejemplo, el paseo del domingo todos juntos con el perro, o la noche de pelis del viernes. Lo importante es que esto se repita.

La desconexión digital

Llegar a un acuerdo de “pantallas cero” cuando se vuelve a casa por la noche es ideal para pasar tiempo con tu gente sin interrupciones, para que fluya la conversación de manera natural.

Recupera gestos y muestras de afecto

Un abrazo al llegar, una risa compartida durante el día, pueden marcar la diferencia entre vivir en habitaciones separadas o mantener el vínculo que te une en alma y espíritu con las personas que amas.

Ten en cuenta que la conexión no nace de lo extraordinario, sino de lo cotidiano. Son esas pequeñas cosas que hacemos cada día las que nos mantienen cerca, unos de otros. Así que tienes todo en tus manos para que esa pensión renazca como un verdadero hogar.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa