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La FP fracasa en la atención a los alumnos con dificultades por falta de recursos

El consejo de muchos profesores a los alumnos con dificultades de aprendizaje al acabar la ESO es que no hagan bachillerato, sino formación profesional (FP). Esto, además de estar basado en prejuicios sobre la FP –como por ejemplo que son estudios más fáciles–, comporta un problema para el sistema, puesto que no hay suficientes recursos para atender bien a este alumnado que se acumula en una misma rama de la enseñanza. Los profesores de los ciclos mediano y superior se encuentran con una clase llena de estudiantes con dificultades de aprendizaje y sin medios para ayudarlos individualmente a superar los estudios. Los directores y sindicatos denuncian la falta de orientadores que ayuden a este alumnado, que a menudo acaba abandonando prematuramente los estudios. 

El coordinador de FP de la UGT, Jesús Martín, considera que el sistema educativo actual “no saca el máximo potencial de cada alumno” porque, en general, los estudiantes están mal orientados. “La orientación pésima provoca que el abandono escolar sea elevadísimo”, lamenta. Cree que se está enviando los que se considera como “peores alumnos” a la FP, sin tener en cuenta sus habilidades. “Todavía hay familias que piensan que la FP es para los alumnos con dificultades, cuando en realidad es el estudio con más inserción laboral”, razona. 

Ocho horas de psicólogo al mes para 800 alumnos

El director del Instituto Tecnológico de Barcelona (ITB), Albert Vilà, coincide en el diagnóstico del problema y lamenta que todo el apoyo de psicopedagogos que se tiene durante la ESO en la FP “no existe”. “Nuestros docentes, personas con gran formación en sus campos, se encuentran sin recursos. El ITB no tiene ningún orientador ni psicopedagogo, a pesar de que tenemos 800 alumnos”, denuncia Vilà. Ante esta situación, el director recurrió al Consorcio de Educación de Barcelona, que ha contratado a una empresa para atender los centros de FP. “Tenemos 8 horas de psicólogo al mes para todos los alumnos”, explica. 

Esta cantidad de horas “ridícula” no es suficiente para atender el alumnado y no es un caso único del ITB. “El problema es general, así estamos en 400 centros de FP y la única solución es dar más recursos y más orientadores en los centros”, insiste. La situación es idéntica en el INS Llobregat, donde no tienen ninguna figura de orientación. “Ha sido siempre así, desde la ESO nos derivan los alumnos y la orientación es nula. Los buenos van a bachillerato y el resto se derivan hacia ciclos”, explica la directora de este centro, Sílvia Muñoz. 

Muñoz denuncia que no tienen ninguna información de los alumnos que llegan ni ningún tipo de contacto con el centro de origen. “Los alumnos no son de nuestra población y, por lo tanto, todavía es más difícil. Tengo contacto con las direcciones de l’Hospitalet de Llobregat y me pueden ayudar extraoficialmente, pero cuando son otros lugares es imposible”, explica la directora. 

Un estudiante de FP (ACN)
Un estudiante de FP (ACN)

Un informe individual para que los profesores atiendan a los alumnos

En este panorama, Jesús Martín propone un informe por cada alumno que recoja las habilidades y competencias porque el estudio postobligatorio se ajuste a sus necesidades. “Tendríamos que tener un banco de datos donde se recojan los problemas de los alumnos para que los profesores puedan atenderlos”, insiste. El coordinador de FP de la UGT asegura que “no hay un traspaso efectivo como en primaria o secundaria”. Además de este informe, según la UGT, se requieren 400 orientadores para garantizar que haya uno por cada centro. 

A pesar de admitir que “ayudaría tener un informe” de cada alumno, Albert Vilà cree que es complicado implementar una medida así. “Es difícil recibir esta información de todos los estudiantes y llevarla a cabo podría generar agravios comparativos. Podría pasar que recibiéramos la información de alumnas de Barcelona y no de las Baleares, por ejemplo”, explica. 

La consellería no se pronuncia sobre el problema

Por ahora, a falta de recursos, el ITB se ayuda de los EAPs, los equipos de asesoramiento y orientación psicopedagógico. “Aunque no sea de manera formal, nos acompañan. En el momento que vemos que el alumno tiene dificultades o se comporta de manera diferente, recurrimos a ellos y, a pesar de estar desbordados, colaboran”, explica Vilà antes de concluir que, aun así, “no se tendría que dejar a la buena voluntad de los EAPs”. 

La directora de la INS Llobregat, por su parte, cree que la única solución son más recursos para contratar orientadores. “Una vez se tengan orientadores será más fácil acceder a un informe y atender los alumnos. Actualmente, si no te lo explica el estudiante, que no tiene por qué hacerlo, o haces una evaluación inicial, no puedes saber las dificultades de aprendizaje que tienen”, concluye. 

El Departamento de Educación, consultado por este diario sobre este problema y las dificultades expresadas por los varios profesionales consultados, no ha dado ninguna respuesta.

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