Desde agosto de 2024, Miquel Sàmper (Terrassa, 1966) está al frente del Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Catalunya, una cartera desde la cual manifiesta que quiere impulsar nuevos proyectos estratégicos para Cataluña que estén vinculados a la reindustrialización del país en los sectores tecnológicos clave. Desde su llegada al Gobierno, el escenario comercial global ha cambiado con las imposiciones arancelarias marcadas por Estados Unidos, un hecho que ha impulsado aún más una expansión internacional hacia nuevos mercados mundiales que aporten más seguridad a las exportaciones catalanas. Además de la apuesta por fortalecer la industria y la digitalización en Cataluña, la realidad del país sigue siendo la de un territorio que abraza la riqueza del turismo pero que debe sobrevivir con los conflictos que este sector genera. Después de dirigir el Departamento de Interior entre 2020 y 2021, Sàmper afronta una etapa diferente, marcada por la voluntad de impulsar políticas de consenso, modernización económica y equilibrio territorial. En esta entrevista con Món Economía explica sus planes y argumenta también cómo ha pasado de la ejecutiva de Junts a ser consejero de un gobierno del PSC, como «independiente», como remarca en todo momento.
Los últimos datos de turismo muestran que en los meses de verano Cataluña ha visto una ligera caída del número de visitantes extranjeros, aunque en el acumulado se continúa manteniendo un año de récord. ¿Preocupan estos datos?
Hay varios objetivos en el mundo del turismo, pero uno fundamental es desestacionalizar. Es decir, convertir el turismo clásico de los meses de verano en un turismo que llegue en todas las temporadas del año. Distribuir las personas que nos visitan a lo largo del año y también en el territorio. Procuramos construir un turismo que también sea fuerte los meses del año que no son de verano y que no solo venga a Barcelona, sino que también vaya a las Terres de l’Ebre, a Tarragona, que vaya a la Catalunya Central, al Pirineo. Aunque la noticia se pueda ver inicialmente como mala, es el resultado de un trabajo que se ha hecho durante mucho tiempo para lograrlo, y la prueba es que en los meses de enero y febrero de este año se tuvieron récords de ocupación.
Cataluña sigue siendo el primer destino turístico dentro del estado español y el estado es el segundo destino mundial, a punto de superar a Francia. Cataluña en esta línea es fundamental y creo que estamos haciendo lo que se debe hacer. El lema de la Agencia Catalana de Turismo es Més Catalunya, millor turisme, es decir, que el turismo vaya a todo el país y sin tanta concentración, que sea más sostenible. Por lo tanto, no estamos nada preocupados, al contrario.
El turismo es un sector que a menudo está estigmatizado por parte de la población y se pide un decrecimiento. Aparte de hacer un cambio hacia la desestacionalización, ¿cómo se plantea el crecimiento continuo de la actividad turística?
Con el lema de la Agencia Catalana de Turismo estamos definiendo lo que pretendemos: pasar de la cantidad a la calidad, y esto también significa incrementar el gasto. Aquellos que a veces lanzan agua a nuestros turistas, los que vienen aquí, yo les diría que antes de hacerlo reflexionen que hay medio millón de catalanes y catalanas que viven del turismo. No estamos hablando de un negocio ni elitista que no beneficie a las clases populares, todo lo contrario. Por lo tanto, no podemos menospreciar el turismo cuando da esos 500.000 puestos de trabajo y genera un 12% del PIB.

Es posible que en la capital se deba trabajar para que no esté tan masificada, pero ese no es el problema que tienen en la Garrotxa o en el Pirineo. Debemos tomar los mensajes que demonizan el turismo como algo muy serio, y que aquellos que están en contra digan dónde se recolocan 500.000 puestos de trabajo. Además, Cataluña siempre será atractiva, no es casualidad que tengamos estas cifras en turismo, por eso debemos transformar el sector y hacer que el turista que visita Cataluña se convierta en un residente temporal y se sienta con los mismos derechos y obligaciones que un ciudadano catalán.
Esta transformación de la que se habla para desestacionalizar el turismo y que no esté tan masificado, ¿cuánto tiempo podría tardar?
Esta transformación es un cambio que no estamos haciendo solo desde la administración. Es decir, no la hacemos nosotros solos, ni la pretendemos imponer. Entendemos que debe existir una colaboración entre el sector y nosotros, por lo tanto, escuchamos a todos. Hemos recuperado la mesa de turismo donde todos los sectores implicados intervienen y, por lo tanto, vamos recibiendo un flujo de información que es lo que hace que nosotros hagamos esta política de transformación y adaptación a las necesidades que tenemos actualmente, a nuestras posibilidades y también a lo que nos pide nuestro país. Pero el tiempo no será corto, es una adaptación al nuevo momento. Al inicio ya has indicado que ha bajado la ocupación en los meses de verano, lo cual es una consecuencia de esta adaptación.
Aparte de esta transformación en el sector del turismo, también se quieren impulsar cambios en otros ámbitos, como en el sector digital. Hace unos meses se presentó el Pacto Nacional por el Talento Digital con el que se pretende doblar el número de profesionales de este ámbito hasta 2030. ¿Por qué se quiere que el talento digital y tecnológico se desarrolle en Cataluña?
Ya se está desarrollando aquí, de hecho. El año 2024 se generaron 24.000 puestos de trabajo en el sector de las nuevas tecnologías. Para compararlo con la empresa más grande de Cataluña, que es Seat, esta tiene 15.000 trabajadores. Por lo tanto, el año pasado el sector TIC generó casi dos Seat. No hay ningún otro sector que crezca a esta velocidad. Esto significa que somos líderes y que tenemos el talento, las empresas y el ecosistema para apostar por estas nuevas tecnologías.
Aparte, hay otro factor. La guerra arancelaria generada por Trump nos ha hecho llegar a una conclusión clara: debemos ser autónomos tanto como podamos. Durante la pandemia se acabaron los chips y no se podía hacer ni una lavadora. Esto nos lleva a la conclusión de que debemos saber hacer chips, semiconductores y todo lo que se pueda hacer para que la cadena productiva en todos los ámbitos no se quede parada cuando haya cualquier tipo de crisis o conflicto. Debemos hacer que haya el mínimo número de posibilidades de tener dificultades de suministro de cosas imprescindibles, por eso debemos ir a las cuestiones disruptivas.
Desde Cataluña tenemos la capacidad de hacer la cadena previa a la fabricación de chips, que es puntera a escala europea. Nos falta dar un salto para la fabricación. En esta línea hemos impulsado la Alianza de Semiconductores y Chips de Cataluña para aglutinar a los agentes de este ecosistema con el objetivo de liderar su transformación y consolidación en Europa para dar saltos cualitativos, para poder ser estratégicamente soberanos y autónomos con el máximo número de sectores.

En esta línea de ser más estratégicos, hace poco se lanzó la nueva estrategia de inversión extranjera para captar 6.000 millones en los próximos cinco años. Aparte de focalizarse en el sector de chips y semiconductores, ¿qué otros ámbitos quieren potenciar?
Esta estrategia parte de la voluntad de consolidar un modelo de país basado en la industrialización, la digitalización y la transición sostenible. Aparte de tener una prioridad industrial en los chips y semiconductores, tenemos otras. Por ejemplo, queremos captar inversión en ciberseguridad, pero también en el sector agroalimentario, el de la biomanufactura y el forestal, para prevenir y protegernos de futuros incendios que vendrán.
Pero además de que las inversiones pasen por estos sectores, también tenemos la pretensión de que lleguen a toda Cataluña. Lo que queremos es que el 50% del capital que se invierta vaya más allá de Barcelona y de la zona de influencia de la capital. Debemos hacer que también llegue financiación a las Terres de l’Ebre, a la Catalunya Central, al Pirineo, porque si no la brecha entre la renta per cápita de la capital y otro lugar de Cataluña será enorme.
En esta estrategia de captación extranjera también se plantea la creación de International Desks en mercados asiáticos estratégicos. ¿Este refuerzo de la expansión en Asia viene motivado por la incertidumbre generada desde Estados Unidos?
Cataluña genera un 26% de las exportaciones del estado español, pero esto no viene de ahora. Hace 40 años se creó Acció para potenciar esta internacionalización, y la primera oficina se abrió en Japón para comenzar con esta apuesta. Ahora se encuentran 38 oficinas alrededor del mundo, por eso hemos podido conseguir estos datos en exportaciones. Pero, además, también hay muchas empresas catalanas que tienen filiales en el extranjero, además de empresas de todo el mundo que han abierto su filial en Cataluña. Por lo tanto, el flujo internacional de Cataluña con el mundo viene desde hace muchos años. Es verdad que ahora la política de Estados Unidos ha hecho replantear otros aspectos, pero las visitas al mercado asiático no las hemos comenzado nosotros. Es verdad que en los últimos meses he hecho visitas a Asia y dentro de poco voy a Vietnam, pero también el gobierno anterior ya había llegado a la conclusión de que se deben diversificar mercados, que no se pueden poner todos los huevos en la misma cesta, y ahora menos. Ahora más que nunca debemos buscar socios y mercados fiables.

El mercado americano, que más tarde o más temprano acabará siendo un mercado fiable, porque lo ha sido siempre, ahora tiene ciertas incógnitas, porque tienen un presidente que un día puede decir blanco y otro día puede decirte negro. Por lo tanto, nosotros lo que debemos hacer es respetar que este país funcione así, esperar que vuelva a funcionar con una cierta normalidad en el ámbito arancelario y económico, pero mientras tanto nuestra economía no puede detenerse. Estamos aprendiendo a diversificar mercados y es verdad que China, Vietnam, Corea, Japón, India, Indonesia, son países que estamos explorando con la voluntad de hacerles saber a nuestros empresarios que pueden ir allí a exportar, que deben ir allí a exportar.
Usted ha sido consejero de Interior y ahora ocupa una cartera muy diferente. ¿Cómo cambia la perspectiva sobre el país de una consejería a otra?
Yo viví la consejería de Interior en un momento muy delicado, con la revuelta que hubo a consecuencia del postproceso. Tuve que gestionar manifestaciones de 30.000 personas en la calle y, además, lo viví también al final con las grandes manifestaciones que duraron 15 días en ocasión de la pérdida de libertad de Pablo Hasél, que fue condenado por un delito de injurias contra el rey. Era una consejería muy reactiva, la de Empresa es propositiva, es todo lo contrario. Aunque la parte de Trabajo de la consejería también tiene una parte más reactiva, como las huelgas de trabajadores, es mucho más propicia a los pactos y, por lo tanto, debemos instar un sistema de mediación para acercar posturas.
Pero yo tengo un grandísimo recuerdo de aquella consejería porque fue un momento de servicio a mi país que pienso que fue muy importante. También guardo un buen recuerdo de los compañeros que tuve como consejeros, aunque como presidente no pude compartir mucho tiempo con el señor Torra porque lo inhabilitaron.

De hecho, Quim Torra fue inhabilitado por una pancarta en favor de los presos políticos y ahora usted es consejero en un gobierno socialista, que plantea aspectos muy diferentes en la cuestión nacional. ¿Cómo se adapta a este cambio?
Para mí no es una adaptación, es sencillamente servir a tu país y ya está. Hubo momentos en que había un sentimiento generalizado y con mucho apoyo de la sociedad que iba hacia una dirección, pero no salió bien y ahora estamos en otro momento. Se puede abandonar el servicio público o, como ha sido mi caso, si se me pide, vuelvo a trabajar por el país. No trabajo para nadie más que no sea el país, desde otra perspectiva y en otra situación. Como persona que no tiene ningún vínculo con ningún partido político y desde mi condición de político independiente, enfoco mi trabajo para servir a mi país. Y tengo muy claro que esto se puede hacer desde muchas vertientes, en diferentes momentos. No debemos ser personas cerradas con idearios vehementes que no te permiten ver lo que necesita la sociedad, que es que todo prospere para que todos podamos vivir mejor.
Comenta que en aquel momento la sociedad pedía una cosa y que ahora no va hacia esa dirección. ¿Piensa que la independencia de Cataluña no es factible porque ha cambiado esta demanda social?
Yo pienso que en la vida, cuando a título personal cometes un error con una persona, lo más noble que hay es ser capaz de decirle que me he equivocado. Ahora bien, yo creo que en política, cuando las cosas no han salido bien, no es necesario decir que uno se ha equivocado, porque yo todo lo que defendí en su momento lo defendía convencido de que era lo mejor para mi país. Pero aquello no salió bien y se debe aceptar que no salió bien.
Hace casi 20 años se comenzó a comentar que las infraestructuras en Cataluña eran deficitarias, que hacían falta más inversiones, de ahí se aprobó el no al Estatuto de Autonomía de Cataluña, y estos factores generaron un movimiento a lo largo de los años, pero no salió bien. Entre otras cosas no salió bien porque ha habido políticos que han estado en la cárcel tres años y hay tres políticos que aún están en el exilio, uno de ellos, Lluís Puig, era mi cliente y le llevaba el caso hasta hace un año. Estas tres personas que están aún fuera deberían estar aquí, sobre todo cuando hay una ley que los ha amnistiado y que el Tribunal Constitucional ha dicho que reúne todos los requisitos constitucionales para ser aplicada.
Yo creo que [el Procés] es una época de la cual aquellos que somos catalanistas debemos aprender de lo que pasó, pero que no sería muy inteligente pensar que viviendo en aquel recuerdo no debemos permitir que nuestro país salga adelante, que prospere y que los catalanes y catalanas podamos vivir cada vez mejor. Este es el motivo por el cual yo pienso que vale la pena dedicarse al servicio público un tiempo de tu vida.


