El presidente del BBVA, Carlos Torres, descarta dimitir a pesar del fracaso de la OPA hostil sobre el Banco Sabadell. En una rueda de prensa después de conocer los resultados de la operación, que han dejado al banco vasco fuera de juego, Torres ha argumentado que «no es motivo» para retirarse de la jerarquía de la entidad. Según el directivo, su iniciativa ha contado con el «apoyo» de todos los accionistas y el consejo de administración de la entidad. Además, sostiene que el resultado de una ofensiva de crecimiento inorgánico no debe ser la medida del rendimiento de su directiva. «Al equipo directivo, a Onur Genç y a mí, se nos debe juzgar con los resultados y el rendimiento para los accionistas», ha sostenido Torres.
En su presentación, Torres ha reivindicado el valor de la OPA, que considera «objetivamente atractiva» a pesar del fracaso en aceptación. De hecho, no ha reservado espacio para la autocrítica: para el presidente, el banco vasco «habría actuado exactamente como ha actuado» en todos los escenarios que se han planteado. «La operación tenía un enorme sentido estratégico y financiero, y es una gran oportunidad perdida», continúa. En cuanto al precio que ofrecían por las acciones, que se ha demostrado insuficiente, Torres ha reivindicado la valoración, y también la decisión de mantenerlo. «Dijimos que haríamos la operación, pero no a cualquier precio. Hemos sido disciplinados y hemos presentado la mejor oferta que podíamos hacer», ha resaltado el primer ejecutivo.

Las razones del fracaso
A pesar de la insistencia de los periodistas, Torres no ha querido explorar en profundidad los factores que han llevado a la derrota del BBVA. Recontando la participación de los inversores, ha concentrado la mayoría de los votos negativos en los minoritarios catalanes y los fondos indexados, que finalmente se habrían movilizado con una parte muy pequeña de su cartera de títulos del Sabadell. La directiva confía, por otra parte, que los inversores de gestión activa -los perfiles que hacen apuestas a largo plazo sin ligarse al índice- sí se han activado a su favor, aunque su apoyo habría sido insuficiente. Cabe decir que el recuento tiene agujeros: estos últimos perfiles suman el 35% del capital del Sabadell, una cifra que, por sí misma, está muy por encima del 25,5% que han alcanzado.
Torres, sin embargo, ha dejado apuntes tangenciales que identificaban como culpables de su fracaso al regulador y al mismo Banco Sabadell. Ha recordado que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia tomó una «decisión sin precedentes» cuando llevó la OPA a fase 2 de análisis. «Nunca había sucedido en nuestro sector; y se había dado en pocas operaciones en toda la economía española», ha argumentado. El estudio al detalle supuso «un retraso importante» de la OPA; «y los retrasos siempre generan una incertidumbre que no es buena». Por otra parte, sostiene que «la oposición vocal» del consejo de administración sabadellense, liderada por el consejero delegado, César González-Bueno, y el presidente, Josep Oliu, tampoco les ha jugado a favor. En este sentido, ha negado las acusaciones de González-Bueno, que culpabilizaba al BBVA del alargamiento del calendario, especialmente durante la segunda OPA. «No teníamos ningún interés en alargar el proceso. Si hubiera habido compromisos para evitar la fase 2, los habríamos presentado», ha remachado el primer ejecutivo.
Sin comentarios hacia el regulador, críticas a la ley
Sobre el papel de los reguladores del mercado español en la OPA, Torres se ha limitado a trasladar «todo el respeto» por sus actuaciones. La tarea de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, más allá de los plazos, ha sido correcta a ojos de la Vela. Los problemas que ha habido, a juicio del presidente, los ha aportado la misma regulación española. «Se ha puesto de manifiesto que debemos refrescar la ley de OPAs. Determinados artículos no son lo suficientemente claros, y están sujetos a interpretación», ha criticado -por ejemplo, los plazos de cada actuación concreta, o el cálculo del precio equitativo en caso de segunda OPA-. También ha reclamado una reforma del tratamiento de los accionistas institucionales, especialmente de los fondos indexados, que con la ley española «no tienen toda la información» necesaria. «Valdría la pena revisarlo, y no soy el único que tiene esta opinión», ha argumentado -en referencia a las demandas en el mismo sentido que hizo el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, en un encuentro financiero la pasada semana-.