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Críticas en las escuelas privadas que lideran rankings: “Hacen crecer la desigualdad»

Las escuelas privadas suelen encabezar los rankings de los mejores centros donde estudiar. Catalunya no es ninguna excepción y la mejor escuela según Forbes es la Agora Barcelona International School, situada en Sant Esteve Sesrovires y con un coste anual de 16.000 euros. Esta escuela está rodeada de naturaleza y se caracteriza por “la innovación educativa, el alto rendimiento académico y la atención personalizada de cada alumno”. A ojos de Forbes, es la mejor del estado español y, por lo tanto, una buena noticia para Catalunya y su alumnado. Pero hay otras voces que alertan que en realidad es todo el contrario. Los sindicatos educativos avisan que “hacen crecer la desigualdad en el sistema”. 

La portavoz de educación de CCOO, Teresa Esperabé, asegura que rankings de este tipo perjudican alumnos, docentes y el mismo sistema, además de ser “sesgados” porque no mesuran suficientes aspectos como para establecer las mejores escuelas. “Las listas son cuestionables porque, además, la escuela no tiene que ser un mercado competitivo, sino un marco donde ayudarse los unos a los otros y cooperar”, asegura. 

Instalaciones deportivas de la Agora Barcelona, la mejor escuela de Cataluña según Forbes / ABIS

Los alumnos de estas escuelas están “dentro de una vitrina”

Esperabé carga también contra las escuelas elitistas porque “perjudican incluso los mismos alumnos que van”. “Están dentro de una vitrina y no ven como funciona realmente el mundo. Cuando salgan de la escuela no habrán conocido alumnado recién llegado ni diverso y por los prejuicios hacia estos alumnos no habrán hecho el crecimiento personal que se hace en otras escuelas”, razona. Los padres de estos alumnos, apunta, los “sobreprotegen de la realidad” que es “diversa y compleja”.  

Insiste en esta idea al afirmar que las familias que llevan los niños en escuelas como la seleccionada como mejor escuela de Catalunya por Forbes quieren que sus hijos tengan compañeros iguales que ellos porque piensan que si son diferentes los perjudicarán. “Es justamente a la inversa: aprendes muchos más valores cuando te relacionas con gente diversa”, concluye. 

Exterior del Agora Barcelona International School de San Esteve Sus Rovires / ABIS

¿Esquivar la inmigración, el objetivo de las familias que optan por una escuela privada?

La portavoz nacional de USTEC, Iolanda Segura, critica que estas familias busquen una escuela “donde no haya inmigración ni alumnado con necesidades especiales”. “Es una manera errónea de elegir los compañeros de los hijos basada en prejuicios”, señala.

El portavoz de la sección de educación de La Intersindical coincide en esta impresión y denuncia la voluntad de crear una escuela “elitista y con mucha segregación escolar”. Bernat Pèlach cree que el problema del sistema es el hecho que la clase política opte por estas escuelas y, por lo tanto, no vea la necesidad de hacer una apuesta clara por la pública. Así la pública “se va degradando bajo la mirada de los políticos”.

“En Finlandia, donde hay el mejor sistema educativo, la escuela es 100% pública y no hay segregación”, señala para argumentar que la clase política finlandesa “invierte mucho en educación porque sus propios hijos van”. “Aquí, en cambio, se opta para hacer una división según clases sociales a tres niveles: la privada para la clase alta, la concertada para la clase media y la pública para la baja”, denuncia.  

Programas fuera del común para beneficiar solo una parte de la sociedad

Este tipo de centros ofrecen programas académicos muy alejados de los que se pueden encontrar en las escuelas convencionales. Por ejemplo, la considerada como mejor escuela de Catalunya por Forbes tiene bachillerato internacional, doble titulación de FP con certificación de inglés, instalaciones increíbles como laboratorios, bibliotecas, piscinas olímpicas, circuitos de cros y mountain bike y huertos. También ofrece la posibilidad de hacer voluntariados o viajes y organiza fiestas con la flor y nata catalana para recaudar fondo para ONGs. 

Segura es muy crítica con estas escuelas porque crean “clientelismo” y “solo benefician una parte de la sociedad”. “Es una manera de promover todavía más privilegios para una clase que ya es privilegiada”, razona. “Tienen estos programas fuera del común porque no pueden ofrecer cualquier cosa si quieren atraer gente rica y nutrirse los unos con los otros”, añade. 

La portavoz de USTEC critica que una parte muy pequeña de la sociedad pueda tener acceso a escuelas como estas y que aun así se consideren las mejores. “La mejor escuela tendría que ser un centro donde pudiera ir cualquier niño y beneficiarse de una educación de gran calidad”, defensa. Cree que el concepto que las escuelas de pago son las mejores “está demasiado extendido, porque en realidad no tiene por qué ser así”. 

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