Tras la OPA fallida del BBVA al Banco Sabadell, las dos entidades bancarias se centran ahora en poner en marcha sus planes estratégicos en solitario. El banco presidido por Carlos Torres, que ya ha dejado claro que no piensa dimitir a pesar del fracaso de la operación, se centrará a partir de ahora en impulsar su crecimiento orgánico en España y en Europa, mientras que la entidad de Josep Oliu planea la venta de su plataforma de pago. Estos son dos de los planes que los dos bancos tienen previsto desplegar una vez la OPA de BBVA sobre Sabadell se ha declarado fallida, ya que el banco vasco solo obtuvo el 25,47% de las acciones con derecho a voto, por debajo incluso del 30% que le abría la posibilidad de lanzar una segunda oferta.
Así, el BBVA confía ahora en remunerar a sus accionistas y crecer de manera orgánica tanto en España como en Europa, donde el banco está presente a través de su modelo digital en Italia y Alemania, mientras que el Sabadell planea retomar la venta del 80% de la plataforma de pagos a Nexi y continuar dando dividendos. El Sabadell, por su parte, y según fuentes de la entidad recogidas por Europa Press en fuentes de la entidad, quiere retomar la venta del 80% de Paycomet, su plataforma de pagos, a Nexi, una operación que, según las mismas fuentes, era «industrialmente muy atractiva».
Un acuerdo interrumpido por la OPA
El acuerdo entre Sabadell y Nexi fue anunciado en febrero del 2023 con un importe total de la operación de 280 millones de euros. La intención era que Sabadell mantuviera el 20% de la plataforma de pagos durante al menos tres años y que, a partir de entonces, contaría con una opción de venta, de modo que la transacción podría alcanzar un importe de 350 millones de euros, ampliables en función del logro de objetivos. Sin embargo, la OPA interrumpió esta operación en la primavera del 2024, cuando ya estaba pendiente de recibir las últimas autorizaciones. El fracaso de la oferta ahora da margen al banco para volver a plantear esta operación: «Veremos si llega a buen puerto o no», señalaban las mismas fuentes.

Además, el banco catalán recordó el pasado viernes también sus planes de remuneración al accionista. En concreto, prevé repartir unos 6.450 millones de euros hasta el 2027, comenzando con un dividendo en efectivo de 0,07 euros el próximo 29 de diciembre. En estos 6.450 millones de euros se incluye el dividendo extraordinario de 2.500 millones de euros que Sabadell prevé repartir ya en el 2026 cuando se cierre la venta de su filial británica TSB a Santander.
El BBVA presume de su crecimiento
En cuanto a BBVA, el pasado viernes, en una rueda de prensa, el consejero delegado de la entidad, Onur Genç, comentó que ahora los planes del banco se centran en crecer de manera orgánica. “Estamos creciendo mucho más que todos los bancos europeos el último año. En tasa interanual hemos crecido un 16% en la cartera de préstamos. En España también hemos aumentado la cartera en variación interanual un 6% hasta junio», defendió el CEO de la entidad. Asimismo, explicó que estas cifras implican que la entidad está ganando cuota de mercado en todos los mercados, especialmente en el Estado español, pero también remarcó el plan estratégico que la entidad presentó a finales de julio para el periodo 2025-2028 donde prevé alcanzar una rentabilidad sobre capital tangible (RoTE) media del 22%.
Concretamente, el plan contempla una remuneración de unos 36.000 millones de euros y unos beneficios netos de 48.000 millones de euros hasta el 2028. A corto plazo, tiene unos 13.000 millones de euros, de los 1.000 millones corresponden a la recompra de acciones que pondrá en marcha el 31 de octubre. Además, el 7 de noviembre repartirá un dividendo en efectivo de 0,32 euros y tiene previsto lanzar otra recompra “significativa” una vez el Banco Central Europeo (BCE) le dé el visto bueno. También dentro de estos 13.000 millones de euros está el exceso de capital con el que opera el banco. En este sentido, el banco tenía al cierre de junio una ratio CET1 del 13,34%, por encima del objetivo del 12% que tiene la entidad. De hecho, en diciembre del 2024 ya tenía un exceso por encima del objetivo de solvencia de 4.500 millones de euros que servirán para nutrir estos compromisos a corto plazo.