La temperatura corporal de toda la vida ha cambiado. Lo que siempre nos dijeron que era «normal», ahora resulta que no lo es. La ciencia ha hablado y no hay vuelta atrás: nos despedimos de los 36,6 grados como referencia de temperatura corporal. Nuestro cuerpo ha cambiado y la temperatura también. ¿Y lo más impactante? Esta bajada no es casual ni puntual, es una tendencia que lleva más de 150 años gestándose en silencio.
No, 36,6 ºC ya no es lo que era
Durante décadas —incluso siglos— nos han repetido que la temperatura corporal normal está entre los 36 y 37 grados. Pero este valor está a punto de pasar a la historia. Investigadores de la Universidad de Stanford, liderados por la doctora Julie Parsonnet, han analizado cientos de miles de registros de temperatura corporal tomados durante los últimos 150 años y han llegado a una conclusión clara: la temperatura media del cuerpo humano está disminuyendo.
Sí, como lo oyes. Los 36,6 grados han quedado atrás.
¿De dónde venía este número?
El famoso 36,6 grados no es fruto de la ciencia moderna, sino de un estudio realizado por el médico alemán Carl Reinhold August Wunderlich en el siglo XIX. En aquella época, la gente tenía una salud muy diferente de la actual: más infecciones, más enfermedades crónicas, y unas condiciones de higiene y de vida mucho peores. Esto podría explicar por qué las temperaturas corporales eran más altas entonces.
Nuestro cuerpo ya no quema igual
Los científicos han encontrado que la temperatura corporal ha ido bajando progresivamente. Pero, ¿por qué? Todo apunta a una combinación de factores:
- Mejora de la salud general: Menos infecciones y menos inflamaciones crónicas pueden implicar menos necesidad de “calor interno”.
- Mejoras ambientales y médicas: Vivimos en ambientes más regulados y tenemos acceso a medicamentos que controlan la fiebre y las inflamaciones.
- Factores de medición: Las técnicas actuales son mucho más precisas que las del siglo XIX, y esto también afecta los resultados.
Todo esto nos lleva a una realidad: nuestro cuerpo no funciona igual que hace 150 años.
¿Cuál es la nueva temperatura normal?
Aún no hay un número mágico. Los científicos no han establecido un nuevo estándar oficial, pero lo que sí afirman es que la nueva media estaría por debajo de los 36,6 grados. Esto significa que tener, por ejemplo, 36,1 ºC no debería hacer saltar las alarmas, sino que podría ser absolutamente normal.
Este cambio pone en duda muchos protocolos médicos y podría tener consecuencias importantes en cómo se diagnostican fiebres o infecciones. La línea entre lo que es normal y lo que no lo es se está redibujando.
¿Y qué pasa con los termómetros?
Otro punto clave es que la temperatura puede variar según muchos factores: el momento del día, si acabas de comer, el lugar del cuerpo donde se toma la medida (axila, boca, recto…), el género, o incluso el tipo de instrumento que utilizas. Esto significa que una sola medida no siempre es fiable. Quizás es hora de dejar de confiar ciegamente en el termómetro y empezar a escuchar más nuestro cuerpo.
¿Cómo afecta esto al día a día?
Esta nueva realidad puede generar confusión, especialmente en el ámbito sanitario. Imagínate ir al médico con 37 ºC y que te digan que tienes fiebre… cuando quizás ya no lo es. O al revés, pensar que estás bien con 36,7 ºC cuando en realidad estás un grado por encima de tu media habitual.
La clave será entender que la “temperatura normal” es cada vez más personal. Lo que para ti puede ser normal, para otra persona puede ser señal de un problema.
¿Y ahora qué?
Estamos ante un cambio de paradigma médico. Despedirnos de los 36,6 grados es más que un cambio numérico: es una revolución silenciosa de nuestro propio metabolismo. Un reflejo de los tiempos que vivimos, más saludables, más controlados, pero también más complejos.
La ciencia nos dice que nada es eterno. Ni siquiera la temperatura corporal que creíamos “normal”. Así que, la próxima vez que el termómetro marque un valor “extraño”, piénsalo dos veces. Quizás, en realidad, eres tú el nuevo estándar.