Las noches de verano pueden convertirse en una auténtica pesadilla. Cuando el calor no da tregua ni siquiera de madrugada, dormir bien se convierte en una misión imposible. Un médico ha revelado una estrategia sorprendente —pero efectiva— para lograr el descanso: rociar agua fresca sobre las sábanas hasta que queden húmedas.
El calor impide que el cuerpo se enfríe como necesita para conciliar el sueño. Y, cuando la temperatura no baja durante la noche, el ciclo natural que regula el descanso se ve alterado. El doctor José Manuel Felices lo explica con sencillez, pero con firmeza: no es solo una incomodidad, es una barrera biológica real.
Cómo el calor sabotea tu sueño
Dormir bien depende, entre otras cosas, de que el cuerpo pueda disminuir su temperatura central. “El cuerpo libera melatonina al atardecer, una hormona que no solo induce el sueño, sino que también facilita una ligera bajada térmica corporal”, explica Felices. Pero cuando hace calor, este proceso se interrumpe.
Las consecuencias son evidentes: despertares frecuentes, dificultad para conciliar el sueño y una sensación constante de cansancio al día siguiente. En palabras del médico: “Si el cuerpo no se enfría, no se duerme bien”.
Quién es el médico que da estos consejos
José Manuel Felices es médico del grupo hospitalario Quirónsalud y divulgador de salud. Acostumbrado a explicar la ciencia del sueño y los mecanismos del cuerpo, Felices no solo domina la teoría, sino que aporta soluciones prácticas con respaldo científico.
Su enfoque es directo y empático. Sabe que el calor extremo ya no es solo cosa del verano en el sur; afecta a millones de personas en zonas donde antes las noches eran frescas.
Qué pasa en tu cuerpo cuando intentas dormir con calor
Durante la noche, el cuerpo debería experimentar una caída de entre 0,5 y 1 grado en su temperatura central. Es una señal natural de que es hora de descansar. Pero cuando las temperaturas ambientales no bajan, el sistema termorregulador se ve desbordado.
Felices insiste en que este desequilibrio no solo retrasa el sueño, sino que lo fragmenta. “Muchos creen que se despiertan por ansiedad o por estrés, cuando en realidad se están despertando porque el cuerpo no consigue mantenerse fresco durante toda la noche”, apunta.
Trucos simples para refrescarte sin aire acondicionado
Ante esta situación, el médico propone alternativas simples y accesibles, ideales para quien no dispone de aire acondicionado o quiere evitar su uso prolongado:
- Sumergir las muñecas en agua fría durante 30 segundos. Este gesto puede reducir medio grado la temperatura corporal.
- Humedece unos calcetines, congélalos y colócalos en los tobillos. Así, el enfriamiento es gradual y prolongado.
No se trata de remedios caseros sin fundamento, sino de pequeños ajustes que ayudan al cuerpo a hacer lo que el entorno no permite: refrescarse.
El “método egipcio”: así puedes dormir con las sábanas húmedas
El consejo más original —y viral— del Dr. Felices es lo que él llama “el método egipcio”. ¿En qué consiste? Muy sencillo:
“Consiste en rociar agua fresca sobre las sábanas hasta que queden húmedas.”
Este truco aprovecha un fenómeno físico básico: la evaporación del agua enfría la superficie. Al estar en contacto con el cuerpo, las sábanas húmedas funcionan como un aire acondicionado natural. “No te mojas, pero sí consigues que la piel perciba una frescura constante al contacto con la tela”, detalla el médico.
Eso sí, recomienda hacerlo con moderación, asegurándose de que el colchón esté protegido y que la humedad no sea excesiva para evitar molestias o problemas con la ropa de cama.
Dormir bien en verano es posible: pruébalo y compártelo
El verano no debería ser sinónimo de insomnio. Existen estrategias sencillas y eficaces para combatir las altas temperaturas nocturnas. Y muchas de ellas, como el método egipcio, están al alcance de todos y no requieren más que agua fresca y una botella pulverizadora.
¿Te animas a probar estos trucos? ¿Cuál ha sido tu método infalible para dormir durante las olas de calor? Compártelo con otros lectores y ayudémonos a combatir las noches tropicales sin perder el sueño.