¿Por qué tantas personas se levantan temprano para entrenar a las 7 de la mañana? El hábito se ha convertido en tendencia en redes sociales, gimnasios y asesoramientos deportivos. Pero más allá de la moda, hay razones fisiológicas y psicológicas que lo explican.
Escoger esta hora para entrenar no es casualidad. Se trata de aprovechar un momento clave del día para potenciar la quema de grasa, establecer rutinas sólidas y activar el cuerpo y la mente con intención. Expertos en rendimiento deportivo revelan por qué las 7 de la mañana puede ser el mejor aliado para quien quiere perder grasa y ganar salud.
Por qué se ha puesto de moda entrenar a las 7 de la mañana
El auge de las rutinas matutinas no es solo un fenómeno viral. Influencers del fitness, entrenadores personales y estudios científicos han impulsado la idea de que ejercitarse temprano optimiza los resultados. Redes sociales como TikTok e Instagram están llenas de videos motivacionales de gente que entrena al alba, presumiendo disciplina y cambios físicos notables.
El argumento principal: “Quema más grasa en ayunas” se ha popularizado como un mantra moderno, aunque es necesario matizarlo y darle respaldo real. Además, para muchas personas con trabajo o hijos, las 7 de la mañana es el único momento del día para dedicarse tiempo a sí mismas sin interrupciones.
Beneficios fisiológicos y hormonales del entrenamiento matutino
El entrenamiento matutino aprovecha la biología del cuerpo tras el ayuno nocturno. Durante la noche, el organismo agota parte de las reservas de glucógeno, lo que hace que al entrenar temprano aumente la oxidación de grasas como combustible.
Según varios estudios, este fenómeno no es mágico ni exclusivo del ayuno, pero se traduce en una mayor movilización de ácidos grasos. También el cortisol, la hormona del estrés, se encuentra naturalmente más elevada en la mañana, facilitando la movilización energética.
«Entrenar a las 7 de la mañana puede ser óptimo para quien quiere perder grasa porque se alinea con los ritmos hormonales del cuerpo, favoreciendo la utilización de lípidos como fuente de energía», explica un entrenador certificado en fisiología del ejercicio. Además, esta práctica puede mejorar la sensibilidad a la insulina y la regulación metabólica.
La clave de la constancia y el hábito
Levantarse temprano para entrenar ayuda a crear una rutina sólida y sostenible. Al hacerlo en la mañana, se reducen las distracciones, los imprevistos y las excusas que pueden aparecer a lo largo del día.
«Es más fácil mantener un hábito si lo haces a la misma hora cada día, y la mañana suele ser el momento con menos interferencias», destaca un coach de hábitos deportivos. Esto convierte el entrenamiento en un compromiso prioritario.
Para muchos, entrenar temprano es un acto de autodisciplina que refuerza la identidad de persona saludable y organizada. La constancia es clave en cualquier proceso de pérdida de grasa, más allá del horario escogido.
Qué dice la ciencia sobre el horario ideal para entrenar
No hay una hora universalmente perfecta para entrenar. Estudios han demostrado que tanto las rutinas matutinas como las de la tarde ofrecen beneficios, y el mejor horario depende del cronotipo y del estilo de vida de cada persona.
La ciencia indica que entrenar en la mañana puede facilitar la adherencia a largo plazo, consolidándose como un ritual diario. Por su parte, entrenar en la tarde o en la noche se asocia a menudo con un rendimiento de fuerza y potencia más grande por la temperatura corporal más elevada.
«Lo más importante no es tanto la hora, sino la regularidad y la calidad del entrenamiento», insisten fisiólogos deportivos. Escoger las 7 de la mañana tiene ventajas si se adapta bien a la vida del practicante, pero no debería convertirse en una obligación rígida para todos.
Aspectos psicológicos: motivación y bienestar diario
El entrenamiento matutino ofrece beneficios psicológicos significativos. Comenzar el día haciendo ejercicio genera sensación de meta alcanzada y libera endorfinas, mejorando el estado de ánimo.
Muchas personas aseguran que entrenar temprano ayuda a reducir el estrés diario, ordenar prioridades y sentirse más productivas. Además, para quien trabaja muchas horas o tiene familia, las 7 de la mañana puede ser el único momento de auténtica “autogestión” personal.
«Es como regalarte una hora para ti antes de que comience el caos del día», reflexiona un usuario habitual de gimnasio matutino. Este efecto emocional no solo motiva a mantener el hábito, sino que también contribuye indirectamente a la pérdida de grasa al reducir conductas compensatorias como el comer emocional.
Recomendaciones del experto en rendimiento deportivo
Un especialista en entrenamiento deportivo sugiere varios consejos para quien quiera adoptar este horario:
- Prepararlo todo la noche anterior: ropa, mochila, planificación del entrenamiento.
- Dormir al menos 7 horas para garantizar la recuperación.
- Hidratarse bien al despertar, incluso antes de entrenar.
- Calentar de forma gradual para activar el cuerpo tras el descanso nocturno.
- Escuchar al cuerpo y ajustar la intensidad, especialmente si se entrena en ayunas.
- Ser flexible: si un día no puedes entrenar a las 7 de la mañana, cámbialo, pero no lo omitas.
«El éxito está en la constancia, no en la hora mágica», resume el experto.
Escoger las 7 de la mañana para entrenar no es solo una moda: es una estrategia con razones fisiológicas, psicológicas y de vida. Para muchos, es el momento más productivo y efectivo del día.
¿Te animarías a probarlo? Comparte tu experiencia o tus dudas. Tu próximo gran cambio podría comenzar con el despertador sonando un poco más temprano.