El tratado comercial de la Unión Europea y el Mercosur sigue estancado un año después del acuerdo entre la Comisión Europea y los cuatro gobiernos que lo componen -Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay-. Los principales opositores dentro de la UE a lo que se convertiría en una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo -unos 722 millones de potenciales consumidores- continúan reclamando más y mejores protecciones para el sector agroalimentario de los 27. Este mismo domingo, el ministro de Economía francés, el liberal Roland Lescure, ha exigido que se renegocien los términos del acuerdo, especialmente a la hora de proteger la agricultura de la Unión. Para Lescure, «en el estado actual, el tratado no es aceptable».
El titular económico del gobierno de Sébastien Lecornu -la última oportunidad del presidente de la República, Emmanuel Macron, de lograr una cierta estabilidad política- establece tres condiciones indispensables para que el Elíseo acceda a firmar el pacto. En primer lugar, Lescure ha reclamado una «cláusula de protección efectiva y fuerte» para el sector primario de la Unión, que tendría que competir con la capacidad exportadora gigantesca de las grandes explotaciones agrícolas argentinas y brasileñas. En segundo, establecer controles de importación para garantizar que las condiciones sanitarias y de sostenibilidad de los productos que lleguen a las estanterías de los supermercados europeos estén en línea con las que exige la CE a los productores locales. Y, en tercero, lo más complicado: el establecimiento de cláusulas espejo que garanticen que «se aplican las mismas normas de la UE a los países socios». Cabe recordar que Francia ha sido históricamente la voz más alta contra el acuerdo con el Mercosur, junto con Polonia; debido al poder que concentran sus sindicatos de agricultores y ganaderos.

Seis días antes de firmar
La irrupción de Lescure en el debate sobre el Mercosur podría hundir todos los planes comerciales de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La jefa del ejecutivo comunitario tenía previsto un viaje a Brasil la próxima semana para terminar de ratificar el acuerdo, más de 365 días después de la reunión en la que cerró el documento legal con el presidente del país, José Inácio Lula da Silva, y su homólogo argentino, Javier Milei. Von der Leyen esperaba trasladarse allí el próximo 20 de diciembre con el sí homogéneo de los estados miembros, que se debatirá entre el martes 16 y el viernes 19, según han avanzado varios medios franceses.
El mismo martes, además, el Europarlamento deberá votar para sacar adelante el sistema de salvaguarda interno que permitiría equilibrar los agravios que causaría el acuerdo con Mercosur a la agricultura local, una medida dedicada a moderar la ira de la agricultura, que ya amenaza con iniciar nuevas movilizaciones. Por lo tanto, es más que posible que, durante los próximos días, el gobierno francés retome los contactos con sus potenciales socios en el continente -Polonia, que también ha rechazado el acuerdo; o Italia, que ha sido más ambivalente- para tratar de bloquear la firma. En el estado actual, el ejecutivo de Lecornu -y, probablemente, el propio Elíseo- tendrían dificultades para sostener otro ciclo de movilizaciones campesinas.

