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Dormir con tu perro o gato: los expertos aseguran que reduce el estrés y mejora el descanso

Cada noche, miles de personas eligen compartir la cama con su perro o gato. Una costumbre llena de ternura que despierta emociones intensas, pero también preguntas. ¿Es realmente bueno para la salud dormir con nuestra mascota o deberíamos pensarlo dos veces?

Más allá de la comodidad y el afecto, este tema genera un debate real. Desde beneficios emocionales y fisiológicos demostrados hasta inconvenientes que pueden arruinar nuestro descanso, la ciencia ha investigado los efectos de este vínculo nocturno. Vamos a desglosar, con detalle, las razones por las que dormir con tu mascota puede ser un regalo o un problema, para que puedas decidir con información y sin prejuicios.

Beneficios fisiológicos y emocionales

Dormir al lado de un perro o un gato no es solo un acto de amor. Es una forma de fortalecer el vínculo emocional y desencadenar una serie de reacciones químicas en el cuerpo. Uno de los actores principales de este proceso es la oxitocina, conocida como la «hormona del apego». Según Handlin et al. (2011), el contacto físico y la proximidad con el animal elevan los niveles de oxitocina, generando bienestar, calma y un vínculo social más fuerte.

Pero no es la única hormona implicada. El cortisol, responsable del estrés, también se ve afectado. Estudios como el de Beetz et al. (2012) demuestran que las interacciones relajantes con mascotas reducen el cortisol en humanos. Dormir con tu mascota puede actuar como un «interruptor» fisiológico del estrés, ayudando a aliviar la ansiedad o incluso el insomnio.

El resultado es un efecto combinado: más oxitocina y menos cortisol, un cóctel perfecto para calmar la mente. Como explica McConnell et al. (2011), la simple presencia de la mascota proporciona seguridad y compañía, reduciendo el estrés y aportando serenidad.

Beneficios para el sueño

Más allá de la química cerebral, hay aspectos psicológicos muy potentes en este hábito. Muchos propietarios informan que duermen mejor porque su perro o gato les hace sentir protegidos. La sensación de seguridad es uno de los factores más citados en estudios sobre la calidad del sueño compartido.

Además, el ritmo respiratorio y el calor corporal del animal tienen un efecto relajante. Hoffman et al. (2018) comparan este fenómeno con los «objetos de apego» en niños, como peluches o mantas preferidas. Al final, no importa la edad: el contacto físico regular y el calor de un ser querido (aunque tenga cuatro patas) puede funcionar como un sedante natural muy potente.

Es un vínculo emocional que nos reconecta con algo esencial: la necesidad de compañía para sentirnos seguros. Muchas personas encuentran en este gesto nocturno una manera de gestionar la soledad o la ansiedad cotidiana, transformando el acto de dormir en un momento de conexión y afecto.

Posibles inconvenientes

Pero no todo son ventajas. Dormir con tu mascota también tiene desventajas reales que no deben ignorarse. Uno de los problemas más citados es la interrupción del sueño. Los animales se mueven, roncan, cambian de posición o incluso se despiertan a medianoche. Según Krahn et al. (2015), este comportamiento puede fragmentar el sueño, especialmente problemático para personas sensibles o con trastornos del descanso.

Las alergias son otro inconveniente importante. El pelo y la caspa animal pueden ser detonantes para aquellos que sufren de asma o alergias respiratorias. Compartir la cama con un animal eleva la exposición a estos alérgenos y puede empeorar los síntomas en personas vulnerables.

Finalmente, está la cuestión de la higiene. Incluso las mascotas más cuidadas pueden llevar suciedad o parásitos. Aunque esto no es motivo para demonizarlas, sí exige más atención en la limpieza y la salud del animal. Para quien es muy exigente con la higiene del dormitorio, dormir con un perro o gato puede ser un auténtico dilema.

Datos y encuestas sobre el hábito de dormir con mascotas

Para entender mejor este fenómeno, vale la pena mirar las cifras. Según la American Pet Products Association (APPA) Pet Owners Survey, alrededor del 50% de los propietarios de perros en Estados Unidos permiten que sus mascotas duerman en la cama con ellos. En el caso de los gatos, la cifra es aún más alta: algunos estudios la sitúan por encima del 60%.

Lo más curioso es que, aunque muchos propietarios reconocen que su sueño puede verse un poco más interrumpido, continúan optando por compartir la cama por el valor emocional tan alto que encuentran. El vínculo afectivo y la sensación de seguridad pesan más que la calidad técnica del sueño para muchísimas personas.

Estas estadísticas revelan algo profundo: para muchas personas, la conexión emocional con su mascota es tan valiosa que están dispuestas a hacer pequeños sacrificios en el descanso. Es una elección consciente, que combina amor, comodidad e incluso un punto de sacrificio.

Resumen y conclusiones

Dormir con tu perro o gato no es ni bueno ni malo en términos absolutos. Es una práctica con beneficios emocionales y fisiológicos claros, pero también con riesgos concretos. Puede estimular la oxitocina, reducir el cortisol y ayudar a gestionar la ansiedad, aportando bienestar y seguridad. Pero también puede provocar interrupciones del sueño, problemas de higiene y agravar alergias.

La ciencia sugiere que, para muchas personas, los beneficios emocionales superan los inconvenientes, siempre que se tomen precauciones. La decisión de compartir la cama con tu mascota depende de preferencias personales, salud y comportamiento del animal. No hay respuestas universales: lo importante es conocer los pros y contras para tomar una decisión informada.

Comparte tu experiencia y reflexiona sobre tu descanso

Al final del día, dormir con tu mascota es un gesto de amor y compañía, pero también una responsabilidad. ¿Y tú, duermes con tu perro o gato? ¿Has notado cambios en tu descanso o en tu bienestar emocional?

Te invitamos a compartir tu experiencia y a reflexionar sobre cómo este hábito influye en tu salud y en la relación con tu amigo peludo. ¡Comparte, comenta y sigue explorando el maravilloso vínculo entre humanos y animales!

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