Cataluña ha registrado las primeras noches tropicales del año. Cómo es habitual en esta época del año, los termómetros empiezan a subir de manera progresiva y en algunos puntos del país se han registrado mínimas alrededor de los 20 °C durante toda la noche, que es el umbral establecido para que una noche pueda considerarse tropical. En la Ràpita (Montsià), las mínimas nocturnas han sido de 21 °C, mientras que en Tarragona (Tarragonès) y Barcelona (Barcelonès) los termómetros no han bajado de los 20 °C.
En la capital catalana, la estación meteorológica del Raval ha registrado una mínima de 20,5 °C, según el Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat), mientras la estación de los Alfacs, en la parte meridional del delta del Ebro, no han bajado de 20,7 °C. En la última década, la primera noche tropical siempre ha caído entre finales de mayo y principios de junio y este año no ha sido una excepción. Y, de hecho, en los últimos años las noches tropicales cada vez son más frecuentes.
El mes de junio cada vez se asemeja más a los meses de verano que a los de primavera. En el mes de junio de 2019, que fue excepcionalmente caluroso, se registraron algunas temperaturas récord. En Barcelona casi se llegó a los 38 °C, mientras que también se dispararon en Lleida (43,4 °C) o Girona (43 °C)
Cataluña vive el verano más caluroso de su historia
El año pasado Cataluña vivió el verano más caluroso registrado con hasta 5 °C más que en 2021. Las altas temperaturas se dejaron notar, también, por las noches, que han sido mucho más calurosas tanto en la costa como en el interior. El verano pasado, las noches tropicales se dispararon de manera sustancial en todo el país. En las tierras de Poniente, por ejemplo, vivieron más de 50 días con temperaturas nocturnas por encima de los 20 °C, un récord absoluto y muy por encima de la media, que se situaba en solo ocho. A mediados de septiembre se llegó a registrar una mínima de 22,8 °C, la más alta de los últimos 30 años.
En Barcelona y Girona la situación todavía fue peor. Hasta mediados de septiembre, la capital catalana registró más de un centenar de noches tropicales, el triple de lo habitual. En el aeropuerto de Barcelona se llegó a detectar una mínima de más de 25 °C. En Girona las noches tropicales también se triplicaron, mientras que en otras ciudades como Tortosa o Manresa se duplicaron.
