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José Manuel Felices, médico: “Usa medias de compresión siempre que hagas un viaje largo”

Los viajes largos en avión, tren, autobús o coche obligan a pasar horas sentado con las piernas dobladas. Las autoridades sanitarias, como la guía oficial del Ministerio de Sanidad sobre viajes internacionales y salud, recuerdan que esta inmovilidad aumenta el riesgo de trombosis venosa profunda, un coágulo que puede desplazarse hasta los pulmones y poner en peligro la vida.

En este contexto, el médico José Manuel Felices, muy seguido en TikTok por sus vídeos divulgativos, se ha hecho viral al explicar por qué estos trombos son cada vez más frecuentes incluso en personas jóvenes y qué tres gestos sencillos propone aplicar antes, durante y después de cada trayecto largo para mantener activa la circulación de las piernas.

Qué ocurre en las venas cuando pasas horas sentado

En condiciones normales, la sangre que va desde las piernas hasta el corazón se basa en dos motores principales: el bombeo del corazón y la contracción de los músculos de la pantorrilla, que actúan como una bomba adicional. Cuando una persona permanece inmóvil durante mucho tiempo, esta bomba muscular casi no se activa y la sangre tiende a estancarse en las venas profundas de las piernas.

Este estancamiento favorece la formación de un coágulo en el interior de la vena, lo que se conoce como trombosis venosa profunda. En muchos casos el trombo es pequeño y el mismo organismo lo disuelve con el tiempo, pero si el coágulo crece o se desprende y viaja por la circulación hasta los pulmones, puede provocar una embolia pulmonar, una emergencia médica que puede resultar mortal.

Cuándo aumenta el riesgo durante el viaje

Los estudios epidemiológicos sobre salud y viajes muestran que el riesgo de tromboembolia venosa se multiplica después de trayectos de más de cuatro horas en los que la persona permanece sentada e inmóvil. El peligro aumenta cuanto más se alarga el viaje y también cuando se encadenan varios vuelos o desplazamientos largos en pocos días.

Este fenómeno se conoce popularmente como síndrome de la clase turista, aunque no depende del tipo de billete, sino del tiempo en que las piernas permanecen flexionadas y con poco espacio para moverse. El riesgo absoluto en personas sanas sigue siendo bajo, pero las consecuencias de un trombo grave justifican insistir en medidas sencillas de prevención.

El mensaje viral del doctor José Manuel Felices

En uno de sus vídeos más recientes, el doctor José Manuel Felices explica de manera didáctica cómo la combinación de inmovilidad, espacio reducido, deshidratación y determinadas condiciones personales puede desencadenar un trombo durante o después de un viaje largo. El especialista subraya que estos episodios no afectan solo a personas mayores: también se describen en adultos jóvenes con factores de riesgo añadidos o en trayectos repetidos por motivos laborales.

Felices insiste en que el objetivo no es generar alarma, sino ofrecer pautas claras para que los viajeros puedan reducir su riesgo. Su mensaje central es que, al igual que se planifica el equipaje o la documentación, conviene planificar también la salud vascular antes de subir a un avión, un tren o un autobús de larga distancia.

Los tres pasos que propone para reducir el riesgo

El médico resume su recomendación en tres pasos sencillos. El primero consiste en activar la circulación antes de salir de casa: caminar al menos veinte minutos en la hora previa al viaje ayuda a que las venas de las piernas comiencen el trayecto con un flujo sanguíneo más dinámico y preparado para soportar varias horas de relativa inactividad.

El segundo paso se centra en lo que ocurre durante el trayecto. Felices aconseja romper la inmovilidad cada hora con una de estas dos opciones: elevar repetidamente los talones mientras se permanece sentado, levantando y bajando las plantas de los pies, o bien levantarse y hacer varias flexiones de piernas o pequeños paseos por el pasillo cuando sea posible. Estos movimientos activan la bomba muscular de la pantorrilla y favorecen el retorno venoso hacia el corazón.

El tercer paso, especialmente relevante para quien tiene factores de riesgo o quiere una capa extra de protección, es utilizar medias de compresión hasta la rodilla en los viajes muy largos. Estas medias aplican una presión graduada desde el tobillo hacia arriba, lo que ayuda a que la sangre no se acumule en las venas de las piernas y reduce la probabilidad de que se forme un coágulo.

Por qué son importantes las medias de compresión

La eficacia de las medias de compresión se ha estudiado en viajeros de larga distancia y en pacientes con patología vascular. Numerosos servicios de salud recomiendan este tipo de medias en personas con riesgo elevado de trombosis venosa profunda, ya que mejoran el flujo venoso, disminuyen la hinchazón y pueden reducir la aparición de trombos asociados a la inmovilidad.

Sin embargo, no todas las medias son iguales. Para que sean eficaces, deben ser de compresión graduada, del tamaño adecuado y colocarse correctamente antes de iniciar el viaje. Determinadas enfermedades, como algunos tipos de enfermedad arterial periférica, pueden hacer que estas prendas no sean recomendables, por lo que en personas con antecedentes vasculares importantes siempre es preferible comentarlo antes con su médico o con una unidad de medicina del viajero.

Quién debe extremar las precauciones

No todas las personas tienen el mismo riesgo de sufrir un trombo durante un viaje. Las guías clínicas identifican una serie de factores de riesgo que pueden multiplicar las probabilidades de trombosis venosa profunda cuando se suman a la inmovilidad prolongada.

  • Antecedente previo de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar.
  • Historia familiar de trombos en familiares de primer grado.
  • Uso de anticonceptivos hormonales o terapia hormonal sustitutiva con estrógenos.
  • Embarazo y posparto reciente.
  • Cirugía o traumatismo reciente, especialmente en las piernas, el abdomen o la pelvis.
  • Cáncer activo o tratamientos oncológicos en curso.
  • Obesidad y vida muy sedentaria.
  • Alteraciones hereditarias de la coagulación.
  • Edad avanzada, varices importantes o tabaquismo.

Las personas que reúnen uno o varios de estos factores deberían consultar con un profesional sanitario antes de emprender un viaje de más de cuatro horas. En algunos casos se recomendará el uso sistemático de medias de compresión y, solo bajo prescripción médica individualizada, la administración de fármacos anticoagulantes a dosis preventivas.

Señales de alarma que exigen atención urgente

Aunque la mayoría de los viajeros no desarrollan trombos, es importante conocer los síntomas que requieren valoración inmediata en un servicio de urgencias. En el caso de la trombosis venosa profunda, las manifestaciones típicas afectan a una sola pierna:

  • Hinchazón notable en la pantorrilla o el muslo, a menudo en una sola extremidad.
  • Dolor o sensación de tirantez que aumenta al apoyar o caminar.
  • Enrojecimiento o aumento de la temperatura en la zona afectada.

Si una parte del coágulo se desprende y llega a los pulmones, se puede producir una embolia pulmonar. En este caso pueden aparecer:

  • Dificultad repentina para respirar o sensación intensa de falta de aire.
  • Dolor torácico que empeora al inspirar profundamente.
  • Palpitaciones, mareo intenso o pérdida de conocimiento.
  • Tos con sangre.

Ante cualquiera de estos signos, especialmente si se presentan en las semanas posteriores a un viaje largo, se debe contactar de inmediato con los servicios de emergencia (en España, el 112) o acudir al hospital más cercano.

Lista práctica para tu próximo viaje largo

  • Valorar el riesgo propio: edad, antecedentes personales, medicación y enfermedades crónicas.
  • Consultar con el médico si se han tenido trombos previos, cirugías recientes o se toman fármacos que aumentan el riesgo de coagulación.
  • Programar un paseo de al menos veinte minutos en la hora previa al viaje para activar la circulación.
  • Escoger ropa amplia y cómoda que no comprima la cintura ni las piernas.
  • Si se deben usar medias de compresión, colocarlas antes de iniciar el trayecto y, siempre que sea posible, con indicación profesional.

Durante el trayecto

  • Evitar permanecer inmóvil muchas horas seguidas; levantarse y caminar por el pasillo siempre que las normas de seguridad lo permitan.
  • Hacer ejercicios periódicos de tobillos y talones mientras se está sentado.
  • No cruzar las piernas de manera mantenida, ya que dificulta el retorno venoso.
  • Beber agua con regularidad y limitar el consumo de alcohol y de bebidas con cafeína.
  • Evitar el uso de sedantes o pastillas para dormir que puedan favorecer una inmovilidad completa durante todo el trayecto.

Después del viaje

  • Mantenerse activo las horas posteriores al desplazamiento, caminando y moviendo las piernas.
  • Observar la aparición de hinchazón, dolor o molestias en una sola pierna en los días siguientes.
  • Solicitar valoración médica si aparecen síntomas compatibles con trombosis venosa profunda o embolia pulmonar, aunque hayan pasado varios días desde el viaje.

Niveles de riesgo y medidas recomendadas

Duración del viajeRiesgo general en personas sanasRiesgo en personas con factores añadidosMedidas aconsejables
Menos de 4 horasMuy bajoBajo-moderadoMover las piernas, hidratarse y evitar ropa muy ajustada.
Entre 4 y 8 horasBajoModerado-altoEjercicios cada hora, paseos cuando sea posible y considerar medias de compresión en personas de riesgo.
Más de 8 horas o varios trayectos seguidosBajo-moderadoAltoPlanificar movimientos frecuentes, uso de medias de compresión y consulta previa con el médico si hay factores de riesgo importantes.

Cuidar la circulación sin renunciar a viajar

El recordatorio del doctor José Manuel Felices coincide con las recomendaciones de muchas guías de salud a la hora de viajar: la inmovilidad prolongada es un factor de riesgo real, pero abordable con hábitos sencillos. Activar las piernas antes de salir, moverse durante el trayecto y recurrir a medidas físicas como las medias de compresión en viajes muy largos o en personas con riesgo añadido son estrategias fáciles de integrar en la rutina de cualquier viajero.

Los trombos asociados al viaje continúan siendo poco frecuentes si se tiene en cuenta el enorme número de desplazamientos que se hacen cada año, pero su impacto potencial hace que valga la pena incorporar estas pautas. Planificar el asiento, elegir la ropa adecuada, hidratarse y seguir el consejo de los profesionales sanitarios permite disfrutar de vuelos, trenes y autobuses de larga distancia con más seguridad para la salud vascular.

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