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Isabel Viña lo deja claro: la falta de magnesio puede estar destrozándote los músculos y ni te das cuenta

Tu cuerpo no miente. Si últimamente tienes calambres en las piernas mientras duermes, espasmos musculares cuando estás en reposo o ese molesto tic en el ojo que aparece de la nada… no lo ignores. Es un aviso. Una señal clara de que algo falla dentro de ti. Y, en muchos casos, la raíz del problema tiene nombre y apellido: déficit de magnesio.

La doctora Isabel Viña, reconocida médica y divulgadora, lo ha dicho claramente: “La falta de magnesio puede conllevar calambres musculares, incluyendo tics en los ojos, porque es fundamental para la relajación neuromuscular”. Y no es ninguna exageración. Es una realidad más común de lo que pensamos.

Magnesio: el gran olvidado que sostiene tu salud muscular y mental

Vivimos en un mundo que exige más de lo que damos. Volvemos de vacaciones y septiembre nos arrastra en una avalancha de tareas, responsabilidades y exigencias. La psiquiatra Marian Rojas lo advirtió hace poco: estamos saturados, haciendo malabares con mil cosas a la vez. Y mientras intentamos sobrevivir al ‘multitasking’, nuestro cuerpo comienza a pasar factura.

Uno de los primeros en caer de este equilibrio es el magnesio. Este mineral esencial participa en más de 300 reacciones bioquímicas del organismo y, sin embargo, brilla por su ausencia en nuestras dietas modernas. ¿El resultado? Un organismo que no consigue relajarse, músculos que no saben desconectar y una mente que no encuentra la paz.

¿Qué provoca la falta de magnesio?

  • Calambres musculares intensos y frecuentes, especialmente por la noche.
  • Tics nerviosos, sobre todo en los ojos, que aparecen sin previo aviso.
  • Sensación de hormigueo o debilidad muscular.
  • Ansiedad, irritabilidad y dificultad para dormir.
  • Fatiga crónica, incluso habiendo descansado.
  • Palpitaciones leves o arritmias, cuando el sistema nervioso está alterado.

Estos síntomas no aparecen de un día para otro. Son silenciosos, progresivos y muchas veces se confunden con otras enfermedades. Pero si coinciden varios, puede que tu cuerpo esté clamando desesperadamente por más magnesio.

¿Por qué perdemos magnesio?

La respuesta está en lo que comemos, en cómo vivimos… y en lo que dejamos de hacer. El magnesio se encuentra en alimentos como frutos secos, semillas, vegetales de hoja verde, legumbres o cereales integrales. Pero estos alimentos han sido desplazados por productos ultraprocesados y refinados, que no solo no aportan magnesio, sino que además lo roban.

A esto se suman otros factores que lo agotan:

  • El estrés crónico, que dispara la pérdida de magnesio por la orina.
  • El consumo de alcohol, café o refrescos, grandes enemigos del equilibrio mineral.
  • Algunos medicamentos, como los diuréticos o los inhibidores de la bomba de protones.
  • El ejercicio físico intenso, que incrementa la demanda de magnesio por parte de los músculos.

Y lo más grave: la mayoría de análisis de sangre no detectan una deficiencia real, porque solo el 1% del magnesio se encuentra en la sangre. El resto está en los músculos, huesos y tejidos.

El tic en el ojo, esa advertencia que siempre ignoras

Parece inofensivo. Un pequeño temblor en el párpado que aparece durante segundos. Pero este tic no es estrés, no es casualidad, es una señal clara de que tu sistema neuromuscular está agotado. El magnesio es el responsable de permitir que los músculos se relajen después de contraerse. Sin él, se quedan en tensión permanente. Como si no supieran desconectar.

Y pasa lo mismo con los calambres. Son descargas eléctricas descontroladas. Una sacudida nocturna que no te deja dormir y que, en muchos casos, es el síntoma más claro de que tu cuerpo está al límite.

Soluciones prácticas: cómo recuperar tus niveles de magnesio

  1. Mejora tu alimentación: Introduce alimentos ricos en magnesio como almendras, espinacas, aguacate, plátano o cacao puro.
  2. Reduce el consumo de cafeína y alcohol: Son grandes saboteadores del equilibrio mineral.
  3. Descansa bien y gestiona el estrés: El descanso es esencial para recuperar los depósitos de magnesio.
  4. Consulta con un profesional sobre la suplementación: Existen diferentes tipos de magnesio (citratos, glicinatos, cloruros, etc.) y cada uno tiene usos específicos.
  5. Hidrátate correctamente: El agua ayuda a regular el tránsito de minerales.

Escucha tu cuerpo antes de que sea demasiado tarde

Ignorar los calambres, los tics, el cansancio… es como tapar una fuga con cinta adhesiva. El problema no desaparece, solo se esconde. Y el magnesio puede ser la pieza que te falta para volver a sentirte bien.

En palabras de Marian Rojas, “nuestra mente no está diseñada para vivir en modo de atención dividida constante”. Pero tampoco lo está nuestro cuerpo para vivir en déficit permanente. Es hora de detenerse. De mirar hacia adentro. Y de escuchar esas señales que, aunque pequeñas, podrían estar avisándote de algo mucho más grande.

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