¿Quién dijo que criar adolescentes tenía que ser una batalla diaria? “El afecto es el único puente real entre generaciones”, afirma Arun Mansukhani, psicólogo experto en relaciones familiares, durante su intervención en el programa “Zapeando” el pasado 18 de julio de 2025. En un momento donde la comunicación entre padres e hijos suele ser fuente de tensiones, Mansukhani ofrece un enfoque esperanzador para construir un vínculo saludable, sin dramas y lleno de afecto.
En su charla televisiva, Mansukhani puso el foco en la importancia de transformar la relación con los hijos adolescentes a partir de la empatía, el respeto mutuo y la paciencia. Según el psicólogo, entender el desarrollo cerebral de los jóvenes y dejar de lado la imposición autoritaria puede ser la clave para derribar muros y abrir canales de diálogo sinceros y afectuosos. Este artículo recoge sus principales consejos para padres que desean fortalecer la conexión emocional con sus hijos sin agotarse en conflictos constantes.
Un psicólogo en horario de máxima audiencia
Arun Mansukhani no es un desconocido en el campo de la psicología familiar. Su presencia en medios y redes sociales se ha consolidado como una voz serena y experta en la crianza contemporánea. En “Zapeando”, su intervención tenía un objetivo claro: mostrar a padres y madres que la adolescencia no tiene que ser un terreno de guerra, sino una etapa de oportunidad para crecer juntos.
“Los adolescentes no necesitan que los corrijamos todo el tiempo, sino que los escuchemos”, señaló Mansukhani, destacando que muchos conflictos surgen por la falta de comprensión y la sobrerreacción de los adultos ante cambios naturales en esta etapa.
Claves para un vínculo saludable (y realista)
El psicólogo enfatizó que el afecto y la conexión emocional son las bases imprescindibles para cualquier relación sólida. Pero, ¿cómo lograrlo en el día a día? Mansukhani propone:
- Escuchar activamente sin interrumpir, mostrando interés genuino.
- Respetar la individualidad de cada joven, evitando comparaciones o etiquetas negativas.
- Fomentar espacios de confianza, donde el adolescente se sienta seguro para expresar sus emociones y dudas.
- Ser coherentes en las normas y límites, sin caer en el autoritarismo ni en la permisividad absoluta.
Estas prácticas, según Mansukhani, no solo mejoran la comunicación, sino que contribuyen a que los adolescentes se sientan valorados y amados, aspectos esenciales para su autoestima y bienestar emocional.
Errores comunes que sabotean la conexión
El experto también alertó sobre ciertas actitudes que, aunque bien intencionadas, pueden dañar el vínculo:
- El exceso de control y vigilancia, que genera desconfianza y rechazo.
- La sobreprotección, que limita la autonomía necesaria para el crecimiento personal.
- Los castigos desproporcionados que fomentan el resentimiento más que el aprendizaje.
- La presión académica o social, que puede llevar a la frustración y al distanciamiento.
Mansukhani advierte que estos errores se originan muchas veces en el miedo de los padres a perder el control o que los hijos sufran, pero la solución pasa por acompañar sin invadir.
El cerebro adolescente no es tu enemigo
Una de las aportaciones más valiosas del psicólogo es la explicación científica que desmonta muchos mitos sobre la adolescencia. El cerebro de los jóvenes está en plena formación, especialmente en áreas relacionadas con el autocontrol, la toma de decisiones y la gestión emocional. Esto puede hacer que reaccionen con impulsividad o que busquen probar límites.
“Es fundamental entender que sus cambios de humor o actitudes no son un capricho ni un reto personal, sino parte de su desarrollo neurobiológico”, explicó Mansukhani. Desde esta perspectiva, la paciencia y la empatía no son solo virtudes, sino herramientas necesarias para acompañar el proceso.
De la imposición al diálogo: cómo crear confianza
Para Mansukhani, cambiar el enfoque de la relación implica pasar de la imposición a la negociación respetuosa. Algunas de sus recomendaciones incluyen:
- Preguntar en lugar de ordenar para involucrar al adolescente en las decisiones.
- Validar sus emociones aunque no se esté de acuerdo con sus actos.
- Mostrar vulnerabilidad como adulto para humanizar la relación.
- Practicar el refuerzo positivo, reconociendo los esfuerzos y éxitos.
Este cambio de paradigma ayuda a que los jóvenes perciban a sus padres como aliados y no como adversarios.
Cerrar la brecha generacional con afecto
Finalmente, Mansukhani subraya que más allá de las dificultades, el amor y el afecto son el motor para superar cualquier crisis familiar. “Sin afecto, no hay puente posible”, concluyó. Para él, cultivar el vínculo es una tarea constante que implica tolerancia, respeto y, sobre todo, el deseo genuino de acompañar a los hijos en su camino hacia la edad adulta.
¿Y tú, cómo estás construyendo este puente con tus hijos? Compartir experiencias y reflexionar sobre estas claves puede ser el primer paso para transformar la convivencia y disfrutar juntos de esta etapa única.