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El radiólogo José Manuel Felices sentencia: «Nunca te duches inmediatamente después de hacer deporte»

¿Sabías que la forma en que terminas tu entrenamiento podría estar afectando tu salud de maneras inesperadas? Un experto revela un consejo sorprendente: esperar un poco antes de ducharte después de hacer ejercicio podría ser clave para tu bienestar.

Los consejos de los profesionales sanitarios a menudo nos sorprenden, pero algunos pueden transformar nuestros hábitos diarios y ayudarnos a prevenir problemas de salud a largo plazo.

Después de cada sesión deportiva, es habitual sentir la necesidad inmediata de correr a la ducha. Pero el doctor José Manuel Felices, radiólogo y profesor universitario, lanza una advertencia que pone en cuestión uno de los gestos más extendidos entre deportistas y aficionados: “Nunca te duches después de hacer deporte”. Esta recomendación, que ya ha generado debate en gimnasios y redes sociales, plantea una pregunta clave: ¿qué riesgos asumes realmente si te apresuras a ducharte tan pronto como terminas de ejercitarte?

Un referente médico que desafía las costumbres más arraigadas

José Manuel Felices no es solo un experto en diagnóstico por imagen, sino también un divulgador comprometido con la salud pública. Con años de experiencia en hospitales y universidades, ha observado miles de casos y sabe hasta dónde pueden llegar los malos hábitos, incluso aquellos que consideramos inocuos. Su objetivo principal es desmontar mitos populares y ofrecer pautas prácticas basadas en la evidencia científica, haciendo la salud más accesible para todos.

¿Por qué la ducha inmediata puede ser contraproducente?

Cuando terminas de entrenar, tu cuerpo aún no ha recuperado sus niveles normales de temperatura, ritmo cardíaco ni tensión arterial. Felices lo explica de manera clara: “Después del ejercicio, los vasos sanguíneos siguen dilatados y la circulación sanguínea es más intensa”. Si expones tu cuerpo a un cambio brusco de temperatura –como el agua fría o muy caliente de la ducha– puedes provocar reacciones físicas que afectan el bienestar general.

Este choque puede ser especialmente peligroso para personas con la tensión baja, problemas cardíacos o una predisposición a los mareos. Pero, incluso para deportistas sanos, la ducha inmediata puede causar bajadas de tensión, sensación de mareo o, en casos extremos, desmayos.

Consecuencias para el cuerpo: más allá del simple cansancio

Aparte del riesgo de mareo, el doctor Felices alerta sobre otros efectos:
“Si no dejas que el cuerpo se enfríe de manera natural, puedes ralentizar la recuperación muscular y favorecer la aparición de calambres o contracturas.” Los músculos necesitan tiempo para liberar el ácido láctico y estabilizar la circulación sanguínea después de una actividad intensa.
Además, la sudoración aún no se ha regulado, lo que puede impedir una limpieza efectiva e incluso favorecer irritaciones cutáneas si la piel no ha tenido tiempo de secarse ligeramente antes de la ducha.

¿Cuál es la rutina óptima después de hacer deporte?

El consejo del radiólogo es claro:
“Lo más aconsejable es esperar entre 15 y 30 minutos antes de ducharse”, insiste Felices. Este período sirve para que el cuerpo haga la “vuelta a la calma”: el ritmo cardíaco baja, la temperatura se normaliza y la circulación se regula. Durante este tiempo, se recomienda hacer estiramientos suaves, hidratarse bien y aprovechar para ventilar la ropa deportiva.
Solo después de este proceso, la ducha se vuelve realmente beneficiosa, ya que contribuye a la relajación y a la higiene sin riesgos añadidos.

Rompiendo mitos: el papel de los entrenadores y la ciencia

Muchas personas han aprendido, desde pequeñas, que la ducha inmediata es “obligatoria” después de sudar. Pero cada vez más entrenadores personales y profesionales de la salud coinciden con Felices. Las últimas investigaciones apuntan que el cuerpo humano necesita un margen de tiempo para recuperar el equilibrio interno, y que no hacerlo puede mermar los beneficios del ejercicio.

Además, el mito de “refrescarse” rápidamente puede dar una falsa sensación de bienestar, ocultando síntomas reales de fatiga o sobreesfuerzo que deberían escucharse.

Consejos adicionales para una mejor recuperación

Para aprovechar al máximo la rutina post-entrenamiento, Felices recomienda:

  • Hidratarse correctamente con agua o bebidas isotónicas si la sesión ha sido muy intensa.
  • Hacer estiramientos progresivos para evitar lesiones musculares.
  • Utilizar ropa cómoda y transpirable mientras se espera el momento adecuado para ducharse.
  • Escuchar el cuerpo y no forzarse si se nota debilidad o mareo.
  • Si es necesario, refrescarse la cara o los brazos con una toallita húmeda antes de la ducha final.

Pequeños cambios para una vida más saludable

Ducharse después de hacer deporte es solo un detalle de la rutina, pero saber cuándo hacerlo puede suponer la diferencia entre sentirse mejor y sufrir riesgos innecesarios.
La recomendación de José Manuel Felices invita a revisar costumbres y a ser más conscientes de nuestro cuerpo después de la actividad física. Hacer deporte ya es positivo, pero cuidar la recuperación es igual de importante.

Cuida tu cuerpo: comparte el consejo y participa

¿Te habías planteado alguna vez que la ducha inmediata después de hacer ejercicio podría ser perjudicial?
Quizá este cambio tan sencillo mejorará tu recuperación y te ayudará a evitar problemas que no habías considerado.
¡Comparte este artículo con tus amigos, compañeros de gimnasio y familiares, y anímales a cuidar todos los detalles de su rutina deportiva!

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