El presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona, Saül Garreta, está convencido de que el puerto tiene margen para multiplicar por cuatro la llegada de cruceristas sin saturar la ciudad. Tarragona cerró el año 2023 con 122.000 pasajeros de crucero, un volumen “30 o 35 veces menor que otros proyectos con los cuales se compara en la ciudad”, explica Garreta en una entrevista en la Agencia Catalana de Noticias (ACN). El presidente del puerto tarraconense considera que el Camp de Tarragona tiene “capacidad de absorción sin que se produzcan efectos negativos en el entorno” y pone el ejemplo de Málaga, que este año ha llegado a los 500.000 cruceristas, como “tope máximo” al cual tiene que aspirar el enclave.
El responsable portuario calcula que el nuevo contradique de Poniente, una infraestructura clave para el futuro del puerto que costará unos 100 millones de euros, estará acabado en dos años. “Es un proyecto con el cual cada vez me siento más confortable, en el sentido que tiene en cuenta la descarbonización”, añade con relación a la llegada de cruceros. Garreta apuesta por “atraer cruceros con bajas emisiones y preparados para enchufarse a la electricidad cuando estén en el puerto” para hacer más sostenible la actividad. También recuerda que Tarragona no busca atraer a grandes barcos, sino que quiere cruceros más pequeños para evitar una masificación de la ciudad. “Aquí son de como máximo 2.500 pasajeros, en otros lugares son de 7.000”, espeta.
El presidente de la Autoridad Portuaria defiende que los viajeros que llegan lo hacen atraídos por la gran oferta turística del Camp de Tarragona, con elementos como “la Tarragona romana, el modernismo, el Priorat, la ruta del Císter”, que ayudan a “desestacionalizar” la llegada de viajeros. “Si aportan valor en el territorio, no gentrifican, contratan guías y actores… en función de que esto vaya pasando, será positivo”, asegura.

El contradique, el gran proyecto del puerto de Tarragona
El nuevo contradique de Poniente es uno de los grandes proyectos que tiene entre manos el puerto de Tarragona. Las obras costarán 100 millones de euros, una cantidad que se escapa de la capacidad inversora anual de la infraestructura, que ronda los 25 o 30 millones de euros. Por eso han presentado el proyecto a una convocatoria de fondos europeos, pero Garreta afirma que el proyecto saldrá adelante “sí o sí” porque el nuevo espacio es “básico” para el futuro del puerto. “Nos hace tener un puerto más seguro, genera unos espacios que se tienen que dedicar a la transición verde, es la pieza que tiene que reducir la bocana del puerto a 450 metros”, afirma. “Si algún día hay un derrame, un problema de plástico o alguna contingencia, es mucho más seguro”.
Garreta garantiza que las obras no tendrán ninguna afectación en el movimiento de arena en la playa de la Pineda porque “se han hecho estudios al más alto nivel” que lo constatan. Además, recuerda que el proyecto del nuevo contradique ya contempla la recuperación de 37 hectáreas de la Red Natura 2000 de la Pineda. También ha avanzado que el puerto de Tarragona trabaja en un proyecto de regeneración del fondo marino de la costa tarraconense para “complementar” la anilla verde de la ciudad con una nueva anilla azul y en otra iniciativa, vinculada a la industria química, para capturar CO₂.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona ha reclamado en el estado español que se “ponga las pilas” para impulsar el tráfico ferroviario de mercancías al puerto. Garreta pide adelantos en la finalización del corredor mediterráneo y en la mejora de la capacidad de la línea Tarragona-Zaragoza, que ahora mismo es “muy baja” a pesar de ser “estratégica” para el sector agroalimentario, que quiere llevar cereales “cerca de los consumidores finales”, que son las fábricas de piensos y las granjas. “No puede ser que el puerto de Tarragona sea un almacén de cereales. Tiene más sentido que esté en la zona de Lleida, la franja o Aragón”.