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La nutricionista Laura Parada advierte: «No basta con leer gelatina en el envase, es necesario revisar bien qué ingredientes contiene»

Durante mucho tiempo fue el gran olvidado de la merienda infantil, pero ahora resurge con fuerza: “Su consumo regular ofrece un efecto reforzador”, explica la nutricionista Laura Parada. La gelatina, ese postre que muchos recordamos de bandejas escolares y hospitales, vuelve a estar de moda gracias a sus propiedades nutritivas y su versatilidad en la cocina.

En un mundo cada vez más consciente de lo que se come, la gelatina ha pasado de ser un producto asociado a recetas anticuadas a consolidarse como un aliado saludable. Sin embargo, su redescubrimiento exige saber elegir y prepararla bien para aprovechar todos sus beneficios sin caer en la trampa de los ultraprocesados.

De olvidada a imprescindible: el regreso de la gelatina

Durante años, la gelatina ha sido vista como algo poco emocionante, casi relegada a un rincón de la despensa. Estaba presente en menús escolares o bandejas de hospital, pero pocas veces se destacaba como una opción deseable o moderna.

Hoy, sin embargo, ha logrado un cambio de imagen notable. La vemos como un postre ligero, nutritivo y atractivo, capaz de adaptarse tanto a mesas familiares como a cartas de restaurantes que quieren ofrecer opciones saludables y creativas.

Este redescubrimiento responde, en buena parte, a un interés creciente por recetas sencillas y caseras, que permiten controlar los ingredientes y evitar excesos de azúcar y aditivos. La gelatina hecha en casa, lejos de ser un capricho, se convierte en un ejemplo de cocina consciente y accesible.

Qué es realmente la gelatina

Para entender sus beneficios reales, conviene tener claro qué es la gelatina en su forma más pura. Laura Parada, nutricionista, lo explica con precisión:

“La gelatina es una proteína que se obtiene a partir del colágeno animal, extraído mediante hidrólisis parcial de huesos, piel y cartílagos”.

Es un ingrediente translúcido, sin sabor ni color propios, que se vuelve extremadamente versátil en la cocina. Pero es importante recordar sus limitaciones:

“Es translúcida, sin sabor ni color, muy fácil de digerir y compuesta en su mayor parte por proteínas, aunque no suficiente como para sustituir una comida completa”, matiza la experta.

En otras palabras, es un complemento saludable y proteico, pero no debe reemplazar ninguna de las comidas principales del día.

Beneficios que destaca la nutricionista

Lo que hace de la gelatina un alimento tan atractivo para la nutrición actual son sus beneficios concretos. Según Laura Parada, su consumo habitual puede estimular la producción natural de colágeno en el cuerpo, gracias a su perfil de aminoácidos.

Este efecto es especialmente relevante para la salud de la piel y las articulaciones. El colágeno es fundamental para mantener la elasticidad y firmeza cutánea, así como para preservar la salud articular con el paso de los años.

Además, la gelatina puede ser un buen recurso en dietas de pérdida de peso. Su contenido proteico, aunque no es altísimo, contribuye a la saciedad y puede ofrecer una opción ligera y sabrosa para aquellos que buscan postres con menos calorías.

En este sentido, el resurgimiento de la gelatina no es casualidad: responde a una tendencia general por recuperar alimentos tradicionales que, bien utilizados, ofrecen beneficios concretos y fácilmente aprovechables.

La trampa de las versiones industriales

Pero no todo vale. Laura Parada advierte claramente de los peligros de caer en la comodidad de las versiones industriales.

“En algunos casos ni siquiera contienen gelatina real, sino espesantes como la carragenina y una gran proporción de agua”, señala la nutricionista.

La mayoría de gelatinas comerciales que encontramos en los supermercados están llenas de azúcar, colorantes, edulcorantes artificiales y aditivos innecesarios. Estos productos, lejos de aportar beneficios reales, pueden resultar incluso contraproducentes para una dieta saludable.

El exceso de azúcar añadido está vinculado a problemas de salud como la obesidad infantil, la caries dental y una mayor probabilidad de desarrollar síndrome metabólico. Por eso, el mensaje de la experta es claro: no basta con leer “gelatina” en el envase, es necesario saber qué ingredientes se ocultan detrás.

Cómo hacer gelatina casera y nutritiva

Ante estas versiones industriales, Laura Parada apuesta por recuperar la elaboración casera. Su recomendación no puede ser más clara:

“Es tan sencilla de hacer que no vale la pena comprar las comerciales. Basta con utilizar gelatina neutra o agar-agar, zumos naturales, leche o kéfir, frutos secos, semillas de chía o incluso un poco de cacao, para tener un postre nutritivo y sabroso”.

El proceso es muy fácil y permite un control total de los ingredientes. Usando bases como la gelatina neutra (sin sabor ni colorantes) o el agar-agar, se pueden añadir zumos naturales para aportar sabor y vitaminas.

Además, se pueden enriquecer las preparaciones con lácteos fermentados como el kéfir, frutos secos o semillas de chía, añadiendo fibra, grasas saludables y micronutrientes esenciales. Incluso el cacao puro puede convertir la gelatina en un postre más atractivo sin perder su perfil saludable.

En casa, preparar gelatina se transforma en un ejercicio creativo, perfecto para implicar a los niños en la cocina y enseñarles a valorar los ingredientes de calidad.

Alternativa vegana: el poder del agar-agar

Para aquellos que siguen una dieta vegana o quieren reducir el consumo de productos animales, Laura Parada sugiere el agar-agar como alternativa ideal.

Este gelificante natural se extrae de algas marinas y, aunque su contenido en proteínas no es tan alto como el de la gelatina tradicional, ofrece otros beneficios nutricionales notables.

“Es más saciante y favorece el tránsito intestinal”, explica la nutricionista.

El agar-agar destaca por su alto contenido en fibra, que ayuda a la salud digestiva y ofrece una sensación de saciedad prolongada. Además, aporta minerales como el yodo, el magnesio o el calcio, reforzando el valor nutricional global del plato.

Preparar postres con agar-agar también permite una gran variedad de combinaciones con frutas, bebidas vegetales o especias, ofreciendo un resultado atractivo y adaptado a todo tipo de dietas.

La clave está en elegir bien

El resurgimiento de la gelatina como merienda o postre saludable no es solo una moda pasajera. Responde a la necesidad de reconectar con una alimentación más sencilla, consciente y saludable.

Laura Parada recuerda que la diferencia fundamental está en la elección de ingredientes y el rechazo de las versiones ultraprocesadas. Preparar la gelatina en casa permite evitar los azúcares añadidos y los aditivos artificiales, mientras se potencian sus verdaderos beneficios nutricionales.

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