La Unión Europea (UE) ha aprobado este lunes la prohibición de importar gas ruso a partir del 1 de enero de 2026. A consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, los 27 aceleraron los mecanismos para reducir la dependencia energética del gas ruso. En la Declaración de Versalles en 2022, se acordó eliminar gradualmente la dependencia de los combustibles fósiles provenientes de Rusia lo antes posible. El acuerdo actual establece un período máximo de dos años de supervivencia de los contratos actuales. En particular, los contratos actuales a corto plazo quedarán prohibidos el 17 de junio de 2026 y los contratos a largo plazo ya no se podrán prolongar más allá de enero de 2028.
El objetivo de la medida es intentar lograr un mercado energético de la UE más independiente, manteniendo al mismo tiempo la seguridad del suministro de los 27. En este sentido, el Consejo de la UE considera que la desconexión de Rusia es el sistema más «eficaz» para limitar «los posibles impactos en los precios de la energía». La propuesta ha recibido el apoyo de la mayoría de países de la UE, con la excepción de Eslovaquia y Hungría.
El Estado español 15 países
En el caso del Estado español, la prohibición de importar gas ruso no debería tener consecuencias. Según el secretario de estado de Energía, Joan Groizard, España tiene un suministro «altamente diversificado», ya que recibe gas de más de 15 países diferentes. En este sentido, Groizard ha mencionado que ya «han aprendido del peligro que supone depender de terceros países», y que, por tanto, «España está preparada para acelerar la descarbonización y la sustitución de la dependencia del gas natural independientemente de su origen». De hecho, desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, la llegada de gas ruso al Estado se ha reducido a mínimos.

Gas natural licuado (GNL) de EE.UU., Qatar y el norte de África
Bruselas prevé que gran parte del gas ruso será sustituido con gas natural licuado (GNL) de EE.UU., Qatar y el norte de África a partir de 2026. También espera que el nuevo yacimiento de gas Neptuno, frente a la costa de Rumania en el Mar Negro, contribuya al suministro energético, especialmente en los países del sur y el centro de Europa a partir de finales de 2027. Por último, confía en que continúe la tendencia de reducción del consumo de gas en la UE en los próximos años, ha informado la Agencia Catalana de Noticias (ACN).
Aunque las importaciones de petróleo se han reducido a menos del 3% en 2025, el gas ruso sigue representando el 13% de las importaciones de la Unión Europea, con un valor superior a los 15.000 millones de euros anuales. Unos datos que desde el Consejo de la UE califican de importante riesgo para la seguridad social y energética.