El gobierno español ha puesto en marcha una investigación para esclarecer cuál ha sido el origen del foco de virus detectado en Collserola de peste porcina. A través de un informe, el Ministerio de Agricultura, dirigido por Luis Planas, ha señalado que el virus podría haber salido de un laboratorio, ya que presenta «muchas similitudes» con el que se utiliza en «infecciones experimentales». Una tesis que cada vez parece cobrar más fuerza. Minutos después del anuncio del gobierno español, el consejero de Agricultura, Òscar Ordeig, ha comparecido en rueda de prensa, en la cual no ha descartado que el brote de peste porcina africana (PPA) haya salido del laboratorio del IRTA-CReSA o de alguna otra instalación de la zona.
Por otro lado, el responsable de la cartera también ha anunciado que la Generalitat ha abierto un expediente informativo, el cual ya han hecho llegar al cuerpo de Mossos d’Esquadra. En esta línea, Ordeig también ha asegurado que movilizarán a todos los científicos expertos en la materia para aclarar todas las dudas respecto al origen de la peste porcina. Aun así, también ha pedido mucha «prudencia», ya que el informe aún no es «concluyente», motivo por el cual el inicio del brote podría no estar relacionado con ningún laboratorio: «Prudencia a la hora de hacer según qué afirmaciones porque todo puede cambiar mucho en muy pocas horas», ha señalado el consejero en rueda de prensa. El consejero ha reiterado que la «prioridad absoluta» del Gobierno es mantener controlado el radio de contención del virus, pero también ha dicho que quieren llegar hasta «el final para esclarecer el origen».

La teoría del laboratorio
La teoría del laboratorio se basa en un informe del laboratorio de referencia de la Unión Europea -el cual ha hecho público hoy mismo el gobierno español- que apunta que todos los virus que circulan actualmente en la UE no pertenecen al mismo grupo genético que el del caso catalán, que es “muy similar” al grupo que circuló en Georgia en 2007: «La cepa del virus Georgia 2007 es un virus de referencia que se utiliza con frecuencia en infecciones experimentales en instalaciones de confinamiento para llevar a cabo estudios del virus o para evaluar la eficacia de las vacunas», detallan desde el ministerio español. De momento, la investigación continúa en marcha.
