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Alerta alimentaria grave en España: detectan sustancia cancerígena en almendras

El sistema de Alertas RASF lanzó las alarmas cuando recibió un análisis desde Alemania que mostraba una concentración de aflatoxina B1 (micotoxina producida por hongos del género Aspergillus) en estas almendras procedentes de España, muy por encima de lo reglamentado.

Según el informe publicado por este organismo europeo el pasado 29 de octubre, la norma limita la concentración de este componente a 8 µg/kg y el registro de concentración del lote indica que concentra 36,4 µg/kg, niveles muy por encima del límite fijado para este tipo de fruto seco. Esta alerta afecta directamente a los consumidores españoles y de otros países de la Unión Europea.

¿Por qué nos debe preocupar la aflatoxina B1?

La aflatoxina B1 es una de las micotoxinas más peligrosas que pueden contaminar alimentos. Es considerada genotóxica y cancerígena porque tiene capacidad para dañar el ADN y favorecer el desarrollo de cáncer, lo que la convierte en una amenaza alimentaria real.

En el caso de frutos secos como las almendras, los pistachos o los albaricoques secos, la normativa europea establece el límite ya mencionado: de 8 µg/kg para la aflatoxina B1 cuando están destinados al consumo directo.

Lo que hace que esta situación sea especialmente preocupante y grave es el nivel detectado de 36,4 µg/kg frente al límite de 8 µg/kg. Es más de cuatro veces superior al permitido, lo que incrementa el riesgo de exposición a las personas que podrían haber consumido almendras de este lote.

¿Cómo se regula esta contaminación?

Hay dos momentos clave o críticos para que se produzca la contaminación por aflatoxinas. El primero es durante el cultivo y el segundo, en la postcosecha. Los hongos Aspergillus se ven favorecidos por las temperaturas cálidas y la humedad elevada. Estas condiciones pueden darse en el campo o durante el almacenamiento.

Si las almendras son almacenadas y no hay un control adecuado de la humedad y la ventilación, este riesgo aumenta.

¿Qué significa esto para el consumidor?

Para nosotros como consumidores, esta alerta tiene varios puntos clave. Si tenemos almendras procedentes de España, es conveniente mirar su origen, la fecha de caducidad y si hay algún aviso de retirada.

Aunque el lote concreto ha sido retirado, es un recordatorio para comprobar siempre que los frutos secos tengan una buena cadena de control, almacenamiento y etiquetado. Por otro lado, mantener una dieta variada y no depender en exceso de un solo tipo de fruto seco puede ayudar a reducir estas exposiciones amenazadoras.

Los productores y el propio sector del cultivo, ¿qué pueden hacer?

Desde el punto de vista industrial, el sector debe reforzar las buenas prácticas agrícolas y de almacenamiento, mantener un buen sistema de muestreo y análisis sistemático. Es decir, antes de que el producto entre al mercado, se deben hacer análisis de aflatoxinas conforme a los métodos acreditados, ya que la normativa así lo exige.

Si se detecta contaminación, es imprescindible que exista la capacidad de rastrear el lote, localizarlo y retirarlo inmediatamente del mercado con el único objetivo de proteger al consumidor.

Esta alerta alimentaria de nivel grave nos recuerda que incluso productos cotidianos y habituales como las almendras pueden esconder riesgos visibles si no se controlan adecuadamente. Puedes hacer clic aquí para ver el informe.

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