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Pablo Ojeda, nutricionista: «Dejar de comer activa el modo alerta del cuerpo y acumulas más grasa»

Comer bien no significa comer menos. Esta es la premisa con la que Pablo Ojeda, uno de los nutricionistas más respetados de España, trabaja desde hace años con pacientes que quieren perder peso. En esta entrevista desmonta mitos comunes, pone el foco en la salud emocional y propone un enfoque integral de la alimentación.

El gran error al intentar adelgazar

Según Ojeda, el primer gran error de quien quiere perder peso es dejar de comer. “Esto es poner el cuerpo en modo alerta”, explica. Cuando una persona se salta comidas o reduce drásticamente su ingesta calórica, el cuerpo interpreta que está en riesgo y, tan pronto recibe alimentos, comienza a acumularlos. El resultado: un efecto contrario al deseado.

Además, señala que esta mentalidad restrictiva puede provocar trastornos emocionales. “Muchas veces comemos por razones que no tienen que ver con el hambre fisiológica”, indica. El impulso por comer puede estar asociado al estrés, la ansiedad o la tristeza, factores que rara vez se tienen en cuenta al comenzar una dieta.

Comer para sanar, no para castigar

Ojeda insiste en que la comida no debe usarse como premio ni castigo. “El 90% de los pacientes que vienen a consulta tienen una mala relación con la comida”, afirma. Para él, este dato refleja una crisis más profunda: la alimentación está cargada de culpa y presión social.

Su propuesta es clara: reaprender a comer desde la comprensión emocional y la atención plena. “Lo primero que hay que cuidar es la parte emocional: por qué como, cuándo como, para qué como”. Entender el origen del comportamiento alimentario permite transformar hábitos desde la raíz.

¿Por qué no funcionan las dietas estrictas?

Las dietas muy restrictivas o de moda suelen ofrecer resultados rápidos… pero insostenibles. Pablo Ojeda lo deja claro: “No se puede vivir a base de batidos o eliminando grupos enteros de alimentos”. Estas dietas generan ansiedad y frustración, y lo peor es que a menudo conllevan una recuperación del peso perdido, a menudo con kilos extra.

La clave, según el experto, está en personalizar. No hay una fórmula única para todos. Cada cuerpo y cada mente necesitan su propio enfoque. “Hay que adaptar la alimentación a la vida del paciente, y no al revés”, sentencia.

La emoción detrás del hambre

Uno de los temas centrales que aborda Ojeda es el hambre emocional. Muchas personas, dice, comen por aburrimiento, tristeza o como recompensa. No se trata de hambre real, sino de un intento de llenar un vacío emocional. Reconocer esta diferencia es vital para comenzar un proceso de cambio duradero.

El nutricionista recomienda técnicas como el registro emocional, donde se anota cada comida junto con el estado de ánimo. Esta práctica ayuda a identificar patrones y comenzar a intervenir no solo sobre lo que se come, sino sobre cómo se siente quien come.

Más allá del cuerpo: una cuestión de bienestar

Pablo Ojeda no promete cuerpos perfectos ni soluciones mágicas. Su enfoque va más allá de lo físico. “La alimentación es salud, energía, bienestar”, dice. Comer bien es una inversión a largo plazo en calidad de vida, no una estrategia estética puntual.

Para él, la verdadera transformación comienza cuando se deja de ver la comida como un enemigo y se empieza a tratar con respeto el cuerpo.

Comer con conciencia: el verdadero camino hacia la salud

«No es comer menos, es comer mejor. No es dejar de comer, es aprender a hacerlo», resume Pablo Ojeda. Con un enfoque centrado en la salud emocional, el respeto al cuerpo y la alimentación consciente, el nutricionista redefine qué significa perder peso.

Ahora la pregunta es: ¿estamos preparados para dejar atrás los mitos y comenzar a cuidarnos de verdad?

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