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Alejandro Huerta, fisioterapeuta: “Caminar bien es mejor que hacer mal cualquier otro deporte”

El fisioterapeuta Alejandro Huerta reivindica el poder de una buena técnica al caminar y desmonta mitos sobre la actividad física cotidiana. Su mensaje es claro: moverse con conciencia vale más que competir sin sentido.

Huerta, reconocido por su trabajo clínico y enfoque preventivo, defiende que caminar correctamente activa la musculatura profunda, mejora la postura y protege las articulaciones. En sus sesiones recuerda que no se trata de correr más, sino de moverse mejor. Una máxima que repite a pacientes y deportistas: “La base de todo movimiento saludable comienza en los pies.

Caminar: el gesto más natural (y más olvidado)

Durante miles de años, el ser humano caminó como forma de vida. No era un ejercicio, era supervivencia. Hoy, en cambio, muchas personas pasan el día sentadas, se desplazan en coche o utilizan escaleras mecánicas. El cuerpo, acostumbrado a moverse, ha olvidado su propio lenguaje.

Para Huerta, caminar es mucho más que un gesto cotidiano: es una herramienta de salud global. “Caminar bien implica alinear el cuerpo, respirar con ritmo y dejar que el movimiento fluya sin esfuerzo”, explica en sus clases de reeducación postural. No se trata solo de dar pasos, sino de reconectar con la manera en que fuimos diseñados para movernos.

El problema, añade, es que nadie nos enseña a caminar bien. Crecemos imitando a los demás y repetimos errores que se convierten en hábitos. Con el tiempo, estos pequeños desajustes se traducen en molestias crónicas, fatiga o dolores articulares.

Por qué caminar bien previene lesiones

Caminar correctamente activa músculos que suelen permanecer dormidos en la rutina diaria: glúteos, abdomen profundo y dorsales. Según Huerta, un paso bien ejecutado es un pequeño entrenamiento funcional. Permite mejorar la coordinación, reforzar la estabilidad y liberar tensiones acumuladas.

“El cuerpo es una cadena. Si un eslabón falla, todo el conjunto sufre las consecuencias”, señala. Por eso, cuando alguien camina arrastrando los pies o con la mirada hacia abajo, el impacto se multiplica en las rodillas, caderas y zona lumbar. En cambio, un paso firme, con apoyo completo y respiración acompasada, equilibra la postura y oxigena el cerebro.

Los beneficios no son solo físicos. Diversos estudios demuestran que caminar reduce el estrés, mejora la concentración y estimula la creatividad. “Caminar es el gimnasio más accesible que existe”, resume Huerta. “Y lo mejor: es gratuito.”

Errores habituales al caminar y cómo corregirlos

Parece obvio, pero la mayoría de las personas caminan mal. Algunas dan pasos demasiado cortos; otras, demasiado rápidos o tensos. A menudo la cabeza va por delante del cuerpo y los hombros se cierran. Huerta lo explica con sencillez: “Si el cuerpo va en una dirección y la mente en otra, aparece el dolor.

Entre los errores más frecuentes, el fisioterapeuta destaca el uso de calzado inadecuado. Tacones, suelas duras o zapatos demasiado planos alteran el patrón natural de la pisada. “Invertir en un buen calzado es invertir en salud,” aconseja. También recomienda caminar con la mirada al frente, los brazos relajados y respiración nasal rítmica.

Pequeños cambios, como pisar desde el talón hasta la punta o mantener el abdomen activo, pueden transformar la experiencia. “Caminar bien es un arte que se entrena”, dice. Y añade con humor: “No hace falta hacer el Camino de Santiago; basta con hacer bien el camino de casa al trabajo.”

Más allá del deporte: moverse con propósito

En tiempos de rutinas fitness, relojes inteligentes y desafíos virales, Huerta recuerda que no todo el movimiento debe medirse en calorías o velocidad. Caminar, bien hecho, es un acto de autocuidado. “Caminar bien es mejor que hacer mal cualquier otro deporte,” resume. Una frase que sintetiza su filosofía: la calidad del movimiento importa más que la cantidad.

Muchos pacientes llegan a su consulta con lesiones provocadas por entrenamientos excesivos, sin técnica ni descanso. Él propone volver a lo básico: caminar, respirar, escuchar el cuerpo. “El deporte debe mejorar tu vida, no agotarla”, afirma. La clave no es competir, sino aprender a moverse con conciencia y placer.

Para aquellos que recién comienzan, recomienda caminar 30 minutos al día, en terreno variado y con un ritmo constante. “La constancia es más poderosa que la intensidad,” dice. Lo que importa no es cuántos pasos das, sino cómo los das.

La filosofía de Alejandro Huerta: cuerpo, equilibrio y calma

Fisioterapeuta con trayectoria en rehabilitación y fisioterapia deportiva, Huerta ha trabajado con pacientes de todo tipo, desde atletas hasta personas mayores que quieren volver a moverse sin dolor. En su consulta de Madrid combina técnicas manuales con educación postural y ejercicios funcionales.

Su enfoque es integral: cuerpo, mente y movimiento deben estar alineados. Por eso insiste tanto en la idea de educar el cuerpo antes de forzarlo. “No se trata solo de curar una lesión, sino de enseñar al cuerpo a no repetirla”, afirma. Esta pedagogía del movimiento es la base de su método.

Fuera de la consulta, Huerta comparte consejos prácticos en las redes sociales, donde promueve un mensaje de bienestar sostenible: moverse sin prisa, con intención y cuidando cada paso. “Caminar te devuelve al presente. Cada paso es una oportunidad de equilibrio,” suele decir.

Volver a caminar con sentido

Caminar no es solo desplazarse: es un acto de reconexión con uno mismo. Alejandro Huerta defiende que un paseo consciente puede ser más transformador que una hora de gimnasio mal hecha. Caminar bien —dice— no solo tonifica, también ordena pensamientos y emociones.

Quizás no hace falta correr más, sino aprender a caminar mejor.
Y tú, ¿cuándo fue la última vez que caminaste de verdad, sin prisa pero con intención?

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