¿Es mejor desayunar huevos o cenarlos? Descubre cómo este alimento versátil puede potenciar tu salud según el momento del día y por qué ha dejado de ser el gran “temido” del colesterol para convertirse en uno de los aliados nutricionales más completos que puedes incluir en tu dieta.
Durante años, los huevos fueron mirados con recelo por su contenido en colesterol. Sin embargo, las nuevas investigaciones los han redimido: son una fuente rica en proteínas, vitaminas, minerales y grasas saludables. Pero la pregunta que muchos se hacen es: ¿cuándo es mejor comerlos, por la mañana o por la noche? La respuesta no es única, pero sí hay argumentos para sacarles el mejor provecho según el momento del día.
Huevos para desayunar: energía y saciedad desde temprano
Incluir huevos en el desayuno no solo es una costumbre extendida en muchos países, también es una decisión nutricionalmente inteligente. Gracias a su alto contenido proteico, ayudan a controlar el apetito durante horas, algo útil para quienes buscan perder peso o mantener la energía estable a lo largo del día.
Además, estudios han demostrado que quienes desayunan huevos tienden a ingerir menos calorías durante el resto del día. La combinación de proteínas y grasas saludables favorece la sensación de saciedad y reduce el deseo de picar entre horas.
Una opción práctica y nutritiva: huevos revueltos con verduras. Puedes añadir espinacas, champiñones y tomate para sumar fibra y antioxidantes. O prepararlos duros para llevarlos y comerlos como un snack saludable en cualquier momento.
¿Y por la noche?: mitos y realidades de cenar huevos
¿Cenar huevos engorda? ¿Son difíciles de digerir por la noche? Estos son mitos comunes que la ciencia ha desmentido. De hecho, cenar huevos puede ser una opción ligera y completa si se acompaña de alimentos adecuados.
Un par de huevos duros con una ensalada verde o una tortilla francesa con calabacín son cenas que aportan proteínas de calidad sin saturar el sistema digestivo. Su digestión es más fácil de lo que se cree, siempre que se eviten frituras o preparaciones pesadas.
Además, la presencia de triptófano en los huevos puede ayudar a mejorar el sueño, ya que es un aminoácido precursor de la serotonina y la melatonina. Por tanto, lejos de interferir con el descanso, incluso lo puede favorecer.
¿Cuántos huevos a la semana? Esto dicen los expertos
Durante años se recomendó limitar el consumo de huevos a no más de tres por semana. Hoy, esta cifra está desactualizada. Diversas instituciones y expertos coinciden en que una persona sana puede comer hasta uno o dos huevos al día sin problema.
El límite depende del perfil de cada persona: quien tiene colesterol alto o antecedentes cardiovasculares debe consultar a su médico, aunque en la mayoría de casos no es necesario excluirlos. De hecho, la mayor parte del colesterol en la sangre proviene del hígado y no de los alimentos, y los huevos tienen una relación muy favorable entre grasas saturadas y no saturadas.
La clave es el contexto: una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, legumbres y grasas buenas, puede incluir huevos sin problema. En cambio, si se acompañan de embutidos, mantequilla o exceso de azúcares, el conjunto sí puede resultar perjudicial.
Formas saludables de cocinarlos (y errores comunes)
No todos los huevos se cocinan igual. Y no todos los métodos son igualmente recomendables. Freírlos en aceite a altas temperaturas puede aumentar el contenido calórico y generar compuestos poco saludables. En cambio, hervirlos, escalfarlos o hacerlos al vapor permite conservar sus nutrientes con menos grasa.
Otra opción saludable es prepararlos al horno o en el microondas, con muy poco aceite o directamente sin grasa. Las tortillas al horno con vegetales, los muffins de huevo o incluso los huevos escalfados son excelentes opciones.
Evita combinarlos sistemáticamente con embutidos, pan blanco o salsas procesadas. Mejor acompáñalos con vegetales frescos, legumbres o cereales integrales. También puedes usar claras si necesitas reducir la carga calórica o de grasa.
Colesterol, proteínas y nutrientes: qué aportan realmente
Un huevo de tamaño mediano contiene aproximadamente 6 gramos de proteína completa, es decir, con todos los aminoácidos esenciales. Además, aporta vitaminas como la B12, A, D y E, así como minerales como selenio, fósforo e hierro.
¿Y el colesterol? Un huevo tiene entre 180 y 200 mg de colesterol. Pero eso no lo convierte automáticamente en un alimento peligroso. El huevo eleva sobre todo el colesterol HDL, conocido como “bueno”, y puede incluso ayudar a equilibrar el perfil lipídico si se consume dentro de una dieta saludable.
También contiene colina, un nutriente clave para el funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso, esencial durante el embarazo y la lactancia. Y no olvidemos la luteína y la zeaxantina, dos antioxidantes que protegen la salud ocular.
Huevos, el aliado invisible de una dieta completa
Tanto si comienzas el día como si cierras la jornada, el huevo es una opción práctica, nutritiva y versátil. Su valor ha sido reivindicado por la ciencia y la nutrición moderna, y cada vez más personas los incorporan con confianza a su alimentación.
El secreto es cómo los cocinas y con qué los combinas. Así que la próxima vez que te preguntes si es mejor desayunar o cenar huevos, recuerda que ambos momentos pueden ser ideales, siempre que formen parte de un patrón de alimentación equilibrado.
¿Y tú? ¿Cuándo prefieres comer los huevos? Comparte este artículo si te ha resultado útil y déjanos tus ideas de recetas o combinaciones preferidas. ¡Te escuchamos!