Dormir bien va mucho más allá de las horas que pasamos en la cama. El cardiólogo José Abellán, experto en salud cardiovascular, comparte el consejo más sencillo y fiable para saber si realmente has descansado como necesitas. ¿Sabías que el momento clave para comprobarlo llega justo después de almorzar?
Un cardiólogo con vocación divulgadora
En un mundo donde la salud del corazón se ha convertido en una de las principales preocupaciones, la voz de especialistas como José Abellán es más relevante que nunca. No se trata solo de contar las horas de sueño, sino de aprender a escuchar el cuerpo y aplicar rutinas sencillas para mejorar el bienestar cotidiano. En esta entrevista, Abellán desgrana de manera clara los indicadores más fiables de un buen descanso y desmonta algunos mitos habituales que rodean al sueño reparador.
El indicador más fiable: después de almorzar está la clave
La mayoría de las personas piensa que si no sienten sueño al levantarse, han descansado bien. Sin embargo, José Abellán matiza que esto no siempre es así. El especialista revela su truco preferido para saber si el cuerpo se ha recuperado lo suficiente: “Para saber si has descansado bien, el indicador más fiable es cuando terminas de almorzar”. Explica que, si al terminar el almuerzo, una persona nota un cansancio excesivo o siente que el sueño la vence de manera irrefrenable, probablemente el descanso nocturno no ha sido óptimo.
Según el cardiólogo, esta sensación de somnolencia intensa después de almorzar suele indicar un déficit de sueño o una mala calidad durante la noche anterior. Por el contrario, si uno termina de almorzar y mantiene la energía, puede confiar en que el descanso ha sido realmente reparador.
¿Cuántas horas necesita el corazón? Mitos y realidades sobre el sueño
Uno de los grandes mitos que persiguen el descanso es la creencia universal de que todos necesitamos exactamente ocho horas de sueño. Abellán es tajante: no existe una cifra mágica. Cada organismo tiene su propio ritmo y necesidad. “Hay personas que, con seis horas de sueño profundo, rinden perfectamente y otras que necesitan nueve”, comenta el experto.
El verdadero objetivo debe ser alcanzar un sueño profundo y de calidad, evitando los despertares continuos y los hábitos que interrumpen los ciclos naturales. Para ello, recomienda prestar atención a señales como la facilidad para despertarse por la mañana, la claridad mental en las primeras horas del día y, sobre todo, la ausencia de esa “modorra” después del almuerzo principal.
¿Por qué sentimos sueño después de almorzar?
No es extraño sentir que la “bajada” después de almorzar es inevitable, sobre todo en España, donde la cultura de la siesta está tan arraigada. Sin embargo, José Abellán aclara que, aunque existe una tendencia fisiológica al descanso después de una comida copiosa, no debería ser un sueño irresistible si el descanso nocturno ha sido el adecuado.
“El cuerpo humano tiene un ritmo natural que invita al reposo después de almorzar, pero este deseo no debe ser tan intenso como para no poder continuar con las actividades del día”, indica el cardiólogo. Cuando la somnolencia es extrema, suele ser una advertencia de que el sueño de la noche anterior no ha cumplido su función reparadora.
El papel del corazón y el sueño en la salud integral
Dormir bien no es solo cuestión de sentirse descansado: el sueño actúa como uno de los grandes aliados de la salud cardiovascular. Abellán subraya que durante el sueño profundo el corazón se relaja, la presión arterial disminuye y el organismo realiza tareas fundamentales de reparación. La falta de descanso está directamente relacionada con el aumento de riesgo de hipertensión, arritmias y otros trastornos cardiovasculares.
De hecho, el especialista insiste en la importancia de detectar problemas como el insomnio crónico, la apnea del sueño o los despertares frecuentes, ya que a largo plazo afectan no solo la calidad de vida, sino también la longevidad.
Hábitos sencillos que mejoran el descanso según José Abellán
En su práctica diaria, Abellán recomienda a sus pacientes adoptar una serie de rutinas para mejorar tanto la calidad como la cantidad de sueño. Entre los consejos más efectivos, destaca:
- Mantener horarios regulares para ir a dormir y levantarse, incluso los fines de semana.
- Evitar cenas copiosas y el consumo excesivo de cafeína o alcohol por la tarde-noche.
- Crear un ambiente propicio para dormir, eliminando pantallas, luces intensas y ruidos.
- Hacer ejercicio físico moderado durante el día, pero no justo antes de ir a la cama.
- Aprender técnicas de relajación o respiración para conciliar el sueño más fácilmente.
¿Se puede recuperar el sueño perdido?
Otro de los grandes errores, según Abellán, es confiar en que el sueño se puede “recuperar” durmiendo más los fines de semana. El cardiólogo advierte que, aunque se pueden paliar los efectos inmediatos de una mala noche, la deuda de sueño no se compensa del todo y puede pasar factura. La clave, insiste, es la constancia y la regularidad en los hábitos.
“El descanso debe ser una prioridad diaria, al igual que la alimentación o la actividad física”, resume el especialista.
Las señales que el cuerpo envía y no debemos ignorar
El cuerpo siempre envía avisos cuando algo no va bien, pero muchas veces pasan desapercibidos en la rutina diaria. Según Abellán, hay señales claras de que el descanso no es suficiente: irritabilidad, dificultades de concentración, ánimo bajo y falta de energía constante. Si estas sensaciones persisten, recomienda consultar con un especialista.
La importancia de escuchar tu propio cuerpo
No existen recetas universales ni aplicaciones milagrosas que garanticen el descanso perfecto. Abellán invita a cada uno a conocerse y aprender a identificar los propios ritmos y señales. Lo importante es encontrar el equilibrio entre las necesidades personales, la vida laboral y social, y los hábitos que realmente favorecen el sueño reparador.
Conclusión: Un pequeño truco que puede cambiar tu día a día
Cómo saber si has descansado bien: la clave está después de almorzar
La próxima vez que termines de almorzar, haz el pequeño experimento que propone el cardiólogo José Abellán. Observa cómo te sientes y si la energía te acompaña. Quizás descubras que la mejor señal de un buen descanso no es la cantidad de horas dormidas, sino la forma en que tu cuerpo responde al ritmo cotidiano. Y recuerda: cuidar el sueño es también cuidar el corazón.
¿Te ha sorprendido este truco? ¿Notas la diferencia en tu día a día?
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