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L’Eurocámara aprueba las protecciones para la agricultura del acuerdo con Mercosur

El Parlamento Europeo da otro paso hacia la aprobación del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. La Eurocámara ha validado este martes las salvaguardas comerciales que la Comisión Europea ha añadido al proyecto de tratado para proteger a los agricultores y al conjunto del sector agroalimentario de los 27. La potencial legislación ha pasado el examen del legislativo europeo con 431 votos a favor, 161 en contra y 70 abstenciones, una amplia mayoría favorable al acuerdo con los cuatro mercados latinoamericanos -Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay- que no tiene suficiente peso para garantizar el éxito de una de las grandes propuestas del ejecutivo de Ursula von der Leyen.

El sí del Parlamento llega solo cuatro días después de que la presidenta de la Comisión viaje a Brasil para ratificar el acuerdo completo con los cuatro miembros del espacio de libre comercio de América del Sur. Sin embargo, aún necesita el aval de los gobiernos de los 27; y en los últimos días, lograr el visto bueno general se ha vuelto aún más complicado. El fin de semana, tanto Francia como Polonia -los dos principales opositores a la apertura de mercado hacia el Mercosur, ambos bajo fuertes presiones de un lobby agrario especialmente poderoso- endurecieron sus posiciones y han exigido a Bruselas más tiempo para negociar un pacto que, según el ministro francés de Economía, Roland Lescure, «en las condiciones actuales es inaceptable».

El apoyo al acuerdo comercial se debatirá el próximo jueves, cuando los jefes de los ejecutivos comunitarios celebrarán en Bruselas su última cumbre del curso. Von der Leyen pretendía llegar con los deberes hechos, y todos los flecos cerrados con los opositores en conversaciones en el seno del Consejo de la Unión Europea, ahora presidido por Dinamarca. Sin embargo, si las diferencias con París y Varsovia no se resuelven en las próximas 48 horas, todo hace pensar que la Comisión viajará a Brasil sin el permiso de los estados para firmar el acuerdo definitivo.

Por ahora, todo está en manos del gobierno ultra de Giorgia Meloni. Italia ha mantenido una posición ambivalente respecto del Mercosur, con ciertos gestos de apertura, pero también apoyando el proteccionismo en la línea de su familia política. En caso de que el presidente francés, Emmanuel Macron, y el jefe del ejecutivo polaco, Donald Tusk, logren sumar a Meloni a su causa, la propuesta de Von der Leyen perdería la mayoría cualificada, ya que no contaría con apoyos en representación de más del 65% de la población europea, un requisito mínimo para reformas de este alcance.

Una votación en el pleno de la Eurocámara / ACN
Una votación en el pleno de la Eurocámara / ACN

Las salvaguardas

La propuesta que este martes ha avalado la Eurocámara contempla otorgar diversos poderes a la Unión Europea respecto al Mercosur en caso de que se apruebe el tratado. Entre otras cuestiones, las autoridades comerciales comunitarias podrían suspender las ventajas arancelarias si se detectan «irregularidades» en el precio de productos importados que choquen con los productores europeos. Con esta palanca, Von der Leyen esperaba poder sacar adelante un pacto internacional que considera «vital» para la supervivencia económica de la UE, ante el repliegue comercial de los Estados Unidos y la creciente dependencia de China en mercados tan relevantes como el de la movilidad. El tratado, cabe recordar, fue firmado por todos los participantes en diciembre de 2024; y ha desatado una confrontación política interna que hace tambalear los ya de por sí frágiles consensos comerciales entre las potencias comunitarias.

El sector agrícola considera insuficientes las concesiones, y sostiene que la llegada de productos alimentarios se producirá, en todo caso, a bajo costo y sin seguir los estándares de seguridad de la UE. En este sentido, Francia y Polonia reclaman que se añadan cláusulas espejo que obliguen a los socios a aplicar las mismas medidas sanitarias que se imponen aquí, para evitar ventajas competitivas injustas entre agricultores. Todo apunta a que las trincheras, sin embargo, no se moverán ni un centímetro; y menos aún antes del viaje de Von der Leyen.

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