La represión y obsesión judicial contra el Proceso amenaza incluso la unidad de acción de la judicatura. Como prueba, la batalla encarnizada y sin cuartel entre el juzgado de instrucción número 13 y el de instrucción 18 de Barcelona, después de que hace dos semanas la Audiencia intentó poner orden para mirar de desencallar una instrucción que hace casi siete años que colea. Ahora el problema es la interpretación que las dos magistradas hacen de una misma resolución de la Audiencia de Barcelona, que consideraba que los dos juzgados estaban investigando los mismos hechos –el gasto en política exterior– y resolvía que todo se tenía que derivar al 13. En cambio, la magistrada del 13 intenta esquivar el trabajazo reclamante solo una parte del sumario.
Tanto las defensas de las partes como la fiscalía ven con cierta perplejidad la situación, que temen que puede dilatar y entorpecer todavía más una instrucción que empieza a sufrir plazos bíblicos. De momento, el ministerio público no levanta mucho la voz, porque el desdoblamiento de los mismos hechos en dos causas separadas fue provocado por una maniobra suya, en que aprovechó unas diligencias de investigación abiertas a raíz de un informe del Tribunal de Cuentas –que también estaba incorporado a la causa del 13– que fueron a parar al juzgado 18. Una maniobra que le costó acusaciones de fraude procesal y que, finalmente, la Audiencia ha parado obligando a centrarlo todo al juzgado 13.
«Una atenta lectura»
La interlocutoria del juzgado 18, dictada el 22 de marzo y a la cual ha tenido acceso este diario, asegura que la Audiencia ordena traspasar «toda la causa, documental y digital» al juzgado 13. «Una atenta lectura de la interlocutoria de la Sección Segunda de la Audiencia no ofrece dudas a propósito del alcance de la acumulación», indica la magistrada Carmen García Martínez. «El tribunal entiende a lo largo de su razonamiento, dando la razón a los recurrentes, que el objeto de este procedimiento es el mismo», aduce. En este sentido, subraya la consideración que tienen objetos de conexidad claros entre los dos procedimientos.
Así, la magistrada ha ordenado remitir toda su causa al juzgado 13. Pero Alejandra Gil, titular del 13, intenta escaparse por la tangente y reinterpreta la resolución de la Audiencia, puesto que entiende que solo hace falta que le remitan la parte de la causa que se refiere a uno de los manantiales procesados por el 18, Aleix Villatoro, exnúmero dos de Exteriores con Raül Romeva. De hecho, al juzgado 18, además de Villatoro y Romeva, se encuentran Albert Royo, Teresa Prohias, Víctor Cullell, Roser Clavell, Manel Vila, Gerard Figueras y Toni Reig por los delitos de malversación, falsedad en documento oficial y prevaricación por la política exterior de la Generalitat desde el 2011 al 2017. El recurso que hizo reconducir la causa lo presentó, precisamente, Albert Royo.
Ahora la trifulca se centrará a decidir como se resuelve la nueva topada entre los dos juzgados. El juzgado 13 ya hace prácticamente tres años que daba el caso por instruido y lo tenía a punto de abrir juicio oral. De hecho, el caso de Lluís Salvadó y Josep Maria Jover, instruido por el 13, ya se encuentra calificado al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. La dualidad de interpretaciones que se produce ahora puede retardar todavía más una larga instrucción y la llegada del juicio, cuando todas las partes convienen que la decisión de la Audiencia es clara y directa. Todo tiene que ir al 13.
